El martes 4 de mayo se llevó a cabo el "Homenaje al Señor del Sur": Alberto Merlo.
El mismo tuvo lugar en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, recinto que fue colmado con una entusiasta concurrencia dispuesta a honrar al artista, al hombre, a su impecable trayectoria y ejemplo.
La Peña Nativista de Coronel Dorrego junto a otros centros tradicionalistas de la provincia de Buenos Aires fue invitada y allí concurrieron en su representación: Raúl Martínez, Daniel Civardi, Pedro Rovein, Raúl Illescas y Martín Oviedo.
La gestión del proyecto ante el gobierno nacional estuvo a cargo de Omar Moreno Palacios, colaborando Silvia Adriana, su esposo Daniel Carranza, entre otros.
El acto contó con la presencia del Jefe de Gabinete Aníbal Fernández.
El desfile artístico lo encabezo Atilio Reynoso, y luego Lucia Ceresani, Carlos Moscardini, Karen Arranz, Silvia Adriana, Los payadores José Curbelo, Marta Saint y Aldo Crubellier, Argentino Luna, y Omar Moreno Palacios.
A modo de sorpresa y fiel a la costumbre del darle “lo mejor que uno tiene al homenajeado”, Moreno Palacios hizo lo propio con el Señor del Sur presentándole al conjunto Tierra Morena –que integran sus cuatro hijas- que interpretaron el gato: Sencillito y de Alpargatas, de su autoría.
Finalmente dejaron su testimonio Juan Carlos Saravia (en su nombre y en de los otros chalchaleros del histórico conjunto salteño) y don Luis Landriscina en imágenes grabadas.
En primera fila Alberto Merlo, su esposa Coca y sus hijas recibiendo permanentemente el saludo y el afecto de cada uno de los artistas y también de la mayoría del publico presente.
El cierre estuvo a cargo de Omar Moreno Palacios escoltado por todos los artistas antes mencionados interpretando la cifra: Provincia de Buenos Aires.
Algunas Reflexiones:
Un viaje con mucha carga emotiva, mucho para disfrutar.
Antes que todo comenzara ya había predisposición para abrir el alma.
Tal vez la espera, frente a un lugar tan emblemático como la Casa de Gobierno, y todo lo han implicado en la vida de nuestro pueblo sus históricos balcones.
El asistir justo en momentos en que sea daba el cambio de guardia de los Granaderos.
Lo que transmite la Plaza de Mayo, tantas veces colmada y por tan diferentes motivos.
Y ahí no mas el Cabildo y el hecho de estar a pocos días de cumplir 200 años de Patria!
Después vinieron las acreditaciones, el ingreso, las escaleras, las distintas sensaciones que genera el hecho de no haber estado nunca ahí.
El saber a que íbamos.
En fin…Qué previa para disfrutar lo que vendría después.
Sin duda asistimos a un justo reconocimiento a un hombre con una trayectoria impecable.
Merecedor del mayor de los respetos.
Testigos fuimos que su sola presencia, su guitarra, una silla cuyo respaldo sirviera de apoyo a su poncho pampa, fue siempre suficiente para llenar cualquier escenario por grande que sea y lograr el silencio de todos.
Sólo el aplauso interrumpía ese silencio.
Si preguntaba que querían escuchar, el nombre de las canciones o relatos mas conocidos surgían desde el publico como si en la oscuridad de la sala se abriera el cofre de los éxitos acumulados en el tiempo: Mi Peón Segundo Molina, Estación de Vía Muerta, Rincón de López, La vuelta de Obligado, Milonga del Peón de campo, El doradillo mentao y tantos otros.
Y que decir de tantos floreadores, y de todas las décimas que incluían su nombre.
Que decir del entusiasmo que priorizaba la ubicación de la mesa más que el menú…. lo importante era estar cerca del escenario para florearlo mejor!
¡Que ejemplo!
Jamás tuvo que recurrir para capturar la atención a nada que no fuera su propio talento, sus conocimientos y el respeto por lo que siempre hizo.
Ni cuentos, ni palabras inapropiadas, ni groserías, ni cuestiones políticas ni de las domesticas risueñas.
Sólo talento y mucha solvencia al abrazar la guitarra, y permitir que surjan los trotecitos de milongas, y esos particulares rasguidos para cantar una huella, un triunfo, cifra o estilos.
Cuanto motivo había ayer en su homenaje, cuantos abrazos, cuanta emoción, cuantas lágrimas.
La causalidad también hizo que en el momento que Silvia Adriana menciono el nombre de Suma Paz, tuviéramos a su hija al alcance de la mano como para acercarle una caricia, un afecto, al que correspondió del mismo modo.
Estamos muy satisfechos por cuanto nos trajimos en el pecho, en el corazón…pero también por algunas cosas que allí dejamos: El nombre de Coronel Dorrego, el de la Peña Nativista, el de la Fiesta Provincial de Las Llanuras, nuestra identificación con el folclore de la llanura bonaerense, con lo surero, y el saludo de muchos artistas que conocen el pago y siempre añoran volver.
El mismo tuvo lugar en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, recinto que fue colmado con una entusiasta concurrencia dispuesta a honrar al artista, al hombre, a su impecable trayectoria y ejemplo.
La Peña Nativista de Coronel Dorrego junto a otros centros tradicionalistas de la provincia de Buenos Aires fue invitada y allí concurrieron en su representación: Raúl Martínez, Daniel Civardi, Pedro Rovein, Raúl Illescas y Martín Oviedo.
La gestión del proyecto ante el gobierno nacional estuvo a cargo de Omar Moreno Palacios, colaborando Silvia Adriana, su esposo Daniel Carranza, entre otros.
El acto contó con la presencia del Jefe de Gabinete Aníbal Fernández.
El desfile artístico lo encabezo Atilio Reynoso, y luego Lucia Ceresani, Carlos Moscardini, Karen Arranz, Silvia Adriana, Los payadores José Curbelo, Marta Saint y Aldo Crubellier, Argentino Luna, y Omar Moreno Palacios.
A modo de sorpresa y fiel a la costumbre del darle “lo mejor que uno tiene al homenajeado”, Moreno Palacios hizo lo propio con el Señor del Sur presentándole al conjunto Tierra Morena –que integran sus cuatro hijas- que interpretaron el gato: Sencillito y de Alpargatas, de su autoría.
Finalmente dejaron su testimonio Juan Carlos Saravia (en su nombre y en de los otros chalchaleros del histórico conjunto salteño) y don Luis Landriscina en imágenes grabadas.
En primera fila Alberto Merlo, su esposa Coca y sus hijas recibiendo permanentemente el saludo y el afecto de cada uno de los artistas y también de la mayoría del publico presente.
El cierre estuvo a cargo de Omar Moreno Palacios escoltado por todos los artistas antes mencionados interpretando la cifra: Provincia de Buenos Aires.
Algunas Reflexiones:
Un viaje con mucha carga emotiva, mucho para disfrutar.
Antes que todo comenzara ya había predisposición para abrir el alma.
Tal vez la espera, frente a un lugar tan emblemático como la Casa de Gobierno, y todo lo han implicado en la vida de nuestro pueblo sus históricos balcones.
El asistir justo en momentos en que sea daba el cambio de guardia de los Granaderos.
Lo que transmite la Plaza de Mayo, tantas veces colmada y por tan diferentes motivos.
Y ahí no mas el Cabildo y el hecho de estar a pocos días de cumplir 200 años de Patria!
Después vinieron las acreditaciones, el ingreso, las escaleras, las distintas sensaciones que genera el hecho de no haber estado nunca ahí.
El saber a que íbamos.
En fin…Qué previa para disfrutar lo que vendría después.
Sin duda asistimos a un justo reconocimiento a un hombre con una trayectoria impecable.
Merecedor del mayor de los respetos.
Testigos fuimos que su sola presencia, su guitarra, una silla cuyo respaldo sirviera de apoyo a su poncho pampa, fue siempre suficiente para llenar cualquier escenario por grande que sea y lograr el silencio de todos.
Sólo el aplauso interrumpía ese silencio.
Si preguntaba que querían escuchar, el nombre de las canciones o relatos mas conocidos surgían desde el publico como si en la oscuridad de la sala se abriera el cofre de los éxitos acumulados en el tiempo: Mi Peón Segundo Molina, Estación de Vía Muerta, Rincón de López, La vuelta de Obligado, Milonga del Peón de campo, El doradillo mentao y tantos otros.
Y que decir de tantos floreadores, y de todas las décimas que incluían su nombre.
Que decir del entusiasmo que priorizaba la ubicación de la mesa más que el menú…. lo importante era estar cerca del escenario para florearlo mejor!
¡Que ejemplo!
Jamás tuvo que recurrir para capturar la atención a nada que no fuera su propio talento, sus conocimientos y el respeto por lo que siempre hizo.
Ni cuentos, ni palabras inapropiadas, ni groserías, ni cuestiones políticas ni de las domesticas risueñas.
Sólo talento y mucha solvencia al abrazar la guitarra, y permitir que surjan los trotecitos de milongas, y esos particulares rasguidos para cantar una huella, un triunfo, cifra o estilos.
Cuanto motivo había ayer en su homenaje, cuantos abrazos, cuanta emoción, cuantas lágrimas.
La causalidad también hizo que en el momento que Silvia Adriana menciono el nombre de Suma Paz, tuviéramos a su hija al alcance de la mano como para acercarle una caricia, un afecto, al que correspondió del mismo modo.
Estamos muy satisfechos por cuanto nos trajimos en el pecho, en el corazón…pero también por algunas cosas que allí dejamos: El nombre de Coronel Dorrego, el de la Peña Nativista, el de la Fiesta Provincial de Las Llanuras, nuestra identificación con el folclore de la llanura bonaerense, con lo surero, y el saludo de muchos artistas que conocen el pago y siempre añoran volver.
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