En lo que puede definirse como “crónica de un alejamiento anunciado, Emilio Monzó, dejó de conducir el Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense.
Era un secreto a voces las posturas críticas sobre las políticas agropecuarias del gobierno nacional, que mantenía el (ahora) ex funcionario, de allí que no haya deparado mayores sorpresas su partida del staff ministerial de Daniel Scioli.
El repetido - y discutido mecanismo - de legisladores que pasan a desempeñar tareas ejecutivas (sin renunciar a sus bancas), le permitirá a Monzó no quedarse sin trabajo en la función pública, retornando a su banca de Diputado. Todo indica que ya no lo hará con los integrantes del FPV, no descartándose que pueda recalar en las huestes de su amigo, Felipe Solá.
Monzó, que además fue Intendente de Carlos Tejedor, asumió sus funciones el 27 de Octubre de 2008, oportunidad en la que “anunció que realizará una gestión abierta al diálogo, prometió que recorrerá la provincia e invitó a los productores y a los hombres del campo a llevarle sus planteos…”
En su corta tarea ministerial puede decirse que cumplió con los fundamentos de su mensaje inicial: visitó con frecuencia los distritos de la Provincia y estuvo siempre dispuesto a dialogar.
Otra de las virtudes que le fue reconocida, es el cumplimiento de la palabra (algo que no abunda en nuestros dirigentes).
En dos ocasiones el ex funcionario visitó Coronel Dorrego. En el mes de marzo se produjo su primer arribo a la ciudad, llegada que además de las autoridades locales, era esperada por un grupo de productores agropecuarios en el ingreso del Aeródromo.
Tras responder amablemente la breve requisitoria periodística y de los saludos de cortesía, dirigió sus pasos decididos y marchó al encuentro de los vecinos que lo aguardaban.
Sin perder su compostura y a pesar de los carteles que se levantaban y de algunas expresiones fuertes, propició la charla, escuchando puntuales reclamos, reconociendo errores y dejando en claro su compromiso de respuestas a algunas cuestiones que hacían a la orbita de su área.
Alterando la agenda previa y ya ubicado en el municipio, participó en forma cordial de varias reuniones con productores, dirigentes, vecinos y la prensa. Demorado más de la cuenta viajó a Coronel Pringles, donde la espera se había convertido en larga.
Al mes de aquella visita retornó nuevamente a nuestro distrito, participando de la “1ª Fiesta del Olivo”, ocasión en la que entregó algunos subsidios que había prometido.
Asimismo visitó el Frigorífico Municipal, el establecimiento “La Natividad” y la Escuela Agropecuaria, interiorizándose de la labor en cada lugar, acompañando luego la habilitación de la planta de elaboración de la firma Rumaroli.
Con anterioridad a estos dos hechos, su decidida acción posibilitó la llegada de los fondos necesarios para realizar tareas de fumigación, a efectos de combatir la plaga de tucuras que afectó a una amplia región del sur bonaerense.
Pero no solo en el ámbito agropecuario fue valorada la gestión de Monzó, los pescadores artesanales lo reconocieron como un interlocutor valido, que supo escuchar y acompañar en los distintos reclamos existentes en toda la costa.
En tal sentido su presencia (en algunos casos) o sus gestiones, permitieron destrabar conflictos y desde hace algunos meses venía trabajando en un plan integral que permitiera ordenar la pesca, tanto en lo concerniente a la preservación de la fauna marina, como a la siempre conflictiva presencia de las grandes embarcaciones, que tantos problemas originan.
En el último encuentro realizado en Claromecó el 4 de Agosto pasado, Monzó señaló sus intenciones respecto al tema: "queremos establecer una agenda y solucionar definitivamente el tema. Necesitamos muchas más reuniones como esta, venimos de muchos años sin reglas claras y con muchas excepciones, si es posible, tenemos que encontrarnos todos los meses. Quiero meterme directamente en el tema de la pesca…”
Finalmente y como una señal premonitoria de su destino político, agregó: “hemos pedido oficialmente el estudio de la biomasa al INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero) el pasado 26 de julio. Hicimos el pedido para que se estudie desde el meridiano 61 hasta los límites de la provincia. En estos días me estoy reuniendo con el gobierno nacional para volver a insistir con este tema.
En definitiva todo queda en las normas, que se han modificado sin preguntar a los pescadores artesanales. Siempre el perjudicado termina siendo el productor más chico, por eso digo que queremos reglas claras, si el día de mañana Monzó se va del Ministerio que queden las normas establecidas"…
Los ejemplos citados indican del compromiso de trabajo del ex Ministro de Asuntos Agrarios.
La emblemática fotografía que lo muestra con el productor local, Juan Arruti, exhibe dos condiciones no frecuentes en la dirigencia política y, que Emilio Monzó dispone: “saber comprender y saber escuchar…”
Era un secreto a voces las posturas críticas sobre las políticas agropecuarias del gobierno nacional, que mantenía el (ahora) ex funcionario, de allí que no haya deparado mayores sorpresas su partida del staff ministerial de Daniel Scioli.
El repetido - y discutido mecanismo - de legisladores que pasan a desempeñar tareas ejecutivas (sin renunciar a sus bancas), le permitirá a Monzó no quedarse sin trabajo en la función pública, retornando a su banca de Diputado. Todo indica que ya no lo hará con los integrantes del FPV, no descartándose que pueda recalar en las huestes de su amigo, Felipe Solá.
Monzó, que además fue Intendente de Carlos Tejedor, asumió sus funciones el 27 de Octubre de 2008, oportunidad en la que “anunció que realizará una gestión abierta al diálogo, prometió que recorrerá la provincia e invitó a los productores y a los hombres del campo a llevarle sus planteos…”
En su corta tarea ministerial puede decirse que cumplió con los fundamentos de su mensaje inicial: visitó con frecuencia los distritos de la Provincia y estuvo siempre dispuesto a dialogar.
Otra de las virtudes que le fue reconocida, es el cumplimiento de la palabra (algo que no abunda en nuestros dirigentes).
En dos ocasiones el ex funcionario visitó Coronel Dorrego. En el mes de marzo se produjo su primer arribo a la ciudad, llegada que además de las autoridades locales, era esperada por un grupo de productores agropecuarios en el ingreso del Aeródromo.
Tras responder amablemente la breve requisitoria periodística y de los saludos de cortesía, dirigió sus pasos decididos y marchó al encuentro de los vecinos que lo aguardaban.
Sin perder su compostura y a pesar de los carteles que se levantaban y de algunas expresiones fuertes, propició la charla, escuchando puntuales reclamos, reconociendo errores y dejando en claro su compromiso de respuestas a algunas cuestiones que hacían a la orbita de su área.
Alterando la agenda previa y ya ubicado en el municipio, participó en forma cordial de varias reuniones con productores, dirigentes, vecinos y la prensa. Demorado más de la cuenta viajó a Coronel Pringles, donde la espera se había convertido en larga.
Al mes de aquella visita retornó nuevamente a nuestro distrito, participando de la “1ª Fiesta del Olivo”, ocasión en la que entregó algunos subsidios que había prometido.
Asimismo visitó el Frigorífico Municipal, el establecimiento “La Natividad” y la Escuela Agropecuaria, interiorizándose de la labor en cada lugar, acompañando luego la habilitación de la planta de elaboración de la firma Rumaroli.
Con anterioridad a estos dos hechos, su decidida acción posibilitó la llegada de los fondos necesarios para realizar tareas de fumigación, a efectos de combatir la plaga de tucuras que afectó a una amplia región del sur bonaerense.
Pero no solo en el ámbito agropecuario fue valorada la gestión de Monzó, los pescadores artesanales lo reconocieron como un interlocutor valido, que supo escuchar y acompañar en los distintos reclamos existentes en toda la costa.
En tal sentido su presencia (en algunos casos) o sus gestiones, permitieron destrabar conflictos y desde hace algunos meses venía trabajando en un plan integral que permitiera ordenar la pesca, tanto en lo concerniente a la preservación de la fauna marina, como a la siempre conflictiva presencia de las grandes embarcaciones, que tantos problemas originan.
En el último encuentro realizado en Claromecó el 4 de Agosto pasado, Monzó señaló sus intenciones respecto al tema: "queremos establecer una agenda y solucionar definitivamente el tema. Necesitamos muchas más reuniones como esta, venimos de muchos años sin reglas claras y con muchas excepciones, si es posible, tenemos que encontrarnos todos los meses. Quiero meterme directamente en el tema de la pesca…”
Finalmente y como una señal premonitoria de su destino político, agregó: “hemos pedido oficialmente el estudio de la biomasa al INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero) el pasado 26 de julio. Hicimos el pedido para que se estudie desde el meridiano 61 hasta los límites de la provincia. En estos días me estoy reuniendo con el gobierno nacional para volver a insistir con este tema.
En definitiva todo queda en las normas, que se han modificado sin preguntar a los pescadores artesanales. Siempre el perjudicado termina siendo el productor más chico, por eso digo que queremos reglas claras, si el día de mañana Monzó se va del Ministerio que queden las normas establecidas"…
Los ejemplos citados indican del compromiso de trabajo del ex Ministro de Asuntos Agrarios.
La emblemática fotografía que lo muestra con el productor local, Juan Arruti, exhibe dos condiciones no frecuentes en la dirigencia política y, que Emilio Monzó dispone: “saber comprender y saber escuchar…”