lunes

"Veinte años no es nada". Escribe Hugo C. Segurola

El fútbol, las emociones y la solidaridad resultaron protagonistas claves en la tarde del último sábado, oportunidad en que con gran éxito se desarrolló el parido benéfico organizado por el Hogar de Ancianos.

El escenario de Independiente presentó un marco acorde a estas circunstancias, asociándose el tiempo (factor clave) con una tarde por demás agradable.

Desde horas tempranas directivas y colaboradores del Hogar se abocaron a la venta de entradas, también a ultimar los detalles de una organización que no tuvo fisuras.

El preliminar desarrollado entre escuelitas de fútbol locales, fue acorde aperitivo para el público que en el comienzo de la jornadase acercó en forma masiva a 25 de Mayo y Lequerica.

Infaltables los termos y los mates, indispensables los abrigos para soportar el frío de la tardecita.

Se notaba la expectativa de muchas formas: en las miradas atentas de los concurrentes, en las idas y vueltas de Inés Basterra sumando datos del protocolo previsto, en los dirigentes de la entidad anfitriona “nerviosos” por la marcha del reloj y también en ese montón de aficionados al fútbol que querían guardar en sus cámaras de fotos y celulares inolvidables imágenes.

Postales de la nostalgia…

Ingresar al remozado y coqueto vestuario rojo, fue para mí una vuelta atrás en el tiempo, retroceder más de 20 años y encontrarme con protagonistas de ayer vestidos con “la realidad de hoy”.

Muchos de ellos siguen viviendo aquí, nos cruzamos con frecuencia en la calle, mientras que otros hace tiempo que se fueron de Dorrego…aunque siempre vuelven o están al tanto de los sucesos locales.

En una suerte de película de “deportes en el recuerdo”, aparecían los rostros más viejos y los cuerpos (más gruesos) de la mayoría de ellos.

Otra vez volvían a calzarse la camiseta que llevan en el alma, a sentir el particular olor a ungüento, a intercambiar palabras, a recordar los tiempos idos, a reírse sin pausa.

Entre los “viejitos piolas” del rojo había algunos colados de lujo: fue precisamente uno de ellos el que me abrió el paso: Federico Rasmussen, el jugador de la inferiores de Lanús, el que nos hizo emocionar con la celeste y blanca de la Selección en el Mundial de Nigeria, el pibe que mantiene la sonrisa buena de siempre, el futbolista que está llamado a un destino de “grandeza” (no solo física).

El otro ya está retirado del fútbol, resultó un jugador distinto en esta y otras ligas, pudo ser un notable profesional: Martín Fernández. Aquel potente y determinante goleador local, el de Tres Arroyos o la Liga del Sur, el mismo que estuvo en las inferiores del “glorioso pincha”… el que por primera vez se puso la camiseta del rival de tantas veces.

Con la tranquilidad de disponer de un equipo confiable, sin poner cerrojos a la prensa y predispuesto a dejar los misterios de lado el técnico Marcelo Sola adelantó el once titular, con una sola duda: Fermín (Fernández) en el arco, Pablo Matélica, Martín Reyes, El “Negro” Bruzzone y “El tata” (Polinezzi) en el fondo; “El chiqui” (Sigifredo Fuertes), Sergio Sarti y “Fede” (Rasmussen) en el medio, “Pepe” y “El flaco” (Fuertes arriba).

¿Y de once? …Sin ponerse colorado y con la seriedad más absoluta, como si tuviera frente de mi a Julio Falcioni, Marcelo (sin rubor alguno) me dijo: “si no viene Rodrigo (Palacio)…va Martín Fernández.

Walter de la Loza conversaba con Sergio (Sarti), “Pedrito” Peñalba se cambiaba en un rincón, Federico “Kiko” Fuertes estaba junto a su sobrino Braian (hijo de Fabián), Eduardo Bruzzone sacaba a relucir su risa y su chapa de buen tipo…como siempre.

Fermín y “Popeye” (Barrios) se vestían lentamente, al igual que “Pablito” Matélica (que está como cuando jugaba) mientras que Martín Favre pasaba de mano en mano dos pequeñas fotografías de días de gloria en las inferiores,“Boti” Jalle mostraba con orgullo la “10” que le habían dado y Marcelino (Fuertes) llevaba la voz cantante de las cargadas y las arengas.

Completaban la escena: “El indio” Solari (arquero suplente y de buen segundo tiempo), “Maleta” Rodríguez y Sergio López, un bahiense que enterado del partido pidió sumarse al plantel, también Ariel “Semilla” Fuertes, canoso, pero en impecables condiciones físicas.

Martín Reyes había olvidado números, asientos y obligaciones contables y se aprestaba a ocupar una de las plazas de la zaga central. Como siempre: en silencio se alistaba Agustín Polinezzi.

“Chiqui” Fuertes (¡enorme y talentoso jugador!), me saludaba desde lejos con un grito afectuoso, con la estima que es reciproca en cualquier lugar que nos encontramos.

Había clima de fiesta y de alegría.

Abel Ortiz (“Cartucho”) repartía abrazos y saludos. Razones de mucho “peso” no le permitieron ponerse otra vez los cortos al “gran goleador de los 80), pero se convirtió en una suerte de Mancuso y el “negro” Enrique (los dos en uno), asesorando al técnico principal.

Todas las miradas estaban depositadas en un solo hombre: estaba apoyado en la puerta y al fondo del vestuario, flexionaba lentamente las piernas, mientras que la camiseta quedaba adherida a su cuerpo. Se cruzaban las preguntas: ¿Estás ansioso? ¿Vas a aguantar todo el partido? Trata de no ahogarte le sugería otro… Sergio “Capochón” Fuertes, esperaba jugar su propio partido.

Sobre la camilla estaba el gran protagonista de la tarde, las expertas manos de Pedro Pistochi se deslizaban sobre las enormes piernas del histórico goleador.

“El flaco” estaba feliz, exultante, repartía saludos y a su vez recordaba inolvidables masajes de otros días, brindados por la dupla que conformaban: José “Tochi” Ordoñez y Nelson Santucho.

No era un partido más…”era su partido”, el que tanto esperaba, el que había soñado tantas veces, jugar con sus hermanos.

Entre tanto ruido y murmullos, asomó una figura conocida, bolsito en mano y una sonrisa tímida en los labios… los aplausos surgieron espontáneos: el gran Rodrigo Palacio, había entrado como pidiendo permiso, demostrando que en los grandes: “la fama es puro cuento”.

Se abrazó con “Kiko”, luego con “El flaco”, después con todos.

“Raulí” Roassio recorría el vestuario con su “camarita”, Ezequiel Balestra captaba las imágenes para el cable y Marcelo Cepeda no daba abasto gatillando su maquina de fotos.

A pesar de “llegar tarde” Marcelo le otorgó la titularidad al ex Boca, que tras ponerse la camiseta se ató impecables botines blancos.

Faltaba poco para el momento especial.

El “flaco” Alberto Martínez mostraba la misma figura que cuando dirigía en la Liga o en sus tiempos de la A.F.A., charlaba con Ricardo Báez recordando el referato local. A su lado los líneas: Ricardo Vázquez y Andrés Saetone.

Con Alfredo Aquiles Oviedo a la cabeza llegaron los “veteranos” de Olimpo, figurando entre otros: Alfredo Torres, Mario Fernández, Stefanoff, Depietri, Manuel Cheiles, Mardones y tres viejos conocidos de nuestro fútbol, que jugaron la recordada final del 89 entre Independiente y San Martín: el trajinador “Yimi” Barroso, el otrora goleador “Nano” Seijas y un voluminoso “Ruso” Baranosky, muy alejado de aquel virtuoso volante de rubia melena al viento y osadía plena (dentro y fuera de la cancha).

A los visitantes se sumaron: Leandro “Pescadito” Iribarren y Edel Fernández.

Y luego se sucedieron rápidamente los capítulos de la gran novela de la tarde:

Independiente en la cancha, encabezado por Esteban Fuertes.

Las bocinas, los aplausos, los papelitos al aire, los gritos, los celulares y las digitales actuando a pleno.

Después el acto protocolar acompañado por el Intendente Fabián Zorzano y el Presidente del Concejo Deliberante Raúl Reyes, el izamiento de la bandera y nuestro Himno.

El homenaje de Independiente para “El Flaco” y “Fede”, las palabras de Lucio Zarzoso.

La plaqueta de la Liga de Fútbol y los conceptos de su Presidente, Omar Pietrafesa.

También un enorme cuadro en blanco y negro, magníficamente dibujado por Soledad Hurtado.

El agradecimiento de Inés Basterra en nombre del Hogar de Ancianos, las gracias para todos y cada uno de los que permitieron el éxito.

Breves y emocionadas referencias de Esteban Fuertes…¡Y a jugar!

El partido tuvo un trámite ágil, fue entretenido, plagado de cambios y también de goles.

El resultado final certifica el espíritu ganador de los protagonistas: 6 a 4 a favor de Independiente. Tres del “Flaco”, dos de Rodrigo y uno de Pedro Peñalba (mediante un penal muy bien ejecutado…como aquel último en la consagración del 89). Dos hizo Mario Fernández, uno Depietri (que mostró su pegada y buen juego) y uno más…que no pude apuntar. Además Stefanoff le desvió un penal a “Chiqui” Fuertes.

A cinco minutos del final se retiraron Rodrigo y Esteban… “Capochón” hizo un cierre a lo Maldini… y el partido se terminó, la alegría seguía plena a pesar del frío que ya en el crepúsculo del día comenzaba a notarse.

Raquel (la mamá del “Flaco”) recorría la cancha para entregar las camisetas y la pelota sorteada, disfrutaba tan particular como deseado momento.

Hugo (el papá de Esteban) aparecía rodeado de sus hijos y se hacía un lugar para recibir el saludo de los amigos.

Fabián (Fuertes) fue el único que no jugó, pero dijo presente con el sonido del espectáculo, “Rosita”, sus otras hermanas y el resto de la familia recibían saludos, la alegría era estandarte de todos “los Fuertes”.

“Josesito” Bernatene que vio el partido pegado al banco se fue feliz con la foto con sus idolos, con las firmas que dejaron en su remera: Esteban y Rodrigo.

“El vasquito” Fritz juntó las pelotas utilizadas en el juego y hasta se animó a un pique final que fue coronado por aplausos.

Oscar Sauco ya no podía resistir a la enorme cantidad de gente que quería entrar a la cancha, en vano pedía ayuda… nadie quería perderse el momento del abrazo, del beso y de la foto.

La única alternativa para salir fue el túnel, luego la partida de prisa por la puerta trasera del vestuario. Teníamos que marchar hacia nuevas responsabilidades periodísticas, también a recrear el “Cabildo Abierto” en la Casa de la Cultura…

Ya habíamos acumulado suficiente material: imágenes, notas y testimonios diversos.

Guardamos hermosas postales de un sábado vestido con las ropas del domingo.

Habíamos sido “testigos de privilegio” de la tarde en que volvió “El flaco” a ponerse la camiseta del rojo, en la que Rodrigo Palacio fue refuerzo de lujo, en la que “Fede” Rasmussen mostró pinceladas de su clase.

Para el final de esta nota pude hallar en la letra del tango “Volver” las frases adecuadas a tan sentida circunstancia: “Sentir... que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras, te busca y te nombra. Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo…Que lloro otra vez...”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente!!!! como siempre, Huguito!!!
Laura Bruzzone