José Saramago, que murió ayer, había nacido en Azinhaga, en 1922. Premio Nobel de Literatura, es uno de los escritores portugueses más conocidos y apreciados en el mundo entero.
A partir de la publicación de "El año de la muerte de Ricardo Reis", en 1985, su trabajo literario recibe las mejores críticas de los especialistas y el reconocimiento de los lectores del mundo entero.
"Se fue Saramago. Físicamente, nada más. Se fue un escritor que produjo literatura de la mejor y, a la vez, desde esa isla volcánica y lunar de Lanzarote, mantuvo una presencia activa en el mundo y persistió tozudamente en defender la función pública del intelectual", mencionó la docente Cristina Cabarcos a LA DORREGO.
"Leer su obra es una de las mayores satisfacciones para un lector. Nos dejó un escritor que, a pesar suyo, se convirtió en la conciencia lúcida de una época cegada por los mecanismos del poder", analizó.
"Pero su ausencia será solamente física. La inmortalidad de Saramago está en sus obras. Como homenaje póstumo a ese gran autor, a ese luchador incansable vaya el epígrafe de su obra `Historia del cerco de Lisboa´: `Mientras no alcances la verdad no podrás corregirla. Sin embargo, si no la corrigieres, no la alcanzarás´. Para pensar: como todo Saramago. Hasta siempre, Maestro", añadió Cabarcos. (19.06.10)
A partir de la publicación de "El año de la muerte de Ricardo Reis", en 1985, su trabajo literario recibe las mejores críticas de los especialistas y el reconocimiento de los lectores del mundo entero.
"Se fue Saramago. Físicamente, nada más. Se fue un escritor que produjo literatura de la mejor y, a la vez, desde esa isla volcánica y lunar de Lanzarote, mantuvo una presencia activa en el mundo y persistió tozudamente en defender la función pública del intelectual", mencionó la docente Cristina Cabarcos a LA DORREGO.
"Leer su obra es una de las mayores satisfacciones para un lector. Nos dejó un escritor que, a pesar suyo, se convirtió en la conciencia lúcida de una época cegada por los mecanismos del poder", analizó.
"Pero su ausencia será solamente física. La inmortalidad de Saramago está en sus obras. Como homenaje póstumo a ese gran autor, a ese luchador incansable vaya el epígrafe de su obra `Historia del cerco de Lisboa´: `Mientras no alcances la verdad no podrás corregirla. Sin embargo, si no la corrigieres, no la alcanzarás´. Para pensar: como todo Saramago. Hasta siempre, Maestro", añadió Cabarcos. (19.06.10)
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