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Es necesario que el Jefe Distrital vuelva a ofuscarse, afirmó Hugo Segurola

Quizás por el silencio de los damnificados es que la noticia pasó como una más o quizás tenga que ver con que en la ciudad nos estemos familiarizando con la consumación de determinados delitos.

¿Cuál es la sensación que vive una familia cuando al retornar de una salida o de un viaje, se encuentra con su domicilio violentado?

¿Qué impacto causan las postales que muestran desorden, que indican de faltantes de bienes o dinero?

¿Cómo desaparecen los temores después de comprobar la audacia y la pericia demostrada por quienes cometen estos hechos?

¿Cómo pensar que las circunstancias no volverán a repetirse, si la impunidad es la que parece ganar la batalla?

Similitudes…

Los relatos de las victimas sueles ser coincidentes cuando deben enfrentar robos de estas características:

“La policía llegó muy rápido y nos atendieron muy bien…”

“Nos dijeron que están detrás de una pista y que es mejor no comentar demasiado del tema…”

“Con estas leyes poco se puede hacer, las autoridades tienen las manos atadas…

Estas tres manifestaciones resultan frecuentes excusas que poco o nada aportan para dilucidar los hechos, pero que sirven para ganar tiempo, para que el caso pase a ser uno más de los tantos “irresueltos”.

A lo expuesto en el párrafo anterior es necesario agregar otros elementos, que aún los hacen menos sustentables:

1) Cuando la policía llega después de consumado un delito lo hace tarde, porque falló en una de las premisas de la seguridad: “la prevención.”

2) Atender en forma correcta a un ciudadano no es un mérito, es una obligación que no siempre se cumple.

3) Las famosas pistas a las que suelen hacer alarde son las mismas de siempre: las informaciones que surgen de algún “soplón” lugareño que quiere hacer buena letra…

4) Con estas leyes es oportuno recordar que las cárceles están abarrotadas de presos y que lo mismo sucede en las Comisarías, consecuencia de la superpoblación de detenidos. ¿Es una cuestión de leyes o de falta de eficiencia policial?

“Casos testigos…”

¿A quiénes han afectado los delitos contra la propiedad en Coronel Dorrego?

Apartado de un rigor estadístico me permito tomar cuatro casos (entre muchos) para ejemplificar la heterogeneidad de los afectados y algunas similitudes:

En 2009 Dardo Fazzio, un trabajador que a diario le suma horas de esfuerzo a su vida para estar mejor, fue despojado de sus ahorros cuando se ausentó brevemente su familia en un día de elecciones…

Los políticos no quedaron exceptuados de esta modalidad, tal el caso del Concejal Silvio Canavessi quien también se inscribe en la larga lista de perjudicados.

En 2010 puede citarse a dos comerciantes: Omar Antonio y Miguel Marcos, este último hecho registrado en el largo fin de semana del primero de Mayo.

En los cuatro casos perpetrados los delincuentes actuaron con información previa y, a excepción de lo ocurrido a Antonio y su esposa (que se encontraban en el interior de la vivienda), en los tres restantes actuaron con la tranquilidad de saber que sus dueños se habían ausentado, ya sea circunstancialmente o por un tiempo prolongado.

Disponer de una inteligencia previa los llevó a ser osados, ya que en uno de los domicilios hasta se tomaron tiempo para sentarse a la mesa, “a comer con total tranquilidad…”

Delito, pobreza, organización y responsabilidades…

El año pasado ante una seguidilla de hechos el poder político pidió explicaciones a las autoridades policiales, fue entonces que el Inspector Rincón golpeó la mesa y puso en marcha el “Operativo Saturación”.

Sobre las postrimerías de 2009 el cura párroco habló de drogas y muchos salieron a pedir explicaciones por sus dichos. Al margen de procedimientos menores, “la bomba” se fue diluyendo ante la indiferencia de todos.

A principios de 2010 los vecinos del Barrio Plan Federal denunciaron que fueron afectados por decenas de delitos, lo que los llevó a unirse en acciones preventivas ante la falta de respuesta policial.

Alarmas, perros feroces, personal de vigilancia, armas, seguros y algunos otros métodos pasan a formar parte de las estrategias de los vecinos; claro que no todos están en condiciones de afrontar gastos extras, como tampoco está garantizada la tranquilidad plena con esas medidas.

Si se considera que nuestro distrito padece serios inconvenientes sociales como: falta de empleo, violencia familiar, carencia de servicios y viviendas, crecimiento de las adicciones y en muchos casos inaccesibilidad a coberturas sociales… no es de extrañar que existan condiciones propicias para el delito. Es en todos estos casos responsabilidad de funcionarios y políticos la búsqueda de las soluciones.

De igual modo hay que señalar que de un tiempo a esta parte se percibe “un delito organizado”, donde hay “dateros locales” y “mano de obra lugareña y foránea para cada “trabajo planificado”; sin olvidarnos de la circulación de elementos “mal habidos”… que algunos venden y otros compran. Controlar, investigar y esclarecer es cuestión de Policía y Justicia.

Necesitamos un Foro de Seguridad que sea la voz de los vecinos, que se haga eco de sus reclamos, que le ponga más el oído a la gente que representa que a las solicitudes de “reformas judiciales” que le llegan de la casa blanca de la Avenida Fuertes.

Necesitamos funcionarios y políticos que además de explicaciones exijan resultados, sin que ello signifique inmiscuirse en terrenos que no le corresponden.

¿O acaso olvidamos que fue el Intendente Zorzano quien solicitó la presencia de Correa en nuestro ámbito?

¿O acaso desconocemos el importante aporte que mensualmente hace el municipio para el funcionamiento de las dependencias policiales de la ciudad y la zona?

Necesitamos que el Jefe de la Departamental (Héctor Fitipaldi), recuerde que Coronel Dorrego es también parte de su Jurisdicción, que además de enviar “efectivos sancionados” y concretar procedimientos referidos a la nocturnidad es necesario velar por la seguridad del conjunto mediante estrategias acordes.

Es necesario recuperar “el policía en la calle” y no siempre desde el interior y la comodidad un vehiculo.

Es necesario sumar recursos técnicos y humanos dando prioridad al ABC de cualquier manual de seguridad: “la prevención”.

Es necesario que el jefe distrital vuelva a ofuscarse y a poner otra vez “la casa en orden…”

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