La vida… la evidencia más distintiva del paso de los hombres y las mujeres por las horas y los días de la Historia…
La vida… es también, el secreto mejor guardado del hombre como individuo…
Entonces, ¿ cómo abordar la vida de alguien tan reservado, cauto, sin estridencias qué, sus propias características convertidas en atributos, lo elevan a ser uno de los hombres más populares y expuestos de nuestros medio?
¿ Cómo hablar de la vida de alguien cuyas únicas excentricidades son las buenas corbatas, las lapiceras y los maletines?
Pero, es precisamente su propia naturaleza humana lo que lo hace distinto por sobre los demás.
Hoy cumple años Segurola…. Hoy cumple años Hugo… Hoy cumple años Hugo César…. Hoy cumple años Huguito….
Hoy son maneras de nombrar a la misma persona: seguramente sus amigos le dirán en forma respetuosa y para marcar el nombre ganado Hugo César, sus más próximos simplemente Hugo, desde el recuerdo sus tías, su padre y desde el amor fraternal su madre, sus hermanas y sus primos Huguito.
Y esas distintas maneras de nombrarlo se reproducirán en amplios sectores de la sociedad para coincidir o disentir, para idolatrarlo, agradecerle, para reconocer su valía.
Porque ese es el secreto de nuestro agasajado: haber logrado llegar a todos.
No es Hugo Segurola aquel al que todo se le perdona.
Es Hugo Segurola aquel que mejor a leído nuestra idiosincrasia, el que puede presentar con la misma dignidad a nuestros cantores y músicos populares en el Bar Londres o los consagrados en cualquiera de nuestros teatros o clubes.
Es Hugo Segurola el que puede cobijar bajo su micrófono o cámara el recuerdo de un Dorrego perdido en la Historia o la bronca del Dorrego preso de su Historia y preocupado por su porvenir.
Es Hugo Segurola el que preocupa, cuando proceso electoral por delante, desempolva su “Cuarto Poder” para desnudar las flaquezas de esta nueva clase dirigente política emergente de la mercantilización de los noventa.
Es Hugo Segurola el que desde un multimedio se erige en un mojón destacando los aspectos positivos de la Nueva Ley de Medios y manteniendo quijotesca y tozudamente la programación local.
Es Hugo Segurola el que pone su prestigio a la nueva LU 26 en nombre de la historia y de los mejores recuerdos de esa generación radiofónica surgida a fines de los 70 y principios de los 80.
Hoy Segurola, cumple 50 años. Si algo bueno han traído los tiempos modernos es que hoy para un hombre o una mujer medio siglo de vida significa no el tiempo de descuento sino la posibilidad de un segundo tiempo en la mejor forma.
Y así llega Segurola. En la madurez y brillantez de su profesión. Y nosotros con la seguridad que se “aura” que lo incluye entre los mejores no lo va a marear nunca, porque el como nadie ha respetado los orígenes, el como pocos se recuerda como comenzó este camino que no fue una larga alfombra roja hacia el éxito sino sinuoso, escabroso, interesante.
Ya se muchos dirán: este quiere aportar otro a la lista de perseguidos o habrá escuchado mucho “El Orejano”. Lo que hay que saber que aún en democracia no todos se comportan democráticamente. Lo que hay que saber que el poder del dinero acalló voces.. Pero no hay mal que dure 100 año y hubo cuerpo que lo aguantó.
Hugo pasionalmente pincharrata atado a los recuerdos de los tiempos de fútbol en el potrero, del prematuro retiro de Ferroviario cuando a los 16 vistió galas aurinegras en primera, del núcleo de practicantes de Kung Fu, de las primeras notas del gallego Fernández que le ganaron la convocatoria a la vieja L U 26, del tren de la hora 22, del Pulpo, el Paul, y el Rodi, de Misiones, del eterno retorno a la magia de la radio, de Gustavo Blázquez, Chongui, el Pato y Adalberto con cámara y micrófono.
Hugo de Pirucha, Virginia, Facundo, Clarivel, Mini, Mirta y mamá Hilda.
Te nombro para todos: Segurola el que dignificó a los hombres de los medios, Hugo César el amigo, siempre serás Huguito aunque tengas 50.
La vida… es también, el secreto mejor guardado del hombre como individuo…
Entonces, ¿ cómo abordar la vida de alguien tan reservado, cauto, sin estridencias qué, sus propias características convertidas en atributos, lo elevan a ser uno de los hombres más populares y expuestos de nuestros medio?
¿ Cómo hablar de la vida de alguien cuyas únicas excentricidades son las buenas corbatas, las lapiceras y los maletines?
Pero, es precisamente su propia naturaleza humana lo que lo hace distinto por sobre los demás.
Hoy cumple años Segurola…. Hoy cumple años Hugo… Hoy cumple años Hugo César…. Hoy cumple años Huguito….
Hoy son maneras de nombrar a la misma persona: seguramente sus amigos le dirán en forma respetuosa y para marcar el nombre ganado Hugo César, sus más próximos simplemente Hugo, desde el recuerdo sus tías, su padre y desde el amor fraternal su madre, sus hermanas y sus primos Huguito.
Y esas distintas maneras de nombrarlo se reproducirán en amplios sectores de la sociedad para coincidir o disentir, para idolatrarlo, agradecerle, para reconocer su valía.
Porque ese es el secreto de nuestro agasajado: haber logrado llegar a todos.
No es Hugo Segurola aquel al que todo se le perdona.
Es Hugo Segurola aquel que mejor a leído nuestra idiosincrasia, el que puede presentar con la misma dignidad a nuestros cantores y músicos populares en el Bar Londres o los consagrados en cualquiera de nuestros teatros o clubes.
Es Hugo Segurola el que puede cobijar bajo su micrófono o cámara el recuerdo de un Dorrego perdido en la Historia o la bronca del Dorrego preso de su Historia y preocupado por su porvenir.
Es Hugo Segurola el que preocupa, cuando proceso electoral por delante, desempolva su “Cuarto Poder” para desnudar las flaquezas de esta nueva clase dirigente política emergente de la mercantilización de los noventa.
Es Hugo Segurola el que desde un multimedio se erige en un mojón destacando los aspectos positivos de la Nueva Ley de Medios y manteniendo quijotesca y tozudamente la programación local.
Es Hugo Segurola el que pone su prestigio a la nueva LU 26 en nombre de la historia y de los mejores recuerdos de esa generación radiofónica surgida a fines de los 70 y principios de los 80.
Hoy Segurola, cumple 50 años. Si algo bueno han traído los tiempos modernos es que hoy para un hombre o una mujer medio siglo de vida significa no el tiempo de descuento sino la posibilidad de un segundo tiempo en la mejor forma.
Y así llega Segurola. En la madurez y brillantez de su profesión. Y nosotros con la seguridad que se “aura” que lo incluye entre los mejores no lo va a marear nunca, porque el como nadie ha respetado los orígenes, el como pocos se recuerda como comenzó este camino que no fue una larga alfombra roja hacia el éxito sino sinuoso, escabroso, interesante.
Ya se muchos dirán: este quiere aportar otro a la lista de perseguidos o habrá escuchado mucho “El Orejano”. Lo que hay que saber que aún en democracia no todos se comportan democráticamente. Lo que hay que saber que el poder del dinero acalló voces.. Pero no hay mal que dure 100 año y hubo cuerpo que lo aguantó.
Hugo pasionalmente pincharrata atado a los recuerdos de los tiempos de fútbol en el potrero, del prematuro retiro de Ferroviario cuando a los 16 vistió galas aurinegras en primera, del núcleo de practicantes de Kung Fu, de las primeras notas del gallego Fernández que le ganaron la convocatoria a la vieja L U 26, del tren de la hora 22, del Pulpo, el Paul, y el Rodi, de Misiones, del eterno retorno a la magia de la radio, de Gustavo Blázquez, Chongui, el Pato y Adalberto con cámara y micrófono.
Hugo de Pirucha, Virginia, Facundo, Clarivel, Mini, Mirta y mamá Hilda.
Te nombro para todos: Segurola el que dignificó a los hombres de los medios, Hugo César el amigo, siempre serás Huguito aunque tengas 50.