Lejos de ser un depósito de abuelos, el Hogar de Ancianos de Coronel Dorrego es un albergue pleno de afectos y comodidades que otorga paz, tranquilidad y una sana convivencia a una treintena de personas.
Sus instalaciones se convirtieron en “una casa grande”, siendo habitadas por una particular como heterogénea familia donde mujeres y hombres con distintas historias individuales comparten un mismo techo.
El espíritu emprendedor del padre Nicolás Ramos Ojeda, un español que arribó a la Argentina en 1911, posibilitó la puesta en marcha de un sitio orientado a hospedar a los más desvalidos en coincidencia con los coletazos de la inolvidable crisis de la década del 30.
Las primeras instalaciones estuvieron ubicadas en la esquina de las calles 11 y 23, para posteriormente emplazarse en un amplio predio de una manzana, en proximidades del Hospital Municipal.
La nueva casa comenzó a gestarse hace cuatro décadas, tal como me lo contó en una de las tantas cartas personales que suele enviarme la distinguida y respetada vecina Alicia Villasuso (esposa de ese gran referente de la política y la vida llamado Nírido Santagada) -la cual- motivado por la presente nota me permito transcribir parcialmente y que data de Enero de 2006:
“Estimado Segurola: ahora comprendo bien, porqué es necesario en la vida recibir un “campanazo fuerte, alguna vez… Estos días que tanto se comenta la obra hermosa que se ha llevado a cabo en el Hogar de Ancianos y que nos pone a la altura del orgullo, saber que poseemos un lugar tan completo y merecido para los abuelos de este pueblo.”
En aquella misiva de hace cuatro años, Alicia prosigue diciendo: “Ese campanazo me tocó muy a fondo cuando aquel año 1970 un grupo de señoras jóvenes, con bríos y empuje de los hombres que nos rodeaban, formamos una comisión al mando del gran señor, Renato Castell. Recuerdo a “Chocha” Conti, “Pety” Pérez, Señora de Canavessi y muchas más, que enfrentamos con coraje y decisión -frente a un lote de tierra frío, indiferente, sin nada- el desafío de buscar dinero vendiendo una rifa: vayan a la calle nos decían, conversen, expliquen la razón, pidan ayuda…así juramos hacerlo y lo cumplimos.”
Según las crónicas periodísticas de entonces, el 25 de junio de 1971 y en forma simbólica se iniciaron las obras del nuevo edificio de esta institución.
No sólo de buen material estuvieron impregnados los cimientos de la construcción: “el amor, la solidaridad y el apoyo comunitario” fueron pilares para sostener una estructura institucional que es verdadero orgullo dorreguense.
El denodado esfuerzo de distintas comisiones directivas contribuyó a lograr un “hogar modelo”, en el cual abuelas y abuelos encontraron un nido protector donde dirigentes, empleados y colaboradores entregan a diario algo más que su tiempo: la responsabilidad, el afecto sincero, la comprensión y el cariño están presentes en cada una de las dependencias, formando parte del “imperecedero material afectivo del que están revestidas sus paredes”.
La puesta en marcha el pasado lunes 19 de la “Colecta Anual”, muestra nuevamente el respaldo de los vecinos hacia esta entidad mediante el aporte de dinero, mercaderías y otros elementos indispensables para su normal funcionamiento.
Distintas colaboraciones personales, políticas, donaciones y el Bono Contribución de cada año no alcanzan para equilibrar la economía del Hogar.
La situación deficitaria que viene padeciendo desde hace tiempo la entidad ha sido disimulada con la utilización de sus reservas, que al no tener el carácter de “recursos estables”, han menguado su caudal notoriamente, obligando a la Comisión Directiva que encabeza Inés Basterra a la búsqueda de auxilios que permitan equilibrar finanzas y poder plantear un horizonte despejado hacia el futuro.
El anuncio de la realización de un partido de fútbol a beneficio, con la rutilante presencia del consagrado Esteban Fuertes, prevé una gran recaudación que además del alcance de su aporte económico, significará la posibilidad que Coronel Dorrego pueda tributar merecido reconocimiento al deportista que enalteció el nombre de nuestro pago chico a nivel mundial.
Claro que un “partido a cancha llena” y con record de asistentes no pueden garantizar soluciones totales para los males que atraviesa la gran familia del Hogar.
Atinadamente y para reforzar el llamado de alerta se han conocido detalles de ingresos, costos de mantenimiento y el déficit actual; datos que seguramente contribuirán a desmitificar la creencia (de muchos) de un superávit permanente.
Los números del Hogar de Ancianos…
Un total de 32 internados residen en forma permanente, algunos de ellos de muy bajos recursos y otros carentes de los mismos.
La entidad no mantiene ningún convenio con PAMI.
Ingresos:
- 75% que aportan mensualmente los residentes que poseen haberes jubilatorios minimos.
- Subsidio municipal de $ 3.000 por mes.
- 8 becas provinciales en forma bimensual, otorgadas por el Ministerio de Desarrollo Social, lo cual representan $ 8.000.-
- Cobranza de la cuota societaria (250 aproximadamente) de $ 4 mensuales, equivalentes a unos mil pesos.
- Total de entradas mensuales variables: $ 17.000.-
Egresos:
- Gastos de Personal (según datos del mes de Marzo de 2010) $ 17.133.-
- Aportes Provisionales (Marzo) $ 11.408.-
- Horas extras: importe variable.
- Alimentación diaria: importe variable
- Gastos aproximados mensualmente: $ 32.000.-
- Déficit mensual (estimado): $ 8.000.- a $ 10.000.-
¿Qué sucederá cuándo se agoten las reservas y el déficit no pueda disimularse?
Preocupadas por la realidad y por el impacto de esta pregunta, “las señoras del Hogar” y sus colaboradores han decidido iniciar gestiones fuera del ámbito municipal, interiorizando a distintos funcionarios y legisladores sobre el afligente cuadro de situación que atraviesan.
Mientras los abuelos siguen disfrutando de las atenciones y el confort de siempre, quienes conducen los destinos del Hogar están agobiadas por los números en rojo de su difícil presente económico.
Conscientes que bajo su responsabilidad se encuentra la custodia de un rico legado institucional; un grupo de mujeres nuestras hacen propias las consignas del visionario hacedor de esta idea, Nicolás Ramos Ojeda: “Claudicar: nunca… retroceder: jamás”.
Sus instalaciones se convirtieron en “una casa grande”, siendo habitadas por una particular como heterogénea familia donde mujeres y hombres con distintas historias individuales comparten un mismo techo.
El espíritu emprendedor del padre Nicolás Ramos Ojeda, un español que arribó a la Argentina en 1911, posibilitó la puesta en marcha de un sitio orientado a hospedar a los más desvalidos en coincidencia con los coletazos de la inolvidable crisis de la década del 30.
Las primeras instalaciones estuvieron ubicadas en la esquina de las calles 11 y 23, para posteriormente emplazarse en un amplio predio de una manzana, en proximidades del Hospital Municipal.
La nueva casa comenzó a gestarse hace cuatro décadas, tal como me lo contó en una de las tantas cartas personales que suele enviarme la distinguida y respetada vecina Alicia Villasuso (esposa de ese gran referente de la política y la vida llamado Nírido Santagada) -la cual- motivado por la presente nota me permito transcribir parcialmente y que data de Enero de 2006:
“Estimado Segurola: ahora comprendo bien, porqué es necesario en la vida recibir un “campanazo fuerte, alguna vez… Estos días que tanto se comenta la obra hermosa que se ha llevado a cabo en el Hogar de Ancianos y que nos pone a la altura del orgullo, saber que poseemos un lugar tan completo y merecido para los abuelos de este pueblo.”
En aquella misiva de hace cuatro años, Alicia prosigue diciendo: “Ese campanazo me tocó muy a fondo cuando aquel año 1970 un grupo de señoras jóvenes, con bríos y empuje de los hombres que nos rodeaban, formamos una comisión al mando del gran señor, Renato Castell. Recuerdo a “Chocha” Conti, “Pety” Pérez, Señora de Canavessi y muchas más, que enfrentamos con coraje y decisión -frente a un lote de tierra frío, indiferente, sin nada- el desafío de buscar dinero vendiendo una rifa: vayan a la calle nos decían, conversen, expliquen la razón, pidan ayuda…así juramos hacerlo y lo cumplimos.”
Según las crónicas periodísticas de entonces, el 25 de junio de 1971 y en forma simbólica se iniciaron las obras del nuevo edificio de esta institución.
No sólo de buen material estuvieron impregnados los cimientos de la construcción: “el amor, la solidaridad y el apoyo comunitario” fueron pilares para sostener una estructura institucional que es verdadero orgullo dorreguense.
El denodado esfuerzo de distintas comisiones directivas contribuyó a lograr un “hogar modelo”, en el cual abuelas y abuelos encontraron un nido protector donde dirigentes, empleados y colaboradores entregan a diario algo más que su tiempo: la responsabilidad, el afecto sincero, la comprensión y el cariño están presentes en cada una de las dependencias, formando parte del “imperecedero material afectivo del que están revestidas sus paredes”.
La puesta en marcha el pasado lunes 19 de la “Colecta Anual”, muestra nuevamente el respaldo de los vecinos hacia esta entidad mediante el aporte de dinero, mercaderías y otros elementos indispensables para su normal funcionamiento.
Distintas colaboraciones personales, políticas, donaciones y el Bono Contribución de cada año no alcanzan para equilibrar la economía del Hogar.
La situación deficitaria que viene padeciendo desde hace tiempo la entidad ha sido disimulada con la utilización de sus reservas, que al no tener el carácter de “recursos estables”, han menguado su caudal notoriamente, obligando a la Comisión Directiva que encabeza Inés Basterra a la búsqueda de auxilios que permitan equilibrar finanzas y poder plantear un horizonte despejado hacia el futuro.
El anuncio de la realización de un partido de fútbol a beneficio, con la rutilante presencia del consagrado Esteban Fuertes, prevé una gran recaudación que además del alcance de su aporte económico, significará la posibilidad que Coronel Dorrego pueda tributar merecido reconocimiento al deportista que enalteció el nombre de nuestro pago chico a nivel mundial.
Claro que un “partido a cancha llena” y con record de asistentes no pueden garantizar soluciones totales para los males que atraviesa la gran familia del Hogar.
Atinadamente y para reforzar el llamado de alerta se han conocido detalles de ingresos, costos de mantenimiento y el déficit actual; datos que seguramente contribuirán a desmitificar la creencia (de muchos) de un superávit permanente.
Los números del Hogar de Ancianos…
Un total de 32 internados residen en forma permanente, algunos de ellos de muy bajos recursos y otros carentes de los mismos.
La entidad no mantiene ningún convenio con PAMI.
Ingresos:
- 75% que aportan mensualmente los residentes que poseen haberes jubilatorios minimos.
- Subsidio municipal de $ 3.000 por mes.
- 8 becas provinciales en forma bimensual, otorgadas por el Ministerio de Desarrollo Social, lo cual representan $ 8.000.-
- Cobranza de la cuota societaria (250 aproximadamente) de $ 4 mensuales, equivalentes a unos mil pesos.
- Total de entradas mensuales variables: $ 17.000.-
Egresos:
- Gastos de Personal (según datos del mes de Marzo de 2010) $ 17.133.-
- Aportes Provisionales (Marzo) $ 11.408.-
- Horas extras: importe variable.
- Alimentación diaria: importe variable
- Gastos aproximados mensualmente: $ 32.000.-
- Déficit mensual (estimado): $ 8.000.- a $ 10.000.-
¿Qué sucederá cuándo se agoten las reservas y el déficit no pueda disimularse?
Preocupadas por la realidad y por el impacto de esta pregunta, “las señoras del Hogar” y sus colaboradores han decidido iniciar gestiones fuera del ámbito municipal, interiorizando a distintos funcionarios y legisladores sobre el afligente cuadro de situación que atraviesan.
Mientras los abuelos siguen disfrutando de las atenciones y el confort de siempre, quienes conducen los destinos del Hogar están agobiadas por los números en rojo de su difícil presente económico.
Conscientes que bajo su responsabilidad se encuentra la custodia de un rico legado institucional; un grupo de mujeres nuestras hacen propias las consignas del visionario hacedor de esta idea, Nicolás Ramos Ojeda: “Claudicar: nunca… retroceder: jamás”.
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