Ampliamente conocidos (pero irresueltos hasta el presente) resultan los problemas referidos a la calidad de agua en Coronel Dorrego.
Justo es destacar que las últimas administraciones municipales se abocaron con mayor énfasis a tratar de brindar las respuestas necesarias sobre tan trascendente cuestión, conscientes de la legitimidad de los reclamos de la población y de la responsabilidad del estado en su resolución.
La entrega de agua en bidones a los vecinos, resuelve en forma parcial el consumo domiciliario y es un paliativo para todos los contribuyentes que pagan por un servicio carente de excelencia y, con los riesgos que ello implica en materia de salud.
Los convenios oportunamente firmados y los compromisos que han asumido autoridades de otros niveles, marcan un camino nuevo en la búsqueda de una solución definitiva a un problema de larga data, que ha afectado a varias generaciones.
Además de la provisión de agua envasada, la Municipalidad llevó adelante la construcción de nuevos pozos, buscando con esta última acción mayores opciones y fundamentalmente ampliar las bocas que lleven a cubrir (en cantidad) las necesidades de los vecinos.
En la actualidad personal y Técnicos del Spar (Servicio Provincial de Agua Potable y Saneamiento Rural) realizan distintas tareas de relevamiento y exploración de lugares, habiendo seleccionado dos de ellos aguas abajo y dos aguas arriba, orientados a la realización de posibles nuevos pozos, en el marco del convenio firmado entre el Intendente Fabián Zorzano y el presidente de ese organismo bonaerense.
Pero un nuevo obstáculo asoma en el tema del agua local y es el referido al incremento en el consumo por parte de los vecinos con la llegada del calor.
Sabido es que a partir de estos meses la gente utiliza mayor cantidad de agua, produciendo (en no pocos casos) excesos y derroche, circunstancias que terminan afectando al resto de la gente, especialmente a aquellos que viven en la parte alta de la ciudad.
El llenado de piletas, el lavado de autos, el riego sin control y las pérdidas domiciliarias son eslabones de una cadena que año a año se repite, esta vez con un agravante: la desvastadora sequía que viene afectando a gran parte de la región.
No es menos cierto que la vetusta y maltrecha red domiciliaria local, presenta con frecuencia roturas y pérdidas que producen que gran cantidad de agua recorra nuestras calles.
Además de la toma de conciencia y la solidaridad (que resulta indispensable), deberán concretarse los controles que el tema amerita y cuando no sean suficientes las advertencias y consejos, será menester aplicar mecanismos que tiendan a modificar acciones que hacen a “las malas costumbres” de muchos vecinos.
Del mismo modo el municipio debe predicar con el ejemplo, procurando detectar las anomalías en tiempo y forma, evitando que el derroche se convierta en un (mal) derecho adquirido…
Las imágenes de lo que sucede en la provincia de Córdoba o las noticias cercanas que llegan de Bahía Blanca, son ejemplos claros de los inconvenientes que han surgido por la escasez de tan vital elemento.
Al decir del Secretario Técnico comunal, Ingeniero Fabián Ferrero, producto de la falta de lluvias se han registrado problemas en las napas de algunos de los 17 pozos existentes, siendo imprescindible el acompañamiento comunitario para enfrentar con responsabilidad el tema.
Al preguntársele como definiría el cuadro de situación en cuanto a las disponibilidades de agua, fue claro: “estamos en alerta amarillo”.
Atento que las soluciones no son mágicas ni tampoco inmediatas y que las plegarias no alcanzan para que llueva, será oportuno entender y enfrentar a éste… como “un problema de todos”.
Justo es destacar que las últimas administraciones municipales se abocaron con mayor énfasis a tratar de brindar las respuestas necesarias sobre tan trascendente cuestión, conscientes de la legitimidad de los reclamos de la población y de la responsabilidad del estado en su resolución.
La entrega de agua en bidones a los vecinos, resuelve en forma parcial el consumo domiciliario y es un paliativo para todos los contribuyentes que pagan por un servicio carente de excelencia y, con los riesgos que ello implica en materia de salud.
Los convenios oportunamente firmados y los compromisos que han asumido autoridades de otros niveles, marcan un camino nuevo en la búsqueda de una solución definitiva a un problema de larga data, que ha afectado a varias generaciones.
Además de la provisión de agua envasada, la Municipalidad llevó adelante la construcción de nuevos pozos, buscando con esta última acción mayores opciones y fundamentalmente ampliar las bocas que lleven a cubrir (en cantidad) las necesidades de los vecinos.
En la actualidad personal y Técnicos del Spar (Servicio Provincial de Agua Potable y Saneamiento Rural) realizan distintas tareas de relevamiento y exploración de lugares, habiendo seleccionado dos de ellos aguas abajo y dos aguas arriba, orientados a la realización de posibles nuevos pozos, en el marco del convenio firmado entre el Intendente Fabián Zorzano y el presidente de ese organismo bonaerense.
Pero un nuevo obstáculo asoma en el tema del agua local y es el referido al incremento en el consumo por parte de los vecinos con la llegada del calor.
Sabido es que a partir de estos meses la gente utiliza mayor cantidad de agua, produciendo (en no pocos casos) excesos y derroche, circunstancias que terminan afectando al resto de la gente, especialmente a aquellos que viven en la parte alta de la ciudad.
El llenado de piletas, el lavado de autos, el riego sin control y las pérdidas domiciliarias son eslabones de una cadena que año a año se repite, esta vez con un agravante: la desvastadora sequía que viene afectando a gran parte de la región.
No es menos cierto que la vetusta y maltrecha red domiciliaria local, presenta con frecuencia roturas y pérdidas que producen que gran cantidad de agua recorra nuestras calles.
Además de la toma de conciencia y la solidaridad (que resulta indispensable), deberán concretarse los controles que el tema amerita y cuando no sean suficientes las advertencias y consejos, será menester aplicar mecanismos que tiendan a modificar acciones que hacen a “las malas costumbres” de muchos vecinos.
Del mismo modo el municipio debe predicar con el ejemplo, procurando detectar las anomalías en tiempo y forma, evitando que el derroche se convierta en un (mal) derecho adquirido…
Las imágenes de lo que sucede en la provincia de Córdoba o las noticias cercanas que llegan de Bahía Blanca, son ejemplos claros de los inconvenientes que han surgido por la escasez de tan vital elemento.
Al decir del Secretario Técnico comunal, Ingeniero Fabián Ferrero, producto de la falta de lluvias se han registrado problemas en las napas de algunos de los 17 pozos existentes, siendo imprescindible el acompañamiento comunitario para enfrentar con responsabilidad el tema.
Al preguntársele como definiría el cuadro de situación en cuanto a las disponibilidades de agua, fue claro: “estamos en alerta amarillo”.
Atento que las soluciones no son mágicas ni tampoco inmediatas y que las plegarias no alcanzan para que llueva, será oportuno entender y enfrentar a éste… como “un problema de todos”.