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Quién nos protege de la epidemia delictiva que afecta a los dorreguenses. Escribe Hugo Segurola

Tras las elecciones del pasado domingo y luego del inapelable veredicto de las urnas, comenzaron a instalarse sobre la superficie temas que parecían “guardados” y que hoy resultan trascendentes y casi exclusivos en la agenda diaria.

La cuestión más emblemática y preocupante está referida a la gripe “A”, de la cual nos venimos ocupando con asiduidad y en nuestras emisiones.

Pero en lo estrictamente local se confirman las presunciones, que en más de una ocasión me he permitido marcar desde esta misma columna periodística: el crecimiento del delito en Coronel Dorrego.

Esta semana en particular no ha sido grata para la policía lugareña, concatenándose una serie de hechos que sumados a los que han sido parte del calendario 2.009, asoman en constituirse en una afligente “epidemia delictiva”, cuyo remedio fundamental y más aconsejable -para los ciudadanos- sigue resultando la prevención, especialmente si se tiene en cuenta el poco efectivo remedio de las investigaciones policiales.

Aunque desde algunos sectores se pretenda minimizar el cuadro de la realidad y otros se consuelen con los buenos números de las siempre “discutibles estadísticas”, la secuencia de sucesos y la magra efectividad en materia de esclarecimiento señala un cuadro incontrastable:

1.- Cada vez son mayores los delitos (al menos los que se conocen públicamente o denuncian).

2.- Cada vez es menor la respuesta de las autoridades competentes ante la problemática.

Sin la necesidad de recurrir al archivo y para dimensionar el problema, resulta oportuno repasar lo acontecido en los últimos cinco días:

Sábado 27 de Junio: Un joven de 25 años fue agredido esa madrugada por personal de seguridad de un local nocturno de la ciudad cuando intentaba ingresar al lugar pese a que le impedían el paso.

El hecho sucedió en "Hu Pub" -sobre calle Perón- y de acuerdo a lo que pudo conocer LA DORREGO, Javier Romano fue golpeado "con un palo" y debió ser trasladado al Hospital Municipal con traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento y traumatismo torácico posterior.

Domingo 28: Desconocidos ingresaron a plena luz del día al domicilio de Dardo Héctor Fazzio, situado en calle Yrigoyen, de donde sustrajeron dinero y varios elementos de valor, además de producir un gran desorden en el interior de la casa.

Martes 30: Una camioneta S10, color gris, patente BYV 151, unos sesenta neumáticos y chequeras de distintos bancos robaron en la madrugada del comercio Álvarez Neumáticos, ubicado en Fuertes y Sarmiento de nuestra ciudad, tras cortar una chapa del techo y desconectar la alarma.

El hecho fue descubierto por los empleados de la firma que encontraron todo el lugar revuelto cuando llegaron para abrir el negocio.

Jueves 2: Una mujer denunció que dos hombres se hicieron pasar por empleados de la Cooperativa Eléctrica y diciendo que querían revisar las líneas porque tenía mucho consumo, revisaron la casa de su suegra y se llevaron $600 y un anillo de oro.

Los delincuentes estuvieron alrededor de una hora dentro del domicilio de España 407 de nuestra ciudad, cuya damnificada, una mujer de 89 años había cobrado la jubilación y aguinaldo hacía pocas horas.

Viernes 3: Tres delincuentes tomaron de rehenes anoche a un matrimonio de Oriente y tras golpearlos y atarlos, le robaron $1.800, documentación, una pistola y objetos de oro y plata.
Víctimas del atraco resultaron Ernestina Anaya de Cousiño, de 70 años, y su esposo de 75, que residen en Maipú 674 de la vecina localidad.
De acuerdo a lo que comentó la damnificada por LA DORREGO, los malvivientes le pegaron "puñetazos" en la espalda, la cabeza y la cara, mientras que a su marido lo golpearon con un revólver en la boca.
"Entraron a la casa a las nueve de la noche y recién se fueron a la 1:30 de la madrugada. Nos pedían plata y yo tenía solamente la jubilación que había cobrado", explicó la mujer.

¿Resulta común que esta seguidilla de hechos suceda en apenas cinco días?

¿A nadie le preocupa la reiteración de acciones delictivas y la aparición de modalidades nuevas (como las denominadas “cuentos del tío” o más violentas, como la registrada en Oriente?

Para situarnos en la realidad de ciudades vecinas (cosa que algunos hacen para demostrar lo “bien que estamos en materia de seguridad), les propongo un ejercicio muy sencillo: repasemos las páginas del diario o la radio tresarroyense esta semana y comparemos las noticias policiales con lo acontecido en nuestro distrito. ¿Tanto nos diferenciamos? ¿Tan tranquilos podemos seguir estando?

Como en el caso de las medidas referidas a la Gripe “A” es necesario que nuestras autoridades políticas asuman su responsabilidad, exigiendo respuestas concretas ante una serie de casos irresueltos.

Es el Doctor Zorzano en su condición de máxima autoridad y sin inmiscuirse en las decisiones de la fuerza, el funcionario que está en condiciones de indagar sobre esta realidad.

Mayor efecto tiene para el Intendente el recrudecimiento del delito, porque en su momento se jugó la carta de pedir cambios en la conducción local, avalando la llegada de un hombre del lugar: Pablo Correa, con la idea que pudiera garantizar además de la seguridad, presencia constante y compromiso de vecino.

Seguramente como dicen muchas personas, encuentran en el actual Comisario un hombre proclive al dialogo y predispuesto para acompañar a los damnificados.

Años de trayectoria en la repartición le han permitido sumar experiencia y conocimientos, siendo merecedor de un ascenso importante. Eso no está en dudas, como tampoco el compromiso del policía con su comunidad.

Pero no es menos cierto que hay cosas que están fallando en el accionar de los efectivos locales y hay preguntas que surgen obvias:

¿Falla la conducción o la tropa?

¿Incide que gran parte de los uniformados sean foráneos? ¿Se preocupan por lo que sucede en nuestro ámbito o se remiten a cumplir un horario a la espera de retornar a sus domicilios?

¿No es suficiente el personal disponible en la Comisaría?

¿No alcanzan los vehículos para patrullar convenientemente la ciudad y la zona?

¿Están bien repartidas las horas Cores?

¿Qué medidas ha implementado el titular de la Distrital?

¿Qué tareas se concretaron desde la Departamental?

¿Qué acciones desarrolla el Foro de Seguridad? ¿Prosigue funcionando?

¿Los señores concejales han recepcionado inquietudes de vecinos sobre el tema? ¿Han requerido respuestas?

¿Qué actividades cumplen los custodios comunitarios?

¿De qué forma y cuántas de las cámaras de seguridad funcionan?

¿Qué costo le demanda al municipio tener que colaborar con la Provincia en materia de seguridad?

Coronel Dorrego ha dejado de ser la excepción en materia de inseguridad, por lo que resulta imprescindible y necesario que los responsables del tema se aboquen a las soluciones que se reclaman o al menos se sirvan concretar las tareas preventivas que posibiliten la disminución delictual.

Es entendible la indignación de los damnificados.

Es aconsejable hacer la denuncia siempre.

Es imprescindible recuperar la tranquilidad.

Algunas cosas no pueden aceptarse en el marco de esta realidad:

- Que se hable de “sensaciones de inseguridad” producto del sensacionalismo de los medios.

- Que se siga recurriendo a las estadísticas para demostrar “lo bien que estamos”.

- Que algunos tal “como el perro que volteó la olla”… se sigan haciendo los distraídos y lo peor que otros: “se hagan los boludos, como si no pasara absolutamente nada…”