Café Tortoni – Avenida de Mayo y Piedras – Buenos Aires – Marzo 2008 (*)
Personajes:
Cronista
Lisandro De la Torre: Senador Nacional
Leandro N. Alem: Caudillo Fundador de la UCR
Juan B. Maciel: Caudillo Radical Dorreguense asesinado el 5 de Septiembre de 1937
Cronista:
En una mesa alejada
y fuera de todo lujo
Satán y el azar produjo
la distinguida velada.
La vanidad, la celada
eran motivo de verba
la astucia de los infieles
la infamia y la alevosía
son arpegios y armonías
laberinto y felonía.
Pudieron bien evitarse
argumentando lectura
prefirieron sin premura
darse la mano, pensarse.
Someter la inteligencia
al épico recorrido
que marca ser requerido
a una verbena informal
cuidando que lo normal
guarde lógica y sentido.
Maciel:
Común denominador
esconden nuestros pecados
fuimos tres los ultrajados
por orden Conservador.
Más no nos faltó valor
ni nos intimidó la huesa
el poder sobre la mesa
impuso altivo su hedor
desde un viejo campanario
dispararon sin pudor.
En la plaza de mi pago
un dolmen luce presencia
de mi se exalta la ausencia
siendo tilingo el halago.
La apología no aclara
de traidores y venales
títulos han de sobrarles
si quisieran reseñar
se sabe que al evocar
hay silentes y cobardes.
Los célebres pabellones
escurrieron sus valores
sobrevivir sin dolores
afinaron sus pendones.
Prefirieron omitir
el convite recibido
el partido esclavizado
fingió y silenció mi reto
la precisa carabina
hizo blanco y fue decreto.
De momento y mi relato
descansan por un instante
un derrotero lindante
escoge atender un rato.
Estimo que debo ser
de lo más afortunado,
mi mano no me ha matado
ni me seduce la miel
el precio por lo pactado
se paga cuando se es fiel.
De la Torre:
Acampe Maciel, le advierto,
no me tiente a sostener
la presencia de pecados
de villanos y de inciertos.
Mejor es aprovechar
este tiempo de descuento
y aportar por el momento
aquello por sopesar
proponiéndonos un crear
a favor del pensamiento.
Estimo dejar de lado
por un rato nuestra suerte
fuimos sólo consecuencia
del equilibrio presente.
La infamia que por entonces
no pudimos derrotar
hoy está documentada
y citada por cronistas
la sangre y las cicatrices
son acordes de solistas.
Maciel:
No puedo más Senador
que obligarme a su consejo
ante su impronta yo dejo
las cuestiones del dolor.
Maldecir lo sucedido
sería gastar chirolas
abaratando la instancia
de tan alta comitiva
será que Dios no ha podido
ayudarme con la herida.
Alem:
Fundé un partido pensando
en valor y alta moral
civismo y jurisprudencia
fue consigna Radical.
Mi ciencia fue utilizada
para matar al obrero
perseguir al jornalero
tratándolo de malvado,
la Patagonia y Vasena
no son cuitas del pasado.
Nadie argumentó indecencia
por tamaña atrocidad
mi sobrino y su ruindad
ocultaron su existencia.
Cómo pudo su codicia
apostar por la carencia
avalando la malicia
y omitiendo la decencia
la historia bien lo indultó
brindándole su clemencia.
De la Torre:
Más allá de su disgusto
quedan hombres de valor,
aquí tenemos un mártir
que cayó con pundonor.
Su partido supo armar
gente proba y de talento
sin afiliarme al intento
de sobarle es espinazo
le cuento que Juan Maciel
cumple reglas de pingazo.
Maciel:
Le agradezco sus halagos
y tamaña redención
no busqué ser meritorio
de conceptos elevados.
Yo sólo seguí las pautas
que marcara nuestro líder
ética y conducta firme
para enfrentar al tirano
inteligencia y coraje
no siempre van de la mano.
De la Torre:
Lo doliente, es que la horma,
del manual no forme parte
nadie sigue su estandarte
como buen sendero y norma.
Obsérvense mis legados
han quedado adormecidos
baratamente escondidos
por lucros y negociados
una muerte en el Senado
y traidores reciclados.
Demócrata y Progresista
llamaban a mi cuadrilla
era una torpe gavilla
con disfraz de reformista.
La sangre de Bordabehere
sirvió sólo de pretexto
para que Roca y su pacto
continúen con el trato,
el bloque de mi caterva
se retiró timorato.
Circulando los noventa
se aliaron a la inmundicia
brillantes en reeditar
sus afanes de codicia.
Menos mal que por entonces
el olvidar importaba
la evolución cercenaba
toda clase de reproche
la asociación ya no existe
fue enterrada aquella noche.
Confundido y obligado
decidí mi porvenir
supongo pude asumir
un derrotero agobiado.
El suicidio no es rentable
si es que vale mi opinión
no mejora el ascendente
ni prospera la versión,
me han tildado de cobarde
los ruines con intención.
Alem:
Si me permite intentar
y meterme en el asunto
muchas veces me pregunto
qué quisimos demostrar.
Se debe tener en cuenta
el destino del mensaje
a dónde va la oración
y quién nos está indagando,
un auditorio oponente
negará estar escuchando.
Maciel:
La sordera voluntaria
de quien no quiere escuchar
es sordera enmascarada
que prefiere usufructuar.
Esta suprema arrogancia
del soberbio intolerante
es vista con buen agrado
por el vulgo sometido
que se acoda en mostradores
bien mamados y curtidos.
De la Torre:
Disculpe Don Juan Maciel,
sin ánimo de ofenderlo
sospecho guarda recelo
y cierta debilidad.
No está en mí subestimar
al pueblo y su reflexión
le pido fije su acción
en aquello trascendental:
Necesidades humanas
lo básico elemental.
No está mal el aspirar
a un mundo de entendimiento
invocar conocimiento
y crecer para anhelar.
Es justamente por eso
que nos debemos prudencia
y entender que es una ciencia
la razón particular,
por la vida y sus matices
no es pertinente juzgar.
Alem:
Señores no cabe duda
la leyenda ha condenado
somos sólo un monolito
y un discurso desplumado.
Aspirar ser emulado
es cuestión de la inocencia
no encuentro ni una conciencia
que busque similitud
se persigue el dividendo
untando a la multitud.
Allá en el cuarenta y cinco
vi un albor en el camino
la bandada intelectual
no entendió su recorrido.
Las humildes mayorías
portaron protagonismo
dejaron de ser objeto
de oligarcas y hedonismo
la esperanza, y el fulano
moldearon al peronismo.
Algunos de nuestros hombres
abrevaron sus canteras
de Jauretche a Scalabrini
de Forja rompieron filas
aburridos de discursos
y ausencias de valentías.
Las traiciones no se olvidan
cuando de historia se habla
las razones y los hechos
valen más que mil palabras.
Maciel:
De acuerdo a su parecer
los Nacionales de ayer
no debieron rechazar
el convite populista.
La propuesta peronista
hablaba de la inclusión
sostenía la ilusión
de miles de desplazados
usados por ese entonces
como leña pa´el asado.
Tengo alguna prevención
por su cosmética intrusa
a veces y con excusas
la libertad no es mención.
De todas formas le cuento
que comulgo sometido
al concepto de las clases
su combate y su intención.
Confieso no ser tilingo
ni medio pelo fisgón.
De la Torre:
El hallarme en minoría
desafía el intelecto
no debo subestimar
el buen juicio y su concepto.
Es verdad que de elegir
mi marcada vocación
señalaría senderos
a favor de la Nación,
aunque a veces su perfume
huela a barata loción.
Del hombre no me agradó
su demagógica traza,
esa forma esa cadencia
y el manejo de las masas.
Sabido que es mal menor
ante tantas injusticias,
que por fin el jornalero
aguinaldo iba a gozar
vacación remunerada
y educación popular.
Obra social, sindicato
y un firme amparo legal,
la salud era privilegio
para su prole y su mal.
De todas formas yo dejo
librado para el azar
esos modos que sirvieron
a los maulas del corriente
que utilizaron su suerte
para su sombra frenar.
Para colmo lo rodeó
cierta banda de ordinarios
que cumplieron sus horarios
y el poder escamoteó.
Le ratearon al obrero
aquellos bienes ganados
sus derechos impugnaron
y lastimaron su cuero,
hoy su nombre suena artero
por sus nobles entenados.
Alem:
Si ansina fuera la cosa
y espero guarde licencia
no le quiero ni contar
lo que dejé como herencia.
Golpistas y estafadores
del vil cohecho profesores.
Prefiero dejar de lado
la crítica inconsistente
evaluando su gestión
con justicia omnipresente.
Ocultan a De La Rua
y la turba de su hogar
guardan bien enmascarado
al pituco de Alvear.
Los cívicos copulamos
más de una vez con el mal,
abandonamos a Illia
cuando no pudo enfrentar
al poder del enemigo
y su anhelo de lucrar.
Maciel:
Pucha el cinismo del viejo,
silencio, honestidad
demasiada felonía
para un mundo sin piedad.
Apuesto que su conjunto
tampoco lo valoró
que tarde le reservó
homenajes y respetos,
la duda y el desconcierto
invaden estos momentos.
De la Torre:
Haragana y discursiva
sospecho a la democracia
la libertad, la desgracia
sopesan su ley nociva.
Razonan las mayorías
a fuerza de la prebenda
la justicia corre vendas
cuando debe decidir
perseguir a un jornalero
o detener a un visir.
Alem:
De la Torre observo duda
y crítica del sistema
le comento en esta mesa
alguna visión absurda.
Se dice que es lo mejor
de lo peor que se conoce
pero nadie se descose
por ascender el tenor
la vagancia intelectual
rinde culto superior.
De la Torre:
Nada podemos cambiar
y menos en nuestro estado
el morir equivocado
es cuestión a razonar.
Tal vez el error partió
de suponer que el sentido
por común y prometido
no guarda leyes de honor,
vaya entonces la ocasión
y asumir nuestro dolor.
Cronista:
El mozo marcó la cuenta
y se dio por bien pagado
atender lo razonado
era motivo de renta.
La taberna es un lugar
de mágica geografía
fantasmas y celosías
velan prosas y talentos,
los próceres hilvanaron
el mejor de los momentos.
(*) ACLARACIÓN: Las ilustraciones y el tema musical que acompañan el texto fueron seleccionados por LA DORREGO. Colaboró Leticia Yezzi.
Personajes:
Cronista
Lisandro De la Torre: Senador Nacional
Leandro N. Alem: Caudillo Fundador de la UCR
Juan B. Maciel: Caudillo Radical Dorreguense asesinado el 5 de Septiembre de 1937
Cronista:
En una mesa alejada
y fuera de todo lujo
Satán y el azar produjo
la distinguida velada.
La vanidad, la celada
eran motivo de verba
la astucia de los infieles
la infamia y la alevosía
son arpegios y armonías
laberinto y felonía.
Pudieron bien evitarse
argumentando lectura
prefirieron sin premura
darse la mano, pensarse.
Someter la inteligencia
al épico recorrido
que marca ser requerido
a una verbena informal
cuidando que lo normal
guarde lógica y sentido.
Maciel:
Común denominador
esconden nuestros pecados
fuimos tres los ultrajados
por orden Conservador.
Más no nos faltó valor
ni nos intimidó la huesa
el poder sobre la mesa
impuso altivo su hedor
desde un viejo campanario
dispararon sin pudor.
En la plaza de mi pago
un dolmen luce presencia
de mi se exalta la ausencia
siendo tilingo el halago.
La apología no aclara
de traidores y venales
títulos han de sobrarles
si quisieran reseñar
se sabe que al evocar
hay silentes y cobardes.
Los célebres pabellones
escurrieron sus valores
sobrevivir sin dolores
afinaron sus pendones.
Prefirieron omitir
el convite recibido
el partido esclavizado
fingió y silenció mi reto
la precisa carabina
hizo blanco y fue decreto.
De momento y mi relato
descansan por un instante
un derrotero lindante
escoge atender un rato.
Estimo que debo ser
de lo más afortunado,
mi mano no me ha matado
ni me seduce la miel
el precio por lo pactado
se paga cuando se es fiel.
De la Torre:
Acampe Maciel, le advierto,
no me tiente a sostener
la presencia de pecados
de villanos y de inciertos.
Mejor es aprovechar
este tiempo de descuento
y aportar por el momento
aquello por sopesar
proponiéndonos un crear
a favor del pensamiento.
Estimo dejar de lado
por un rato nuestra suerte
fuimos sólo consecuencia
del equilibrio presente.
La infamia que por entonces
no pudimos derrotar
hoy está documentada
y citada por cronistas
la sangre y las cicatrices
son acordes de solistas.
Maciel:
No puedo más Senador
que obligarme a su consejo
ante su impronta yo dejo
las cuestiones del dolor.
Maldecir lo sucedido
sería gastar chirolas
abaratando la instancia
de tan alta comitiva
será que Dios no ha podido
ayudarme con la herida.
Alem:
Fundé un partido pensando
en valor y alta moral
civismo y jurisprudencia
fue consigna Radical.
Mi ciencia fue utilizada
para matar al obrero
perseguir al jornalero
tratándolo de malvado,
la Patagonia y Vasena
no son cuitas del pasado.
Nadie argumentó indecencia
por tamaña atrocidad
mi sobrino y su ruindad
ocultaron su existencia.
Cómo pudo su codicia
apostar por la carencia
avalando la malicia
y omitiendo la decencia
la historia bien lo indultó
brindándole su clemencia.
De la Torre:
Más allá de su disgusto
quedan hombres de valor,
aquí tenemos un mártir
que cayó con pundonor.
Su partido supo armar
gente proba y de talento
sin afiliarme al intento
de sobarle es espinazo
le cuento que Juan Maciel
cumple reglas de pingazo.
Maciel:
Le agradezco sus halagos
y tamaña redención
no busqué ser meritorio
de conceptos elevados.
Yo sólo seguí las pautas
que marcara nuestro líder
ética y conducta firme
para enfrentar al tirano
inteligencia y coraje
no siempre van de la mano.
De la Torre:
Lo doliente, es que la horma,
del manual no forme parte
nadie sigue su estandarte
como buen sendero y norma.
Obsérvense mis legados
han quedado adormecidos
baratamente escondidos
por lucros y negociados
una muerte en el Senado
y traidores reciclados.
Demócrata y Progresista
llamaban a mi cuadrilla
era una torpe gavilla
con disfraz de reformista.
La sangre de Bordabehere
sirvió sólo de pretexto
para que Roca y su pacto
continúen con el trato,
el bloque de mi caterva
se retiró timorato.
Circulando los noventa
se aliaron a la inmundicia
brillantes en reeditar
sus afanes de codicia.
Menos mal que por entonces
el olvidar importaba
la evolución cercenaba
toda clase de reproche
la asociación ya no existe
fue enterrada aquella noche.
Confundido y obligado
decidí mi porvenir
supongo pude asumir
un derrotero agobiado.
El suicidio no es rentable
si es que vale mi opinión
no mejora el ascendente
ni prospera la versión,
me han tildado de cobarde
los ruines con intención.
Alem:
Si me permite intentar
y meterme en el asunto
muchas veces me pregunto
qué quisimos demostrar.
Se debe tener en cuenta
el destino del mensaje
a dónde va la oración
y quién nos está indagando,
un auditorio oponente
negará estar escuchando.
Maciel:
La sordera voluntaria
de quien no quiere escuchar
es sordera enmascarada
que prefiere usufructuar.
Esta suprema arrogancia
del soberbio intolerante
es vista con buen agrado
por el vulgo sometido
que se acoda en mostradores
bien mamados y curtidos.
De la Torre:
Disculpe Don Juan Maciel,
sin ánimo de ofenderlo
sospecho guarda recelo
y cierta debilidad.
No está en mí subestimar
al pueblo y su reflexión
le pido fije su acción
en aquello trascendental:
Necesidades humanas
lo básico elemental.
No está mal el aspirar
a un mundo de entendimiento
invocar conocimiento
y crecer para anhelar.
Es justamente por eso
que nos debemos prudencia
y entender que es una ciencia
la razón particular,
por la vida y sus matices
no es pertinente juzgar.
Alem:
Señores no cabe duda
la leyenda ha condenado
somos sólo un monolito
y un discurso desplumado.
Aspirar ser emulado
es cuestión de la inocencia
no encuentro ni una conciencia
que busque similitud
se persigue el dividendo
untando a la multitud.
Allá en el cuarenta y cinco
vi un albor en el camino
la bandada intelectual
no entendió su recorrido.
Las humildes mayorías
portaron protagonismo
dejaron de ser objeto
de oligarcas y hedonismo
la esperanza, y el fulano
moldearon al peronismo.
Algunos de nuestros hombres
abrevaron sus canteras
de Jauretche a Scalabrini
de Forja rompieron filas
aburridos de discursos
y ausencias de valentías.
Las traiciones no se olvidan
cuando de historia se habla
las razones y los hechos
valen más que mil palabras.
Maciel:
De acuerdo a su parecer
los Nacionales de ayer
no debieron rechazar
el convite populista.
La propuesta peronista
hablaba de la inclusión
sostenía la ilusión
de miles de desplazados
usados por ese entonces
como leña pa´el asado.
Tengo alguna prevención
por su cosmética intrusa
a veces y con excusas
la libertad no es mención.
De todas formas le cuento
que comulgo sometido
al concepto de las clases
su combate y su intención.
Confieso no ser tilingo
ni medio pelo fisgón.
De la Torre:
El hallarme en minoría
desafía el intelecto
no debo subestimar
el buen juicio y su concepto.
Es verdad que de elegir
mi marcada vocación
señalaría senderos
a favor de la Nación,
aunque a veces su perfume
huela a barata loción.
Del hombre no me agradó
su demagógica traza,
esa forma esa cadencia
y el manejo de las masas.
Sabido que es mal menor
ante tantas injusticias,
que por fin el jornalero
aguinaldo iba a gozar
vacación remunerada
y educación popular.
Obra social, sindicato
y un firme amparo legal,
la salud era privilegio
para su prole y su mal.
De todas formas yo dejo
librado para el azar
esos modos que sirvieron
a los maulas del corriente
que utilizaron su suerte
para su sombra frenar.
Para colmo lo rodeó
cierta banda de ordinarios
que cumplieron sus horarios
y el poder escamoteó.
Le ratearon al obrero
aquellos bienes ganados
sus derechos impugnaron
y lastimaron su cuero,
hoy su nombre suena artero
por sus nobles entenados.
Alem:
Si ansina fuera la cosa
y espero guarde licencia
no le quiero ni contar
lo que dejé como herencia.
Golpistas y estafadores
del vil cohecho profesores.
Prefiero dejar de lado
la crítica inconsistente
evaluando su gestión
con justicia omnipresente.
Ocultan a De La Rua
y la turba de su hogar
guardan bien enmascarado
al pituco de Alvear.
Los cívicos copulamos
más de una vez con el mal,
abandonamos a Illia
cuando no pudo enfrentar
al poder del enemigo
y su anhelo de lucrar.
Maciel:
Pucha el cinismo del viejo,
silencio, honestidad
demasiada felonía
para un mundo sin piedad.
Apuesto que su conjunto
tampoco lo valoró
que tarde le reservó
homenajes y respetos,
la duda y el desconcierto
invaden estos momentos.
De la Torre:
Haragana y discursiva
sospecho a la democracia
la libertad, la desgracia
sopesan su ley nociva.
Razonan las mayorías
a fuerza de la prebenda
la justicia corre vendas
cuando debe decidir
perseguir a un jornalero
o detener a un visir.
Alem:
De la Torre observo duda
y crítica del sistema
le comento en esta mesa
alguna visión absurda.
Se dice que es lo mejor
de lo peor que se conoce
pero nadie se descose
por ascender el tenor
la vagancia intelectual
rinde culto superior.
De la Torre:
Nada podemos cambiar
y menos en nuestro estado
el morir equivocado
es cuestión a razonar.
Tal vez el error partió
de suponer que el sentido
por común y prometido
no guarda leyes de honor,
vaya entonces la ocasión
y asumir nuestro dolor.
Cronista:
El mozo marcó la cuenta
y se dio por bien pagado
atender lo razonado
era motivo de renta.
La taberna es un lugar
de mágica geografía
fantasmas y celosías
velan prosas y talentos,
los próceres hilvanaron
el mejor de los momentos.
(*) ACLARACIÓN: Las ilustraciones y el tema musical que acompañan el texto fueron seleccionados por LA DORREGO. Colaboró Leticia Yezzi.
1 comentario:
interesante crónica y genial el tango elegido (esperen que se cargue y leanlo mientras lo escuchan) genera el clima perfecto.
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