Muchas veces en la vida de los seres humanos se presentan situaciones que merecen una profunda reflexión; y este, en forma personal y también en la gente que hace la radio, es propicio.
Diferentes situaciones se han planteado a lo largo del año, y como balance deben ser explicadas.
La radio tiene la noble tarea de informar con todo lo que ello implica. No siempre las noticias son buenas, pero se informa con la absoluta conciencia de entender que el que el oyente merece el mayor de los respetos.
De ahí que el equipo de
A veces la radio sirve para unir, para alegrar, para emocionar, pero también es el medio donde se informan cosas no tan gratas.
Pero el respeto y el profesionalismo de este equipo son iguales tanto en un caso como en otro.
Los que formamos parte de este equipo, somos principalmente seres humanos, somos hijos, padres, hermanos, tíos y sobrinos, y sabemos y conocemos porque tenemos alma humana, que hay cosas y noticias que molestan, lastiman, dejan huellas importantes, pero esta es nuestra tarea y siempre informamos con la verdad.
El nacimiento de un vecino de Dorrego, como su muerte, nos genera la misma responsabilidad, y así en todas las cosas.
Los logros deportivos como las noticias policiales, son contados tal cual suceden.
Los actos buenos de gobierno como los malos también sin agregar ni quitar nada. Sabemos que detrás del receptor, hay una familia que siente.
Disfrutamos los logros con ella y nos solidarizamos en los momentos amargos.
Pero entiendan, debemos informar; de esto vivimos y les llevamos el pan a los nuestros y nos dignificamos como hombres. Y tratamos de hacer lo mejor y entregarnos cada día en lo que hacemos.
Las cosas a la mirada de algunos saldrán bien, a la de otros más o menos, pero estén seguros que este equipo pone lo mejor, pone todas las ganas para que las cosas salgan bien.
Si algunos actos de gobierno no son buenos, no es nuestra responsabilidad. Si los vecinos, los amigos, los hermanos de Dorrego no están conformes con las cosas realizadas tampoco es nuestra responsabilidad.
Si las noticias policiales ocupan un lugar en la sociedad dorreguense, nos preocupan, nos inquietan como a todos, pero nosotros no tenemos la culpa.
La vida de la sociedad de nuestro querido Dorrego no es un partido de fútbol, así que no cambiemos camisetas, no juguemos al “Don Pirulero”.
Cada uno que cargue con su mochila y se haga responsable de lo que le toca y así tendremos el Dorrego que queremos, que soñamos y anhelamos.
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