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"El polémico proyecto de Ordenanza que si prospera dejaría a muchos vecinos de a pie". Por H.C.S.

Días atrás el Departamento Ejecutivo remitió un proyecto de Ordenanza al Concejo Deliberante, buscando reglamentar y unificar el actual servicio de taxis y remises, bajo la denominación de “autos de alquiler”.

La iniciativa en cuestión tiene otros alcances, entre ellos prevé la uniformidad de los colores (todos los coches deberían estar ploteados de blanco), reloj taxímetro y la identificación del chofer que conduce en el momento del viaje.

He de analizar esta idea desde dos enfoques, uno estrictamente periodístico, el otro, en mi condición de habitual pasajero de este servicio.

No obstante esta separación, debo decirlo concretamente: no me parece acertada, oportuna y factible la iniciativa de marras.

¿Qué es una Ordenanza?

Es una disposición municipal con carácter general y con fuerza de ejecución dictada en la administración pública y dirigida a los ciudadanos, en virtud de reglamentar aspectos propios del ámbito de su competencia.

¿Quiénes tienen facultad de aprobar una Ordenanza?

La responsabilidad es de competencia exclusiva del Concejo Deliberante. No obstante al Intendente le asiste una prerrogativa llamada “veto”, en caso de no estar de acuerdo con algún punto determinado (o varios)

¿Qué debe perseguir una Ordenanza?

Debe responder a una necesidad.

Debe contribuir a mejorar cuestiones o temas públicos.

Debe obedecer a algunos principios elementales: Oportunidad, viabilidad y fundamentalmente al “sentido común”.

No debe afectar los intereses de las personas que se pretende beneficiar con su aplicación.

¿Cómo debe gestarse una Ordenanza orientada a producir modificaciones?

Con un estudio previo de factibilidad, que debe necesariamente incluir una mesa de consultas que involucre a los protagonistas de su alcance. (En este caso a los transportistas)

Debe surgir en base a un análisis serio, amplio y donde se logren la mayor cantidad de consensos.

¿Quiénes usan mayoritariamente taxis y remises?

Para introducirme en la cuestión central de este proyecto de Ordenanza, esta pregunta es vital para interpretar seriamente la realidad.

En un alto porcentaje lo hacen personas que no poseen vehiculo, habiéndose convertido esta actividad más que en un servicio, en una “positiva respuesta de carácter social”, que cubre las necesidades de movilización y traslado de una importante franja comunitaria.

Algo más que un servicio…

Es justo señalar que Coronel Dorrego cuenta en este rubro con una prestación de buen nivel, dado por las óptimas condiciones de la mayoría de los vehículos, como así también por el buen trato y correcto proceder de sus chóferes.

Más allá de la misión de “transportar personas”, taxistas y remiseros son “positivos aliados de sus clientes”, agregando a su servicio especifico prestaciones de buenos vecinos, que no resultan comunes en otros sitios.

La larga espera de abuelas y abuelos el día que deben cobrar la jubilación, no implica elevar el costo del viaje.

Muchos vecinos carentes de un vehículo, realizan sus mandados a través de este transporte.

Garantizan confianza a padres que no pueden llevar a sus hijos al colegio, también a personas mayores o a jóvenes que deben retornar de madrugada a sus domicilios.

Muchas veces ofician de “mandaderos” en la búsqueda de un remedio a la farmacia o pagando facturas de servicios.

¿La crisis no importa?

Otro dato fundamental en la accesibilidad del costo de cada viaje. En tal sentido cabe preguntar: ¿los maltrechos bolsillos de la mayoría de los usuarios de taxis y remises están en condiciones de pagar una tarifa mayor?

Quienes conocen a la perfección la respuesta son los transportistas, los que a pesar de los costos de: combustible, patentes, Verificación Vehicular, seguro, habilitación municipal e impuestos, están al tanto que cualquier aumento implicaría un marcado descenso de sus tareas.

¿Con este panorama están remiseros y taxistas en condiciones de afrontar los gastos que demandaría cumplir con esta Ordenanza?

¿De qué forma absorberían la pretendida uniformidad?

¿Cuántos pasajeros estarán dispuestos a pagar los dictados de un reloj incrementando el costo del viaje cada cien metros?

Preguntas a nuestros funcionarios

¿De dónde copiaron esta “brillante idea”?

¿Están al tanto de la paupérrima situación económica de la mayoría de la gente?

¿Son acaso conscientes que un elevado porcentaje de usuarios del transporte de pasajeros, no tienen la ventaja y la seguridad de pasar el 30 de cada mes por el cajero automático a cobrar su sueldo?

¿No saben a caso que muchas personas cuentan hasta las moneditas para pagar un viaje y que otras se trasladan con la promesa (que no siempre se cumple) de: “después te lo pago?

¿Han testeado la opinión de taxistas y remiseros? ¿Saben que la gran mayoría define a esta idea como un “disparate”.

¿Cuántos de ustedes utilizan a diario un taxi o un remis?

¿No existen temas más trascendentes de los cuales “preocuparse” y “ocuparse”?

Consideraciones finales

La identificación del chofer, vehiculo y obviamente los controles en cuanto al cumplimiento de la documentación necesaria, es algo razonable. Incluso permitiría ahondar y quizás detectar, sobre muchas denuncias que remiseros y taxistas (dicen por lo bajo), sobre la existencia de “autos de alquiler truchos…”

Es ahora responsabilidad del Concejo Deliberante definir este tema, donde es menester abrir una ronda de dialogo, que debe incluir necesariamente a los transportistas. Y fundamentalmente tener en cuenta “el bolsillo de los vecinos”, ya que muchos de ellos con gran esfuerzo aportan a través de impuestos y tasas, para que concejales y funcionarios accedan a privilegiados salarios.

Con el respeto que los representantes del pueblo me merecen, me permito utilizar dos palabras que hacen al ámbito de las decisiones judiciales y que en esta ocasión resulta apropiada: ¡NO INNOVAR!