Corría 1980 y después de varias invitaciones, decidí aceptar la propuesta que en forma insistente me había formulado Luis Angel Fernández, por entonces al frente del equipo deportivo de esta radio.
Tenía apenas 20 años y un montón de ilusiones y sueños rondando aquellos tiempos juveniles.
Debí pasar por una obligada etapa de prueba, leyendo con bastante temor las noticias que llegaban de una vieja y ruidosa “teletipo”, que estaba vecina de la discoteca que tenía a Fabián Barda como responsable de la selección musical de toda la programación.
Además de “El gallego” que era su creador y Director, “Aquí Deporte” contaba con la presencia de Juan Carlos Thogersen, como locutor y Ramón Eduardo Buontempo (Peto), como su mano derecha. Luego se producirían reemplazos e incorporaciones, entre ellos estaban Héctor Emilio Liébana, un impetuoso como juvenil Gustavo Blazquez (procedente de Lartigau) y Daniel Guardia, que cubría la información de una cancha.
Rápidamente me incorporaron al grupo y comenzaron a darme distintas responsabilidades.
El boxeo era una de mis pasiones, de allí que me hiciera cargo de ese segmento; lo que además me brindó la posibilidad de cubrir distintos eventos nacionales y estar más de una vez, acreditado en el mítico Luna Park.
Con el inicio de las transmisiones de fútbol (toda una novedad para la época), me convertí en el comentarista de Luis, instalándonos en los distintos escenarios de la ciudad y la zona, los que con expectativa aguardaban nuestra presencia.
Si bien L.U. 26 fue una gran escuela en la formación de muchos periodistas y trabajadores de prensa, no es menos cierto que Luis Fernández tuvo un particular ojo para detectar jóvenes con talento o capacidad para este tipo de actividades.
El hecho de descubrir y apadrinar a muchos de nosotros, fue contraproducente para sus propios intereses…
Ocurría que al poco tiempo de estar en su programa, pasábamos a integrar las otras secciones de la radio, ya sea Informativo, Locución o como Conductores de programas.
El resultado se repetía en forma constante: el “Deportivo” pasaba a ser un grato recuerdo en nuestras vidas.
Por entonces Mario Jorge Pérez conducía la Gerencia de la radio y el querido Enzo Fabriciano Barda, era su emblemático Director.
La mayoría del staff rondaba los 20 años o apenas los superaba: Rosa D´Annunzio, Elena Gómez, Adriana Rivitti, Susana Álvarez (éstas dos últimas en la Administración), Fabián Barda, Edgardo Ocampo, Mario Novack (procedente de Indio Rico), Carlitos Pranzetti, Joaquín “Koqui” Madariaga, Ricardo Soler (llegado de Tres Arroyos), Luis Omar Carrera (quien pasó a convertirse en “Alejandro Pol” (*) y yo, fuimos parte de la denominada “generación del 80”.
Entre los “veteranos” estaban Celia Ortiz, María del Carmen Etman, Rubén Tear, José Sanz (“El tucumano”), Miguel Macaya, Antonio “Coco” Páez, un locutor que resultaría mi gran amigo y compinche: Rodolfo “Rody” Marcó y Gerardo “Sandro” Alanis, un personaje lleno de silencios e inocencia.
Las lecciones recibidas fueron simples pero imposibles de eludir: respeto por la audiencia, compromiso con la gente y micrófonos abiertos para todos… sin exclusiones, sin privilegios.
Estos simples y desordenados trazos sirvieron para recordar una maravillosa etapa, que tanto en lo personal como grupal marcó un antes y un después en la radiofonía dorreguense.
Desde entonces ejerzo con enorme pasión el “oficio de periodista”, mientras que diversos han sido los caminos elegidos por aquellos compañeros de ruta: algunos están aquí, otros han marchado muy lejos… varios han partido para siempre.
Aquellos soñadores del 80 abrevamos de fuentes puras y capaces, como lo fueron aquellos “cuatro mosqueteros”… de un rey llamado comunicación:
- “El Pulpo” (Enzo) Barda, marcándonos (como irrenunciables consignas) el ABC de esta profesión: “pluralidad, compromiso y servicio”.
- “El Negro” (Mario) Pérez, enseñándonos desde la severidad de una conducción que tenía el respeto y la responsabilidad como premisas.
- Luis Fernández, inculcándonos con el ejemplo el valor del trabajo y que esta actividad no conoce de feriados, que se debe ser periodista de tiempo completo.
- Roberto Vecchi, fijándonos con rectitud pautas claras para la diaria tarea; siendo solidario y generoso con todos aquellos que alguna vez quedamos en silencio…
La radio nos permitió desarrollarnos, encontrar opciones, labrarnos un porvenir.
A muchos de nosotros nos allanó el camino para incursionar en otros ámbitos, para conocer otros géneros periodísticos, como el escrito o televisivo.
Han pasado 30 años y resulta un deber ineludible recordar de donde venimos, teniendo siempre presente a quienes nos dejaron como preciado legado “la palabra y la libre expresión”.
Desde 1980 cada 7 de junio representa una llama encendida, que es necesario seguir alimentando con el imperecedero combustible de una pasión que aún dispone de reservas suficientes, que debe propagarse en memoria de los soñadores de ayer… de todos aquellos que estén dispuestos a tomar nuestra posta: mañana.
Tenía apenas 20 años y un montón de ilusiones y sueños rondando aquellos tiempos juveniles.
Debí pasar por una obligada etapa de prueba, leyendo con bastante temor las noticias que llegaban de una vieja y ruidosa “teletipo”, que estaba vecina de la discoteca que tenía a Fabián Barda como responsable de la selección musical de toda la programación.
Además de “El gallego” que era su creador y Director, “Aquí Deporte” contaba con la presencia de Juan Carlos Thogersen, como locutor y Ramón Eduardo Buontempo (Peto), como su mano derecha. Luego se producirían reemplazos e incorporaciones, entre ellos estaban Héctor Emilio Liébana, un impetuoso como juvenil Gustavo Blazquez (procedente de Lartigau) y Daniel Guardia, que cubría la información de una cancha.
Rápidamente me incorporaron al grupo y comenzaron a darme distintas responsabilidades.
El boxeo era una de mis pasiones, de allí que me hiciera cargo de ese segmento; lo que además me brindó la posibilidad de cubrir distintos eventos nacionales y estar más de una vez, acreditado en el mítico Luna Park.
Con el inicio de las transmisiones de fútbol (toda una novedad para la época), me convertí en el comentarista de Luis, instalándonos en los distintos escenarios de la ciudad y la zona, los que con expectativa aguardaban nuestra presencia.
Si bien L.U. 26 fue una gran escuela en la formación de muchos periodistas y trabajadores de prensa, no es menos cierto que Luis Fernández tuvo un particular ojo para detectar jóvenes con talento o capacidad para este tipo de actividades.
El hecho de descubrir y apadrinar a muchos de nosotros, fue contraproducente para sus propios intereses…
Ocurría que al poco tiempo de estar en su programa, pasábamos a integrar las otras secciones de la radio, ya sea Informativo, Locución o como Conductores de programas.
El resultado se repetía en forma constante: el “Deportivo” pasaba a ser un grato recuerdo en nuestras vidas.
Por entonces Mario Jorge Pérez conducía la Gerencia de la radio y el querido Enzo Fabriciano Barda, era su emblemático Director.
La mayoría del staff rondaba los 20 años o apenas los superaba: Rosa D´Annunzio, Elena Gómez, Adriana Rivitti, Susana Álvarez (éstas dos últimas en la Administración), Fabián Barda, Edgardo Ocampo, Mario Novack (procedente de Indio Rico), Carlitos Pranzetti, Joaquín “Koqui” Madariaga, Ricardo Soler (llegado de Tres Arroyos), Luis Omar Carrera (quien pasó a convertirse en “Alejandro Pol” (*) y yo, fuimos parte de la denominada “generación del 80”.
Entre los “veteranos” estaban Celia Ortiz, María del Carmen Etman, Rubén Tear, José Sanz (“El tucumano”), Miguel Macaya, Antonio “Coco” Páez, un locutor que resultaría mi gran amigo y compinche: Rodolfo “Rody” Marcó y Gerardo “Sandro” Alanis, un personaje lleno de silencios e inocencia.
Las lecciones recibidas fueron simples pero imposibles de eludir: respeto por la audiencia, compromiso con la gente y micrófonos abiertos para todos… sin exclusiones, sin privilegios.
Estos simples y desordenados trazos sirvieron para recordar una maravillosa etapa, que tanto en lo personal como grupal marcó un antes y un después en la radiofonía dorreguense.
Desde entonces ejerzo con enorme pasión el “oficio de periodista”, mientras que diversos han sido los caminos elegidos por aquellos compañeros de ruta: algunos están aquí, otros han marchado muy lejos… varios han partido para siempre.
Aquellos soñadores del 80 abrevamos de fuentes puras y capaces, como lo fueron aquellos “cuatro mosqueteros”… de un rey llamado comunicación:
- “El Pulpo” (Enzo) Barda, marcándonos (como irrenunciables consignas) el ABC de esta profesión: “pluralidad, compromiso y servicio”.
- “El Negro” (Mario) Pérez, enseñándonos desde la severidad de una conducción que tenía el respeto y la responsabilidad como premisas.
- Luis Fernández, inculcándonos con el ejemplo el valor del trabajo y que esta actividad no conoce de feriados, que se debe ser periodista de tiempo completo.
- Roberto Vecchi, fijándonos con rectitud pautas claras para la diaria tarea; siendo solidario y generoso con todos aquellos que alguna vez quedamos en silencio…
La radio nos permitió desarrollarnos, encontrar opciones, labrarnos un porvenir.
A muchos de nosotros nos allanó el camino para incursionar en otros ámbitos, para conocer otros géneros periodísticos, como el escrito o televisivo.
Han pasado 30 años y resulta un deber ineludible recordar de donde venimos, teniendo siempre presente a quienes nos dejaron como preciado legado “la palabra y la libre expresión”.
Desde 1980 cada 7 de junio representa una llama encendida, que es necesario seguir alimentando con el imperecedero combustible de una pasión que aún dispone de reservas suficientes, que debe propagarse en memoria de los soñadores de ayer… de todos aquellos que estén dispuestos a tomar nuestra posta: mañana.
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