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¿Cómo funciona el Inta local?. Por Hugo C. Segurola

La oficina es pequeña, no cuenta con una gran infraestructura y hasta su ubicación resulta desconocida para muchos de nuestros vecinos.

Si bien su funcionamiento responde al Estado nacional, apenas cuenta con una empleada (eficiente y dedicada plenamente a su tarea) y con un Coordinador que reparte sus obligaciones entre Tres Arroyos y Coronel Dorrego.

El INTA de nuestro Distrito tiene dos caras visibles, la de Mirta Payes y la del Ingeniero José Massigoge (un respetado profesional tresarroyense), ambos resultan suficientes y aptos para cumplir con la responsabilidad derivada de la Chacra Experimental Barrow.

Cuando las circunstancias lo requieren son otros los profesionales que llegan a nuestro ámbito en tareas difusoras, resultado variadas las charlas técnicas, ensayos y trabajos a campo que se llevan a cabo en toda la región.

Pero además del asesoramiento a los productores agropecuarios, justo es destacar y reconocer la positiva tarea comunitaria que realiza el INTA, brindando acompañamiento y alternativas a muchos hogares dorreguenses.

No siempre esta tarea (silenciosa y comprometida) tiene el respaldo que se merece, es más, en muchos casos pasa desapercibida.

Con buen criterio y a partir de políticas que se desarrollan en diferentes jurisdicciones, la entidad brinda una serie de aportes que que están destinados a muchos vecinos.

En el marco del Programa Pro Huerta, familias y escuelas del distrito se benefician cada año con la entrega gratuita de semillas y pollas ponedoras, promocionando de esa forma la autoproducción de alimentos, otorgándoles a los vecinos “herramientas dignas” para enfrentar la crisis.

Asimismo un concurso anual permite una sana competencia, donde hombres y mujeres se esfuerzan por presentar óptimos resultados en sus cultivos domiciliarios con la premisa de respetar “la tierra”.

Recrear la cultura del trabajo y del esfuerzo, “volver” a positivas prácticas que se han perdido y que son recordadas con nostalgia por nuestros padres y abuelos, resultan iniciativas que merecen destacarse.

A estas buenas noticias debe sumarse la puesta en marcha del Proyecto: “Enseñando caminos”, plausible idea que además lleva su alcance al ámbito de la población rural, tomando como referencia las escuelas, que como auténtico mojón de pertenencia mantienen (aún con escasa matricula) sus aulas en funcionamiento.

Este lunes 3 de mayo el Jardín 908 y la Escuela 17 de “El Zorro”, abrirán sus puertas a una disertación sobre huerta orgánica familiar, la que estará a cargo de la Ingeniera Sandra Vassolo.

Seguramente este aporte es apenas “una semilla” en el inmenso campo de la desesperanza, pero no es menos cierto que prácticas como las descriptas anteriormente contribuyen a crear conciencia sobre el valor del trabajo en familia, fomentando acciones que lleven a paliar algunas de las dificultades que se presentan a diario.

“Volver a la huerta” es un acto de justicia para la memoria de muchos de nuestros antepasados, ya que resultaba común ver en cualquier chacra una quinta que proveía de verduras y hortalizas, como infaltables eran los llamados “huevos de campo”, los pollos, pavos, corderos y las carneadas anuales con sus tradicionales chorizos secos y jamones..

Tampoco debe olvidarse el aporte que ofrecían las vacas lecheras (casi extinguidas hoy) y las distintas utilidades de un ordeñe realizado al amanecer, brindando la posibilidad de elaborar dulces, manteca o quesos.

Es de esperar que esta decisión del INTA se extienda a todas las localidades y parajes dorreguenses, resultando imprescindible que el mensaje se acepte y multiplique entre sus habitantes.

“Enseñando caminos”… un instrumento al servicio de la gente, también una forma respetuosa y aleccionadora de inclusión social. (02.05.10)

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