sábado

El emotivo agradecimiento de Leticia `a la comunidad de Coronel Dorrego´

Es indescriptible narrar en palabras el dolor, la tristeza, el espacio vacío al que se refería Hugo con tanto afecto y respeto. Porque como dice Páez “no hay nada en el mundo que nos quite el dolor cuando la muerte despliega alas”.

Sin embargo, también es necesario destacar y reconocer lo bueno que hay también en este momento tan difícil.

Hace ya unos 7 años que no vivo acá salvo los veranos, las tan ansiadas vacaciones de invierno y algunos feriados largos.

Pero Dorrego no deja de estar en mí y no deja de ser mi lugar. Y en el medio de este trance que me ha tocado atravesar comprendo el porque.

Muchos de nosotros sabemos renegar de Dorrego por diversas cuestiones y no alcanzamos a percibir los valores que están inherentes en nosotros para toda la vida.

Y es en estos días cuando también nos toca valorar todo lo humano y maravilloso que hay en nuestro Dorrego tan querido.

Fue muy fuerte la presencia de los que nos acompañaron hasta el final, el final de un hombre maravilloso. Esa larga caravana despidiendo a alguien que supo ser excelente padre, excelente compañero y consejero (como te voy a extrañar) y sobre todo un ejemplo de vida. Para nosotros continúa nuestro recorrido sin él, pero con sus enseñanzas en cada una de las cosas que nos toquen vivir.

Escribo esto sabiendo que cada uno que lo lea sabe el motivo de estas palabras. Y es esta la vida en comunidad, así se vive en Dorrego. Acompañando, recordando, llorando y riendo todos juntos.

Entonces ahora es mi momento de agradecerles a cada uno de ustedes. A cada uno que estuvo sintiendo algo cuando mi Padre se fue. La mirada en silencio de los que nos ven pasar; el saludo de quienes queremos; el cariño desmedido de nuestros compañeros y amigos; las miradas que reflejan el dolor que se lleva dentro; las lágrimas que no se atreven a llorar; las lágrimas de los amigos que Papá supo cosechar; un abrazo intenso en una despensa; los viajes de quienes llegaron casi sobre el final. Y un montón de imágenes y situaciones que no podría jamás describir con palabras.

Una gran despedida de toda una comunidad que nos acompañó y acompaña.

Gracias de corazón Comunidad de Dorrego.

Leticia Yezzi