domingo

Padres - Hijos - Tiempos difíciles. Por Jorge González


Los hijos son seres soñados, que cuando aparecen en el mundo abren un arco iris de plenitud poética y mística. Y después nos dan trabajo, hay que educarlos, es un trabajo, los hijos son personas pero hay que hacerlos, ayudarles a crecer, marcarles rumbos para que el primer llanto que parece decir “por que me han abandonado” no se repita, es un trabajo, antes era mas fácil, hoy es mas complicado. Antes y cuanto mas atrás miremos en la historia, tanto mas fácil era.
Estaban los libretos preestablecidos, nuestros padres sabían que hacer en cada momento, en toda ocasión, ante cualquier problema, sabían que hacer cuando tenias fiebre, catarro, te ponían el pulóver por que hacia frío. No dudaban, ni te preguntaban, no preguntaban por que estaban seguros del bien y del mal, hoy en día muchos padres no están seguros de nada, entonces preguntan, divagan, y no se juegan y eso si que es equivocarse.

Antes era mas fácil, cuidado, no dije era mejor. El manual de instrucción lo legaban abuelos a hijos, y estos a sus nietos, se sabia que hacer y se obraba con una seguridad, tranquilidad, de quien sabe que esta en la verdad y no se equivoca.
Eran tiempos aquellos, en que en general se sabia que hacer, los roles estaban fijamente definidos. El ajuar de la novia y su debida preparación, la caballerosidad del varón, las reglas de cortesía, las visitas, los paseos, el primer beso, hasta aquí se toca y mas allá esta prohibido, los padres de la novia, los padres del novio, sus intercomunicaciones. Marcos de contención y reglamentos de conductas firmes, inalterables. Desde el vestir, hasta el hablar. En fin todo. Podría ser triste o dramático, pero era más fácil.
Hoy es mas difícil, la rebelión contra el autoritarismo pasado, nos ha dejado sin libreto, sin recetario implícito, nos ha dejado en libertad y la libertad es difícil y mete miedo.
¿Por qué miedo? Porque tenemos que decidir solos, ya nadie nos impone que hacer como esposo/a, madre, padre, somos libres, debemos elegir y es difícil y da miedo. ¿Y si me equivoco? Esa es la pregunta de los padres actuales y tiemblan cuando la pronuncian.

Hoy es mas difícil, pero no hay salida ni fuga, ya esta nació, ahí lo tienes, indefenso, aparecen y lloran ¿por qué lloran? Por que estaban dentro del vientre materno en dulzura embarcadora, ligados, unidos, cuerpo dentro de cuerpo, protegidos. Es el estado ideal. Nacer es ser arrojado afuera, el cordón umbilical se corta, se llora, llora la madre de emoción, llora el padre de contento, llora el niño de desprotección, brota justamente lo humano como necesidad de crecimiento en busca de la ligadura perdida.
El trauma del nacimiento llama a ese dolor y sin embargo de ese dolor germina la flor de la vida. ¿Qué debemos hacer los padres por ese bebe que llora al nacer, pueda encarar la existencia como persona, como hacedor de su propia historia hacia la dicha, la vida compartida, el amar y el ser amado? EDUCARLO. No hay otra cosa que hacer, precisamente para que no sea cosa, para que sea persona, para que esta primera independencia creativa de ser persona, que juega su libertad, pero sabe como y a que jugarlo.
Educar es enseñarle ese juego, transmitirle las reglas, guiarlo entre escollos para prevenir caídas y seguir adelante. No debemos darle a los hijos únicamente consejos acerca de la vida útil o material, es bueno que ellos sean educados en dos caminos: uno el de la productividad, el de la eficiencia, el del éxito que trae dinero, bienes materiales, el otro camino es el que no te depara éxitos materiales, es el de la relación humana, el camino del amor de lo espiritual, el de los valores.
Uno que ayuda a sustententar materialmente la vida y el otro que permite saborearla
espiritualmente. Las personas también viven de palabras, de gestos, abrazos, de ojos llenos de luz, de sueños, de esperanzas, de anhelos. La vida del espíritu no tiene lugar en el mundo electrónico, ese mundo se encargara de educar a nuestros hijos para que sean eficientes profesionales. Los padres debemos educarlos para que sea buenas personas, ricas en valores, millonarias de corazón.

Dentro de los conflictos mas marcados, en la relación padres – hijos, nos encontramos a veces con que la realidad nos marca que hay una imposibilidad de establecer un dialogo generacional, o mejor dicho, que los padres no están en la posición de autoridad como para marcar desde un cierto poder una pauta educativa. Nos encontramos con que se hallan invertidos los roles padre-hijo.

Esto se denomina invasión jerárquica y es el germen de trastornos de conducta en la infancia y en la adolescencia.
Son familias donde no existen límites a comportamientos destructivos de los hijos o donde no hay seguimiento de las actividades escolares o de las actividades sociales de los chicos (amistades por ejemplo).
Límite, vínculo afectivo y transmisión de valores son las principales vacunas psicológicas que necesitan para aprender a autocondusirce en un mundo tan complejo e incierto como el actual. Cuando faltan estos transmisores simbólicos y de ternura, se da un singular “abandono” del hijo, aun viviendo entre mp3, zapatillas de marca, o equipos de audio.

En muchos casos, se llega al llamado fenómeno de la “parentalizacion”, donde el hijo queda convertido en el padre de los padres. Estos actúan como adolescentes y son pares no diferenciados de los hijos o quedan sujetos a los caprichos de estos.
El hijo marca pautas, horarios, conductas y hábitos de vida. En estas condiciones, es casi imposible marcar una conducta o un comportamiento que va a ser negativo para la salud. En muchas circunstancias, los padres también beben en exceso y transmiten desde hace varios años un modelo adictivo.

Las circunstancias sociales tampoco ayudan. El alcohol y las drogas vienen en un “combo” (permítanme esta expresión muy conocida en el ambiente juvenil) cultural de música, imágenes breves fragmentadas, palabras efímeras, videoclips, en un tiempo y un espacio de gran rapidez y donde la velocidad es el verdadero lenguaje, además, hoy, los adolescentes se socializan en la fiesta.
La fiesta es el evento central del rito adolescente actual. Las palabras familiares hoy corren en desventaja frente a este marco cultural que responde a las leyes del marketing.

Si te incluís en este combo tenes pertenencia, de lo contrario “no existís”.

La sabiduría del adulto protector debe ser ayudarlo a distinguir entre el gusto por la música y la cultura del videoclip y las drogas y el alcohol como daño a la salud. En esta sutil separación, hoy se juega el destino de muchos jovenes.
NOTA: La selección musical que acompaña este texto fue realizada por el equipo de LA DORREGO. Colaboró Leticia Yezzi.