En mi experiencia personal, ha quedado grabado un momento, que registro como el inicio de un largo período de oscuridad.
Fue un día de marzo de 1975, un año antes del golpe de estado, cuando comenzaba el segundo año de la carrera, y me encontraba en la Universidad de Sur, en el edificio de Avenida Alem.
Había una gran cantidad de estudiantes, y de pronto todos salieron corriendo hacia el patio. Cuando retornamos, nos enteramos que una persona, que resultó ser un sicario, había herido de muerte, de un balazo, a un estudiante de ingeniería, de apellido Watu, que estaba repartiendo panfletos en el pasillo, tal como se hacía habitualmente.
Fue el comienzo de una espiral de violencia, ataques, atentados, y muertes, que asoló Bahía Blanca y otras muchas ciudades de Argentina, dentro de una lucha entre grupos de ultraizquierda y ultraderecha, con preponderancia de éstos últimos.
En definitiva, durante ese año, que fue el último del gobierno constitucional de Isabel Martínez, estas acciones, en donde la vida era "la moneda de cambio", se prepararon y desarrollaron las condiciones, y dieron una excusa más; además de incidir en la opinión pública, para que gran parte de la sociedad, viera al golpe como la solución para poner fin a esa violencia irracional.
Por el contrario, como quedó demostrado, las consecuencias fueron peores, no se mejora una sociedad con más violencia fuera de la ley.
Italia y Alemania demostraron que a los grupos violentes se los combate y vence con la ley y la constitución. Ahora son España y Francia, quienes están tratando de alcanzar la solución a este flagelo.
Como conclusión, no tengo dudas, que con todo lo malo, que era el gobierno de ese momento, nos hubiera ido mucho mejor, si concluía su mandato, y lo seguía otro elegido por el pueblo.
No tendríamos ni las secuelas irresueltas, ni la gran cantidad de desaparecidos, ni hubiera exitido la guerra de Malvinas, y todas las heridas sin cerrar, que aún tenemos.
Los países desarrollados han llegado a donde están, con más democracia, y al menos hasta hoy, y en función de lo vivido, considero que con sus defectos, sigue siendo el mejor sistema para vivir en libertad, y que permite aún, aspirar y soñar con mejorar la calidad de vida de la gente. (24.03.10)
Fue un día de marzo de 1975, un año antes del golpe de estado, cuando comenzaba el segundo año de la carrera, y me encontraba en la Universidad de Sur, en el edificio de Avenida Alem.
Había una gran cantidad de estudiantes, y de pronto todos salieron corriendo hacia el patio. Cuando retornamos, nos enteramos que una persona, que resultó ser un sicario, había herido de muerte, de un balazo, a un estudiante de ingeniería, de apellido Watu, que estaba repartiendo panfletos en el pasillo, tal como se hacía habitualmente.
Fue el comienzo de una espiral de violencia, ataques, atentados, y muertes, que asoló Bahía Blanca y otras muchas ciudades de Argentina, dentro de una lucha entre grupos de ultraizquierda y ultraderecha, con preponderancia de éstos últimos.
En definitiva, durante ese año, que fue el último del gobierno constitucional de Isabel Martínez, estas acciones, en donde la vida era "la moneda de cambio", se prepararon y desarrollaron las condiciones, y dieron una excusa más; además de incidir en la opinión pública, para que gran parte de la sociedad, viera al golpe como la solución para poner fin a esa violencia irracional.
Por el contrario, como quedó demostrado, las consecuencias fueron peores, no se mejora una sociedad con más violencia fuera de la ley.
Italia y Alemania demostraron que a los grupos violentes se los combate y vence con la ley y la constitución. Ahora son España y Francia, quienes están tratando de alcanzar la solución a este flagelo.
Como conclusión, no tengo dudas, que con todo lo malo, que era el gobierno de ese momento, nos hubiera ido mucho mejor, si concluía su mandato, y lo seguía otro elegido por el pueblo.
No tendríamos ni las secuelas irresueltas, ni la gran cantidad de desaparecidos, ni hubiera exitido la guerra de Malvinas, y todas las heridas sin cerrar, que aún tenemos.
Los países desarrollados han llegado a donde están, con más democracia, y al menos hasta hoy, y en función de lo vivido, considero que con sus defectos, sigue siendo el mejor sistema para vivir en libertad, y que permite aún, aspirar y soñar con mejorar la calidad de vida de la gente. (24.03.10)
2 comentarios:
Hola.
Aclaración: El nombre del estudiante de ingeniería era DAVID CILLERUELLO, apodado "WATU".
No sé si la confusión es de Ferrero o de La Dorrego, pero convendría aclararlo. No sé, charlarlo con Ferrero previamente, si la nota es suya. Y si lo hacen, no lo hagan como con lo de RICARDO CURETTI, que hicieron mutis por el foro. Reconozcan el error, no lo corrijan "silenciosamente", si? Por una cuestión de respeto a los lectore, si?
Saludos
Es correcto, le decían Watu, pero el apellido era Cilleruello, estudiante de ingeniería eléctrica si no recuerdo mal. La memoria me jugó una mala pasada al citarlo, ( ya han transcurrido 35 años) Les pido disculpas.
Fabian Ferrero
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