Acostumbrados a conocer más sobre los alcornocales de monte gordo en Singapur, que a quién corresponde tal o cual monolito o monumento que se levanta en nuestro pueblo, y más aún que fué lo que hizo, el recordado, para merecer ese elevado de cemento con una placa, nos disponemos con más o menos entusiasmo a conmemorar y festejar nuestro bicentenario como Nación.
No se abstrae a la recordación, aunque no existíamos por aquel entonces procurar resaltar ciertas vivencias mucho más jóvenes, pero que nos parece lo más trascendente de estos 200 años de historia.
Algunos festejarán recordando hechos muy nuevos, y que les parecen lo más destacado a tener en cuenta a la hora de un balance como país.
Vale…como sea…pero a conmemorar. Esto no nos debe impedir creernos el ombligo del país, porque los derechos a celebrar , a favor de la argentinidad eso sí claro, los tenemos todos, y es auspicioso que nos mostremos orgullosos de vivir aquí, en esta tierra y demostrarlo como nos plazca.
También es bueno y lo sería revisar los años que nos ha tocado vivir, por el sólo hecho de ser testigos de los vaivenes en todo sentido que nos ha marcado en formas de vida, más allá de cómo nos haya ido a cada uno, aunque en el balance afloren indefectiblemente realidades particulares que hacen inobjetablemente a la visión que tengamos del país, o Patria que no supera a la situación personal en ningún caso.
Hace pocos días escuchaba por radio una comparación jocosa sobre el ser argentino de hoy en relación a 50 años atrás en todos los aspectos.
Revisemos, de eso se trata, confrontando con la inocente presentación de lo escuchado, una dramática sucesión de hechos que corrieron, literalmente la Argentina de lugar, la pusieron fuera de foco, la castraron en su destino, y que está condenada como dijo algún iluminado, por qué no, tal vez, al éxito, pero sí a los desaciertos de gente de la propia aldea.
Veamos….El Cordobazo, revuelta popular histórica con muertos…El regreso de Perón con muertos…La triple A……se llevó unos cuantos bajo un gobierno democrático.
La muerte del viejo líder Justicialista, dejó para siempre la confusión general y la polémica eterna de quienes, todos, dicen hacer o pensar como lo hizo Perón.
El fatídico golpe militar del 76, un salto al mundo globalizado con el del viaje a la estratósfera en los 90, la disgregación social, económica, moral del 2001, y como si fuera poco, entre medio, Malvinas, la herida absurda.
Demasiado en contra para que las generaciones contemporáneas no demuestren lo que les ha pasado de distinta forma.
El 24 de marzo de 1976, se convirtió, en fecha ícono de transformaciones que corrieron de lugar a la Argentina, la pusieron fuera de foco, difusa. Fecha para el inicio del periodo del mayor número de muertes de personas, por razones ideológicas, políticas, económicas, que señalaron a fuego, cual ganado miles y miles de familias, que ya jamás fueron iguales que antes.
Coroló demencial período, la guerra de Malvinas, dejaron allí conscriptos y militares la sangre de los argentinos, y no fueron quienes decidieron hacer la guerra, sin embargo cumplieron con lo encomendado.
La aventura, de enfrentarnos bélicamente a una de las potencias mundiales, se suma a lo pendiente.
Si bien, se va adelantando algo en materia de reconocimientos y contención, esos compatriotas merecían otro trato, en el momento justo del regreso, muy doloroso y un nuevo condimento para sumar personas con eternos traumas, discapacidades y primordialmente haber vivido el horror de la guerra.
Luego aparece la democracia, con un país nuevamente de cero. Alfonsín y lo suyo, relevante, complicado, temas pendientes, todos, y un volver a empezar con catarata de demandas. La paciencia , el descontento del soberano que se agota, y aparece el Mesías.
Otra vez, en esta oportunidad, con la democracia activa, presidente elegido, le pasa a presidente elegido, avance en ese sentido, pero ahora los muertos son económicos, desempleo disfrazado de retiro voluntario, el Estado como mala palabra es liquidado.
Otros sin optar, igual quedan afuera, les toca a los productores agrarios, más de cien mil son expulsados del sistema.
Nos dicen "si anunciábamos lo que teníamos en mente, no ganábamos las elecciones". Después nuevas elecciones y la debacle, desmembramiento total, gente que se va del país, que parece que ahora vuelve, muertos otra vez, récord de presidentes en pocos días, ajustes, todo de nuevo.
Y al medio todos nosotros, todos, pero ya con otra Argentina, la misma que estuvo a muy poco de pasar a ser administrada, por un grupo internacional, los mismos hombres que habían provocado el daño.
Y volver a empezar, la dimensión de los cambios, de los dolores, de las heridas en todo sentido, marca la fortaleza de un pueblo que se las banca, contra las injusticias, contra los desvaríos de los gobiernos, los que elegimos,,,que quede claro, la democracia y fundamentalmente el Estado de derecho, que cada vez aflora con mayor relevancia en la población, es único y riquísimo.
Con este compendio, deberíamos reflexionar , el porqué de muchos comportamientos y conductas, usos y abusos de una sociedad muy golpeada, que perdió muchas cosas, muchas más de las que obtuvo.
Nada liviano, todo esto, no es gratis, alguien lo va pagando. Todos los días empieza y culmina algo, y nosotros como testigos de privilegio de tamaños vaivénes, pero hubo muchísimos más a lo largo de estos 200 años que tuvieron los mismos aciertos y los mismos errores.
Vaya entonces si tenemos para festejar, valorando lo que tenemos mirando hacia atrás ,y tabulando lo que hemos pasado, pero con la lógica esperanza en el devenir y virtud del optimismo innato que obstentamos quienes amamos este lugar y este país.
A propósito de los alcornocales y los monumentos: uno que está sobre su misma calle, está dedicado a Juan Maciel, alguien que se hizo hervir a balazos por las libertades cívicas, alentado y también traicionado por propios correligionarios; sin mucho más que eso, para que hoy gocemos quiénes somos, de la libertad de discutir con toda la ley bajo el brazo, que se puede hacer y que no, y elegir formas de vida, con quien y cuando.
Algo más a propósito, lo planteo porque no lo conozco, ¿se enseña historia lugareña en las escuelas del distrito? Nosotros también cumplimos y gastamos años, sería buena la oportunidad para sabe.
No se abstrae a la recordación, aunque no existíamos por aquel entonces procurar resaltar ciertas vivencias mucho más jóvenes, pero que nos parece lo más trascendente de estos 200 años de historia.
Algunos festejarán recordando hechos muy nuevos, y que les parecen lo más destacado a tener en cuenta a la hora de un balance como país.
Vale…como sea…pero a conmemorar. Esto no nos debe impedir creernos el ombligo del país, porque los derechos a celebrar , a favor de la argentinidad eso sí claro, los tenemos todos, y es auspicioso que nos mostremos orgullosos de vivir aquí, en esta tierra y demostrarlo como nos plazca.
También es bueno y lo sería revisar los años que nos ha tocado vivir, por el sólo hecho de ser testigos de los vaivenes en todo sentido que nos ha marcado en formas de vida, más allá de cómo nos haya ido a cada uno, aunque en el balance afloren indefectiblemente realidades particulares que hacen inobjetablemente a la visión que tengamos del país, o Patria que no supera a la situación personal en ningún caso.
Hace pocos días escuchaba por radio una comparación jocosa sobre el ser argentino de hoy en relación a 50 años atrás en todos los aspectos.
Revisemos, de eso se trata, confrontando con la inocente presentación de lo escuchado, una dramática sucesión de hechos que corrieron, literalmente la Argentina de lugar, la pusieron fuera de foco, la castraron en su destino, y que está condenada como dijo algún iluminado, por qué no, tal vez, al éxito, pero sí a los desaciertos de gente de la propia aldea.
Veamos….El Cordobazo, revuelta popular histórica con muertos…El regreso de Perón con muertos…La triple A……se llevó unos cuantos bajo un gobierno democrático.
La muerte del viejo líder Justicialista, dejó para siempre la confusión general y la polémica eterna de quienes, todos, dicen hacer o pensar como lo hizo Perón.
El fatídico golpe militar del 76, un salto al mundo globalizado con el del viaje a la estratósfera en los 90, la disgregación social, económica, moral del 2001, y como si fuera poco, entre medio, Malvinas, la herida absurda.
Demasiado en contra para que las generaciones contemporáneas no demuestren lo que les ha pasado de distinta forma.
El 24 de marzo de 1976, se convirtió, en fecha ícono de transformaciones que corrieron de lugar a la Argentina, la pusieron fuera de foco, difusa. Fecha para el inicio del periodo del mayor número de muertes de personas, por razones ideológicas, políticas, económicas, que señalaron a fuego, cual ganado miles y miles de familias, que ya jamás fueron iguales que antes.
Coroló demencial período, la guerra de Malvinas, dejaron allí conscriptos y militares la sangre de los argentinos, y no fueron quienes decidieron hacer la guerra, sin embargo cumplieron con lo encomendado.
La aventura, de enfrentarnos bélicamente a una de las potencias mundiales, se suma a lo pendiente.
Si bien, se va adelantando algo en materia de reconocimientos y contención, esos compatriotas merecían otro trato, en el momento justo del regreso, muy doloroso y un nuevo condimento para sumar personas con eternos traumas, discapacidades y primordialmente haber vivido el horror de la guerra.
Luego aparece la democracia, con un país nuevamente de cero. Alfonsín y lo suyo, relevante, complicado, temas pendientes, todos, y un volver a empezar con catarata de demandas. La paciencia , el descontento del soberano que se agota, y aparece el Mesías.
Otra vez, en esta oportunidad, con la democracia activa, presidente elegido, le pasa a presidente elegido, avance en ese sentido, pero ahora los muertos son económicos, desempleo disfrazado de retiro voluntario, el Estado como mala palabra es liquidado.
Otros sin optar, igual quedan afuera, les toca a los productores agrarios, más de cien mil son expulsados del sistema.
Nos dicen "si anunciábamos lo que teníamos en mente, no ganábamos las elecciones". Después nuevas elecciones y la debacle, desmembramiento total, gente que se va del país, que parece que ahora vuelve, muertos otra vez, récord de presidentes en pocos días, ajustes, todo de nuevo.
Y al medio todos nosotros, todos, pero ya con otra Argentina, la misma que estuvo a muy poco de pasar a ser administrada, por un grupo internacional, los mismos hombres que habían provocado el daño.
Y volver a empezar, la dimensión de los cambios, de los dolores, de las heridas en todo sentido, marca la fortaleza de un pueblo que se las banca, contra las injusticias, contra los desvaríos de los gobiernos, los que elegimos,,,que quede claro, la democracia y fundamentalmente el Estado de derecho, que cada vez aflora con mayor relevancia en la población, es único y riquísimo.
Con este compendio, deberíamos reflexionar , el porqué de muchos comportamientos y conductas, usos y abusos de una sociedad muy golpeada, que perdió muchas cosas, muchas más de las que obtuvo.
Nada liviano, todo esto, no es gratis, alguien lo va pagando. Todos los días empieza y culmina algo, y nosotros como testigos de privilegio de tamaños vaivénes, pero hubo muchísimos más a lo largo de estos 200 años que tuvieron los mismos aciertos y los mismos errores.
Vaya entonces si tenemos para festejar, valorando lo que tenemos mirando hacia atrás ,y tabulando lo que hemos pasado, pero con la lógica esperanza en el devenir y virtud del optimismo innato que obstentamos quienes amamos este lugar y este país.
A propósito de los alcornocales y los monumentos: uno que está sobre su misma calle, está dedicado a Juan Maciel, alguien que se hizo hervir a balazos por las libertades cívicas, alentado y también traicionado por propios correligionarios; sin mucho más que eso, para que hoy gocemos quiénes somos, de la libertad de discutir con toda la ley bajo el brazo, que se puede hacer y que no, y elegir formas de vida, con quien y cuando.
Algo más a propósito, lo planteo porque no lo conozco, ¿se enseña historia lugareña en las escuelas del distrito? Nosotros también cumplimos y gastamos años, sería buena la oportunidad para sabe.
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