La sencilla convocatoria tuvo como lugar de encuentro la plaza central de la ciudad, donde a las once y en forma puntual se llevó a cabo la misma.
Fueron las integrantes del programa radial “Y que los platos los lave otro”, las responsables del llamado comunitario, con el propósito de tener en consideración el “Día Mundial de la Prevención del Abuso Sexual Infantil”.
Vecinos del común, algunas madres con sus pequeños hijos, dos concejales (Prado y Madariaga), operarios y docentes del Taller Protegido, integrantes de “Rayitos de Itatì”, representantes de otras instituciones y algunos empleados municipales conformaron el grupo que en forma espontánea compartió el momento.
Luego de un breve dialogo y reflexiones que hacen al tema, varios de los presentes colocaron una cinta blanca en cada uno de los árboles que circundan nuestro principal paseo, como una forma de dar testimonio ante la sentida fecha.
Se coincidió en la necesidad de extender las acciones y tareas preventivas al resto del año, atento que los riesgos y los hechos son constantes, aconteciendo muchos de ellos en el seno del propio hogar.
Estos temas que observábamos lejanos, que llegaban a nosotros desde una pantalla televisiva nacional, de los que muchos creían estábamos exentos como sociedad, en más de una ocasión nos golpearon con dureza extrema.
Algunos han sido públicos y emblemáticos, otros han guardado la privacidad y protección que merecen las indefensas y muchas veces incomprendidas victimas.
Lo que no puede es desconocerse la existencia de un problema que forma parte de nuestra realidad, que violentamente se encargó de desmitificar la complaciente frase pueblerina: “acá nunca pasa nada…
No deben pasar desapercibidos la existencia de una serie de hechos que guardan relación con la cuestión que hoy nos ocupa, exigiendo de autoridades y comunidad estar alertas sobre algunos peligros que se ciernen sobre los más desprotegidos.
No puede negarse que la violencia familiar se ha convertido en un drama que “golpea” con mayor frecuencia en nuestro pueblo, que incluso ha tenido sus víctimas fatales, por caso debe recordarse la muerte tiempo atrás de la joven Verónica Vaca.
Fue en estos estudios que el Comisario Pablo Correa, habló de la gran cantidad de denuncias que a diario se atienden, indicando que llamaba la atención el número de conflictos existentes en distintos hogares dorreguenses.
Días atrás y haciendo un repaso de su gestión como Secretaria de la Unidad Fiscal Descentralizada, la Doctora Monique Barda, dijo que los casos de violencia familiar y sexual fueron los que mayor preocupación le causaron, manifestándose también sobre un tema del cual poco se habla en nuestra ciudad: “la prostitución infantil”.
Más allá de la estructura existente en el ámbito municipal para el abordaje, asesoramiento y protección de las víctimas, surge como clave una carencia que amerita respuestas: la concreción de un hogar albergue o sustituto.
No son pocos los casos donde la víctima debe convivir a diario con su agresor. La falta de apoyo, el temor, la vergüenza, la carencia de recursos o el sometimiento son elementos que contribuyen a profundizar estos padecimientos.
¿En qué lugar encuentra cobijo hoy una madre y sus hijos, en caso de decidir alejarse de su hogar o ser expulsados del mismo?
¿Qué sitio permite albergar a una víctima de delitos de esta índole?
Estas preguntas surcan muchas veces la mente de las personas que padecen estos dramas, las cuales resignadas y sin la necesaria protección quedan sometidas al arbitrio de sus victimarios.
Las cintas blancas anudadas a los viejos troncos de la remozada y coqueta plaza adquieren el rigor de un llamado: “es necesario ser parte de un Coronel Dorrego, donde más allá del valor estético de las obras importen las angustias, dolores y miserias de muchas mujeres y niños, que desde “los desvencijados bancos de sus sueños rotos”…esperan todavía, ser protagonistas de lo bello y puro de la vida.
Fueron las integrantes del programa radial “Y que los platos los lave otro”, las responsables del llamado comunitario, con el propósito de tener en consideración el “Día Mundial de la Prevención del Abuso Sexual Infantil”.
Vecinos del común, algunas madres con sus pequeños hijos, dos concejales (Prado y Madariaga), operarios y docentes del Taller Protegido, integrantes de “Rayitos de Itatì”, representantes de otras instituciones y algunos empleados municipales conformaron el grupo que en forma espontánea compartió el momento.
Luego de un breve dialogo y reflexiones que hacen al tema, varios de los presentes colocaron una cinta blanca en cada uno de los árboles que circundan nuestro principal paseo, como una forma de dar testimonio ante la sentida fecha.
Se coincidió en la necesidad de extender las acciones y tareas preventivas al resto del año, atento que los riesgos y los hechos son constantes, aconteciendo muchos de ellos en el seno del propio hogar.
Estos temas que observábamos lejanos, que llegaban a nosotros desde una pantalla televisiva nacional, de los que muchos creían estábamos exentos como sociedad, en más de una ocasión nos golpearon con dureza extrema.
Algunos han sido públicos y emblemáticos, otros han guardado la privacidad y protección que merecen las indefensas y muchas veces incomprendidas victimas.
Lo que no puede es desconocerse la existencia de un problema que forma parte de nuestra realidad, que violentamente se encargó de desmitificar la complaciente frase pueblerina: “acá nunca pasa nada…
No deben pasar desapercibidos la existencia de una serie de hechos que guardan relación con la cuestión que hoy nos ocupa, exigiendo de autoridades y comunidad estar alertas sobre algunos peligros que se ciernen sobre los más desprotegidos.
No puede negarse que la violencia familiar se ha convertido en un drama que “golpea” con mayor frecuencia en nuestro pueblo, que incluso ha tenido sus víctimas fatales, por caso debe recordarse la muerte tiempo atrás de la joven Verónica Vaca.
Fue en estos estudios que el Comisario Pablo Correa, habló de la gran cantidad de denuncias que a diario se atienden, indicando que llamaba la atención el número de conflictos existentes en distintos hogares dorreguenses.
Días atrás y haciendo un repaso de su gestión como Secretaria de la Unidad Fiscal Descentralizada, la Doctora Monique Barda, dijo que los casos de violencia familiar y sexual fueron los que mayor preocupación le causaron, manifestándose también sobre un tema del cual poco se habla en nuestra ciudad: “la prostitución infantil”.
Más allá de la estructura existente en el ámbito municipal para el abordaje, asesoramiento y protección de las víctimas, surge como clave una carencia que amerita respuestas: la concreción de un hogar albergue o sustituto.
No son pocos los casos donde la víctima debe convivir a diario con su agresor. La falta de apoyo, el temor, la vergüenza, la carencia de recursos o el sometimiento son elementos que contribuyen a profundizar estos padecimientos.
¿En qué lugar encuentra cobijo hoy una madre y sus hijos, en caso de decidir alejarse de su hogar o ser expulsados del mismo?
¿Qué sitio permite albergar a una víctima de delitos de esta índole?
Estas preguntas surcan muchas veces la mente de las personas que padecen estos dramas, las cuales resignadas y sin la necesaria protección quedan sometidas al arbitrio de sus victimarios.
Las cintas blancas anudadas a los viejos troncos de la remozada y coqueta plaza adquieren el rigor de un llamado: “es necesario ser parte de un Coronel Dorrego, donde más allá del valor estético de las obras importen las angustias, dolores y miserias de muchas mujeres y niños, que desde “los desvencijados bancos de sus sueños rotos”…esperan todavía, ser protagonistas de lo bello y puro de la vida.