miércoles

Entre la necesidad y el exceso. Escribe Ana María de la Peña

La agricultura surge hace aproximadamente 10.000 años, el hombre abandona en parte sus hábitos cazadores y el nomadismo y descubre el trabajo agrícola, sustento generoso; se sedentariza, hace suyo un terruño y se siente en pertenencia.

La revolución agrícola anterior a la revolución industrial trae la parcelación, el alambrado, la propiedad y la renguera social: grandes hacendados y pequeños arrendatarios.

Nuevas necesidades y nuevas dificultades, las innovaciones en maquinarias que aumentan la productividad y aligeran el trabajo; avance tecnológico que atiende más a la instancia costo beneficio que a la preocupación regulativa que se adecue a la preocupación regulativa que se adecue al horizonte de impacto social y ambiental. Es lo que hoy se denomina “capital de riesgo”.

El desequilibrio ecológico exige para la supervivencia que se produzcan en lo seres vivos igual número de cambios adaptativos a aquellos que se van dando en el medio ambiente.

Dice (el biólogo japonés recientemente fallecido) Masanobu Fukuoka: “el investigador, antes de ser investigador debe ser filósofo”. Hallar el fundamento delas acciones morales y acompañar con introspección, interrogantes, ordenadores del camino vital.

La biotecnología presenta aquella ambivalencia, hace que el hombre trabaje menos, pero trae la restricción de la mano de obra, de la desigualdad social, la indiferencia frente a las consecuencias para la salud humana.

Al constituir los transgénicos el entrecruzamiento genético de diferentes especies, se fabrican enfermedades para las que ya (las compañías) tienen el producto o remedio que masivamente es consumido, ya que es presentado como el maná que salva.

El poder se lo asocia a las campañas generadoras de miedo, léase dengue, gripe porcina, SIDA y tantas...

Se modela el pensamiento, conocimiento e información. Las universidades ya constituyen prácticamente, células de la enfermedad dominante.

Donald Rumsfeld, (ex) secretario de Defensa de (USA) ejerció presión sobre la DEA para que esta liberara a la venta el Aspartamo, fabricado por la farmacéutica Searle, de la cual él había sido presidente.

El aspartamo provocaba tumores en ratones y epilepsia en monos. Searle fue comprada por Monsanto y el Aspartamo se comercializó con el nombre de Nutra Sweet.

Nuestro país le dio la venia a Monsanto por un decreto del (ex secretario de agricultura Felipe) Solá, firmado entre gallos y medianoches, junto a la venta-robo del germoplasma nacional y la Ley de Regalías.

Por contrato no se puede sembrar más que las semillas que ellos proveen con obligación de venta hasta el último grano y por supuesto, toda la gama de herbicidas, funguicidas y neurotóxicos.

Las cuatro principales multinacionales controlan el 50% del mercado total de semillas y el conjunto de la producción mundial de los OGM o semillas transgénicas.

Semilla, alimento, animales, pueden ser patentados garantizando la propiedad de lo obtenido.

El Ingeniero Martín Zamora de la Chacra Experimental Barrow había presentado su tesis sobre la contaminación del agua con fertilizantes y agroquímicos y el Ingeniero José Luis Costa del INTA Balcarce se especializó en agroquímicos.

Ambos exponen la grave situación generada por los cultivos de soja transgénica tratados con glifosato, 2-4D, cipermetrina y endosulfan.

El bioquímico Gilles Seralini de la Universidad de Caen, Francia, habla de la sensibilidad de las células placentarias humanas al Roundup (Glifosato más aditivos químicos).

Observadora de la naturaleza, me paré frente a un laurel del jardín y ví que estaba plagado de pulgones que le succionaban la savia impidiendo una buena floración.

A los tres días vuelvo sobre la planta y maravilla...estaba llena de vaquitas (de San Antonio) y limpia de pulgones, estos constituyen su plato favorito.

El laurel floreció espléndido y todo fue producto del natural equilibrio.

En el macroámbito de la ética, representado por instituciones del derecho internacional, es donde se deben generar las esperadas respuestas, previendo:

El principio de seguridad alimentaria, el principio de la diversidad, exposición de la salud humana y vulnerabilidad de los sectores más carenciados. (14.04.10)

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