La caza comercial de la liebre europea está teniendo una temporada muy difícil y su futuro es cada vez más incierto.
De acuerdo a lo comentado por un acopiador local, es escaso el valor de cada ejemplar -que ronda los siete pesos por animal- y cada vez es mayor el precio de los insumos, entre ellos los proyectiles y el combustible.
Como ya viene ocurriendo desde hace algún tiempo, la crisis internacional es la principal causa del declive de la actividad, atendiendo que el total de la producción se exporta a Europa.
"Por el momento el balance es malo y no creo que de aquí al 15 de julio --cuando finaliza la temporada-- se produzca un repunte importante. El problema no pasa por la cantidad de liebres en existencia, sino por el precio que se paga por ejemplar, que es muy bajo, mientras que los costos para los cazadores son muy grandes", explicó Ogue Fabián Madariaga.
La suba de los costos de los insumos obliga a los cazadores a capturar una importante cantidad de ejemplares para que sea rentable la actividad, aunque obviamente con el correr de los días el número de liebres va disminuyendo.
Madariaga narró que "una caja de balas cuesta 20 pesos, mientras que el valor de combustible aumento mucho" y que "lo mismo sucede con los costos que representa para cada cazador mantener empleados, abonar viáticos y comida".
Otra cuestión pasa por la depreciación del euro, que hizo que bajara notablemente la demanda y, por ello, los frigoríficos tienen serios problemas para colocar el producto en el Viejo Continente.
Para Madariaga, se mantienen las restricciones para desarrollar la actividad, que responden a la normativa legal vigente, aunque aclaró que en este sentido no se han producido mayores inconvenientes.
"Antes, vivían de la caza unas doscientas personas, número que se redujo a menos de la actividad en las últimas temporadas", subrayó.
"Además de las familias directamente beneficiadas, la caza de liebre generaba mucho movimiento económico, porque todo el dinero se gastaba en el distrito. Ahora, eso no ocurre", añadió. (30.06.10)
De acuerdo a lo comentado por un acopiador local, es escaso el valor de cada ejemplar -que ronda los siete pesos por animal- y cada vez es mayor el precio de los insumos, entre ellos los proyectiles y el combustible.
Como ya viene ocurriendo desde hace algún tiempo, la crisis internacional es la principal causa del declive de la actividad, atendiendo que el total de la producción se exporta a Europa.
"Por el momento el balance es malo y no creo que de aquí al 15 de julio --cuando finaliza la temporada-- se produzca un repunte importante. El problema no pasa por la cantidad de liebres en existencia, sino por el precio que se paga por ejemplar, que es muy bajo, mientras que los costos para los cazadores son muy grandes", explicó Ogue Fabián Madariaga.
La suba de los costos de los insumos obliga a los cazadores a capturar una importante cantidad de ejemplares para que sea rentable la actividad, aunque obviamente con el correr de los días el número de liebres va disminuyendo.
Madariaga narró que "una caja de balas cuesta 20 pesos, mientras que el valor de combustible aumento mucho" y que "lo mismo sucede con los costos que representa para cada cazador mantener empleados, abonar viáticos y comida".
Otra cuestión pasa por la depreciación del euro, que hizo que bajara notablemente la demanda y, por ello, los frigoríficos tienen serios problemas para colocar el producto en el Viejo Continente.
Para Madariaga, se mantienen las restricciones para desarrollar la actividad, que responden a la normativa legal vigente, aunque aclaró que en este sentido no se han producido mayores inconvenientes.
"Antes, vivían de la caza unas doscientas personas, número que se redujo a menos de la actividad en las últimas temporadas", subrayó.
"Además de las familias directamente beneficiadas, la caza de liebre generaba mucho movimiento económico, porque todo el dinero se gastaba en el distrito. Ahora, eso no ocurre", añadió. (30.06.10)
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