Desde su humilde casa, Mario Salvide hace que el automovilismo permanezca con el paso del tiempo. En medio de fotos, libros, posters, cuadros, bibliografías y documentos históricos, este dorreguense transita sus días en medio de exposiciones y pasiones, como flamante jubilado y en su ciudad natal.
Amante de los fierros, es un abonado al pasado, no mira con buenos ojos la tecnología mecánica sino que prefiere el armado artesanal y en sus archivos prevalece el blanco y negro sobre el color.
El Turismo Carretera es su obsesión; se rejuvenece al mencionarlo. Arriba de su mesa, en plena ronda de mate, tiene su tesoro más preciado. Ni los placares o baules alcanzan para contener el archivo.
--¿Cuándo empezaste con esta pasión?
--Llevo más de 30 años. Empecé a recolectar todo tipo de cosas sobre el Turismo Carretera del ayer, me gustó, no me cansé y es un atractivo en mi vida. Traté de mantener esta pasión con el paso del tiempo.
--¿Qué te cautivó del TC?
--Básicamente el recuerdo de las competencias que se trasladaban de pueblo en pueblo. Las que pasaban por Tres Arroyos, Necochea, Olavarría, Coronel Pringles y Bahía Blanca. Me acuerdo que trabajaba en el campo y escuchaba por radio esas noches de gala. Fueron años de plenitud. De ver lo que no se podía. Esas competencias largaban cerca de la medianoche y pasaban a las cuatro de la mañana por esta parte de la provincia. Las carreras de ruta tenían otro gusto.
--¿Te considerás un coleccionista?
--Siempre me gustó guardar fotos, archivar revistas o recolectar todo tipo de cosas relacionadas con el automovilismo. Mi sueño siempre fue hacer exposiciones en Dorrego y en algunas ciudades cercanas. Mostrar lo que recolecté siempre fue mi anhelo. Lo mío también es del otro.
--¿Quiénes fueron los pilotos que más te marcaron?
--Los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi. También conocí personalmente al "Nene" Plano (Héctor Evaristo) y Matías De la Torre, maestros de las cuatro ruedas.
--¿El material de archivo es propio o recibís la colaboración de la gente?
--Las dos cosas. Por ejemplo, el periodista Carlos Vecchietti me regaló fotos y cuadros, y mucha gente suele acercarme archivos. Siento que soy un afortunado. Mi deseo es retroceder a tiempos pasados simplemente con imágenes.
--¿Cuándo decidiste hacer la primera muestra?
--No hace mucho. Hasta el año pasado siempre guardaba o archivaba todo en mi casa. Sin embargo, un día se me acercaron algunos amigos, me alentaron y empecé a pensar seriamente en mostrar públicamente mi colección. Cuadros vidriados y trabajos de carpintería me llevaron un tiempo prolongado hasta que la presenté a mediados del año pasado. Me sentí pleno, es como un auto de carrera.
--¿Por qué?
--Siempre falta algo o es necesario contar con algunos accesorios extras.
--¿La gente respondió?
--Sí, y fue una alegría inmensa. Dorrego no falló y me gustaría seguir en esta faceta. Incluso, permanentemente recibo todo tipo de material. Fueron alrededor de dos semanas.
--¿Te gustaría mostrar tu archivo en Bahía?
--Es la idea. No pretendo nada en lo económico, sólo quiero aportar mi granito de arena a una actividad que se lleva en la sangre.
"Ford tenía un plus"
--¿Ford o Chevrolet?
--Simpatizo con Ford, je, je...
--¿Por qué razón?
--Por los Gálvez (Oscar y Alfredo). Ellos no sólo preparaban los autos sino que también corrían.
--¿Cuál era o es la real diferencia entre Ford y Chevrolet?
--Los motores. Ford tenía un plus. Pero era un Boca-River. Las dos marcas tienen una historia detrás, contuvieron a los mejores pilotos y lograron que uno necesite del otro.
--¿La inserción del Torino marcó una época?
--Sí. De todas maneras, los Torinos llegaron cuando las cupecitas estaban en período de extinción.
--¿Te gusta el TC actual?
--La verdad, no.
--¿Por la tecnología?
--Es demasiada. Pero sucede también en el Midget y ni hablar de la Fórmula 1. La cantidad de autos se multiplicó en relación a años anteriores. Los midgets que se corrían en Villa Mitre o Tiro Federal tenían mecánica artesanal. Ahora ingresamos en otra etapa y no me siento identificado.
"Dorrego no pudo adaptarse a estos tiempos"
--¿Cuál es la fotografía que más te cautiva?
--La "Galera" de los Emiliozzi. Ellos empezaron a competir en el `53, siempre con el mismo auto y seguramente formará parte del museo que se está construyendo en Olavarría. Los ví correr y tengo una foto firmada por Torcuato. Una anécdota: Armando J. Ríos, piloto de esa época de Chevrolet, estuvo por Dorrego en un almuerzo que organizó Rubén Blanco. Le confesé que no fue mi piloto favorito. Y él me dijo: "Ganar, en esos tiempos, era una doble satisfacción por el triunfo propiamente dicho y el sacrificio de dejar atrás a rivales como los hermanos Emiliozzi".
--Como fanático del automovilismo y de tu ciudad, ¿por qué Dorrego quedó relegado en diferentes tipos de organizaciones automovilísticas?
--No pudo adaptarse a los tiempos que corren. Los invernales de Midget eran un atractivo, hasta que se disolvió esa medida y todo quedó centrado en Aldea Romana. Además, era un gasto importante para una organización que debía moverse permanentemente. No cerraban los números. La gente acompañaba, pero también tomaba sus recaudos.
"`Grucho' marcó un estilo"
--¿Cuándo empezaste a estar cerca de los midgets?
--Ufff... Hace mucho tiempo. Más de 30 años.
--¿A quién seguías?
--Acompañaba a Rubén Fuertes. También había varios dorreguenses en esa época, como Carlos De la Iglesia, "Cachito" Flores, Mario Manuel Matélica, Rubén "Grucho" Blanco, Mario Villar, Mario Dell' Archiprete, Horacio Rossi y Roberto Merino.
--¿Rubén Blanco marcó una época para Dorrego?
--Fue un referente. Después apareció Fabián Colturi. No obstante, "Grucho" se subió a un TC y fue protagonista.
Ping pong fierrero
-- Los Emiliozzi: "Un hermoso recuerdo del ayer".
-- Rubén Blanco: "Más que un personaje, un amigo".
-- Mario Villar: "Un gran piloto de Midget".
-- El Midget: "Un furor de estas épocas".
-- El TC: "La categoría criolla por excelencia".
-- La mejor carrera: "La vuelta Tres Arroyos-Necochea. Siempre eran las mejores".
-- Una alegría: "Cuando `Grucho' Blanco se subió a un TC de Pedersoli".
-- El automovilismo: "Un pasatiempo".
FUENTE: La Nueva Provincia
Amante de los fierros, es un abonado al pasado, no mira con buenos ojos la tecnología mecánica sino que prefiere el armado artesanal y en sus archivos prevalece el blanco y negro sobre el color.
El Turismo Carretera es su obsesión; se rejuvenece al mencionarlo. Arriba de su mesa, en plena ronda de mate, tiene su tesoro más preciado. Ni los placares o baules alcanzan para contener el archivo.
--¿Cuándo empezaste con esta pasión?
--Llevo más de 30 años. Empecé a recolectar todo tipo de cosas sobre el Turismo Carretera del ayer, me gustó, no me cansé y es un atractivo en mi vida. Traté de mantener esta pasión con el paso del tiempo.
--¿Qué te cautivó del TC?
--Básicamente el recuerdo de las competencias que se trasladaban de pueblo en pueblo. Las que pasaban por Tres Arroyos, Necochea, Olavarría, Coronel Pringles y Bahía Blanca. Me acuerdo que trabajaba en el campo y escuchaba por radio esas noches de gala. Fueron años de plenitud. De ver lo que no se podía. Esas competencias largaban cerca de la medianoche y pasaban a las cuatro de la mañana por esta parte de la provincia. Las carreras de ruta tenían otro gusto.
--¿Te considerás un coleccionista?
--Siempre me gustó guardar fotos, archivar revistas o recolectar todo tipo de cosas relacionadas con el automovilismo. Mi sueño siempre fue hacer exposiciones en Dorrego y en algunas ciudades cercanas. Mostrar lo que recolecté siempre fue mi anhelo. Lo mío también es del otro.
--¿Quiénes fueron los pilotos que más te marcaron?
--Los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi. También conocí personalmente al "Nene" Plano (Héctor Evaristo) y Matías De la Torre, maestros de las cuatro ruedas.
--¿El material de archivo es propio o recibís la colaboración de la gente?
--Las dos cosas. Por ejemplo, el periodista Carlos Vecchietti me regaló fotos y cuadros, y mucha gente suele acercarme archivos. Siento que soy un afortunado. Mi deseo es retroceder a tiempos pasados simplemente con imágenes.
--¿Cuándo decidiste hacer la primera muestra?
--No hace mucho. Hasta el año pasado siempre guardaba o archivaba todo en mi casa. Sin embargo, un día se me acercaron algunos amigos, me alentaron y empecé a pensar seriamente en mostrar públicamente mi colección. Cuadros vidriados y trabajos de carpintería me llevaron un tiempo prolongado hasta que la presenté a mediados del año pasado. Me sentí pleno, es como un auto de carrera.
--¿Por qué?
--Siempre falta algo o es necesario contar con algunos accesorios extras.
--¿La gente respondió?
--Sí, y fue una alegría inmensa. Dorrego no falló y me gustaría seguir en esta faceta. Incluso, permanentemente recibo todo tipo de material. Fueron alrededor de dos semanas.
--¿Te gustaría mostrar tu archivo en Bahía?
--Es la idea. No pretendo nada en lo económico, sólo quiero aportar mi granito de arena a una actividad que se lleva en la sangre.
"Ford tenía un plus"
--¿Ford o Chevrolet?
--Simpatizo con Ford, je, je...
--¿Por qué razón?
--Por los Gálvez (Oscar y Alfredo). Ellos no sólo preparaban los autos sino que también corrían.
--¿Cuál era o es la real diferencia entre Ford y Chevrolet?
--Los motores. Ford tenía un plus. Pero era un Boca-River. Las dos marcas tienen una historia detrás, contuvieron a los mejores pilotos y lograron que uno necesite del otro.
--¿La inserción del Torino marcó una época?
--Sí. De todas maneras, los Torinos llegaron cuando las cupecitas estaban en período de extinción.
--¿Te gusta el TC actual?
--La verdad, no.
--¿Por la tecnología?
--Es demasiada. Pero sucede también en el Midget y ni hablar de la Fórmula 1. La cantidad de autos se multiplicó en relación a años anteriores. Los midgets que se corrían en Villa Mitre o Tiro Federal tenían mecánica artesanal. Ahora ingresamos en otra etapa y no me siento identificado.
"Dorrego no pudo adaptarse a estos tiempos"
--¿Cuál es la fotografía que más te cautiva?
--La "Galera" de los Emiliozzi. Ellos empezaron a competir en el `53, siempre con el mismo auto y seguramente formará parte del museo que se está construyendo en Olavarría. Los ví correr y tengo una foto firmada por Torcuato. Una anécdota: Armando J. Ríos, piloto de esa época de Chevrolet, estuvo por Dorrego en un almuerzo que organizó Rubén Blanco. Le confesé que no fue mi piloto favorito. Y él me dijo: "Ganar, en esos tiempos, era una doble satisfacción por el triunfo propiamente dicho y el sacrificio de dejar atrás a rivales como los hermanos Emiliozzi".
--Como fanático del automovilismo y de tu ciudad, ¿por qué Dorrego quedó relegado en diferentes tipos de organizaciones automovilísticas?
--No pudo adaptarse a los tiempos que corren. Los invernales de Midget eran un atractivo, hasta que se disolvió esa medida y todo quedó centrado en Aldea Romana. Además, era un gasto importante para una organización que debía moverse permanentemente. No cerraban los números. La gente acompañaba, pero también tomaba sus recaudos.
"`Grucho' marcó un estilo"
--¿Cuándo empezaste a estar cerca de los midgets?
--Ufff... Hace mucho tiempo. Más de 30 años.
--¿A quién seguías?
--Acompañaba a Rubén Fuertes. También había varios dorreguenses en esa época, como Carlos De la Iglesia, "Cachito" Flores, Mario Manuel Matélica, Rubén "Grucho" Blanco, Mario Villar, Mario Dell' Archiprete, Horacio Rossi y Roberto Merino.
--¿Rubén Blanco marcó una época para Dorrego?
--Fue un referente. Después apareció Fabián Colturi. No obstante, "Grucho" se subió a un TC y fue protagonista.
Ping pong fierrero
-- Los Emiliozzi: "Un hermoso recuerdo del ayer".
-- Rubén Blanco: "Más que un personaje, un amigo".
-- Mario Villar: "Un gran piloto de Midget".
-- El Midget: "Un furor de estas épocas".
-- El TC: "La categoría criolla por excelencia".
-- La mejor carrera: "La vuelta Tres Arroyos-Necochea. Siempre eran las mejores".
-- Una alegría: "Cuando `Grucho' Blanco se subió a un TC de Pedersoli".
-- El automovilismo: "Un pasatiempo".
FUENTE: La Nueva Provincia
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