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A esta no me la contaron. Por Carlos Madera, especial para LA DORREGO

El sentido sustantivo de la democracia es el fundamento que subyace en la indivisibilidad de los derechos humanos.

Ese criterio otorga el mismo nivel a los derechos civiles y políticos que a los económicos y sociales, sin prelación.

La vigencia plena del derecho a votar y ser elegido, a opinar, a profesar el credo, también existe para la alimentación, el vestido, y a contar con un empleo digno.

Según el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y culturales al que la Constitución Nacional asigna un rango superior a las leyes, legisla el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y una mejora continua en sus condiciones de existencia, culminando con que los Estados tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho.

Abordar esto último sin una dimensión distributiva, tiene la misma matriz de pensamiento que el discurso sobre la pobreza que omite la centralidad de la igualdad.

La noción de individuos -consumidores que redujo y desplazó al de ciudadanía-, imponiendo un paradigma de sociedad de mercado, en los años del neoliberalismo de la década del 90 y los inicios de ésta, significó un retroceso devenido de la sustancial mercantilización de las necesidades básicas .

El vínculo insoslayable con nuestra memoria como pueblo, como sociedad y su necesidad de ser permanentemente recuperado y repensado lleva necesariamente a la comparación de este periodista apoyandosé en un articulo de 12 años atrás al cuál voy a citar fehacientemente para no alimentar dudas.

Diario La Nación- suplemento Campo –página 2- Sección 5 –del sábado 22 de agosto de 1998 firmado por el colega Héctor Müller .

Redacta Müller: “La posible importación de productos provenientes de Australia y la unión de CEPA con Quickfood, dos de las industrias cárnicas más importantes del país, sacudieron el avispero.

La semana pasó a ser netamente cárnica, donde la industria trata de adquirir materia prima más económica y por otro lado busca mayor escala para poder competir tanto en el mercado nacional como en el internacional.

El Senasa por su parte comunicaba que, el ingreso de carnes via importación proveniente de Australia, Nueva Zelanda, Canadá, los Estados Unidos, los estados brasileños de Río Grande Do sul y Santa Catarina, Uruguay y Paraguay no tendrán restricciones sanitarias, reconociendo las condiciones de intercambio comercial entre países con status sanitario coincidente.

La noticia molestó a algunos, dice Müller, pero otros más ajustados a la realidad admitieron que esto iba a pasar, luego de la liquidación ganadera iniciada con la agriculturización y la adhesión masiva de los productores en 1995/96 de la mano de altos precios internacionales.

El resultado, destaca la nota, está a la vista, la industria exportadora es la quedó peor parada.

Durante 1997 se importaron 11.377 toneladas, en el primer semestre de 1998, 17.000 toneladas, significando un aumento con el año anterior del 121 por ciento en volumen y un 208 por ciento en valor.

Ahora estrictamente textual: “De cualquier manera, dice Müller, mientras no provenga de países que subsidian a la producción, la mayoría acepta que la importación de carnes encuadra sin ningún tipo de inconvenientes dentro del esquema de un país que abrió sus puertas al libre juego de la oferta y la demanda” .

Al retrotaer estos tiempos, y recordar la desaparición de 113.450 productores agricolo-ganaderos del circuito formal, recuerdo los enunciados sobre la sana competencia, la escala, los inviables, economía saneada y me lleva a reflexionar seriamente cuando se nos advierte desde la dirigencia y los especialistas, y se nos explica con una perseverante preocupación, sobre una posible importación de carnes, en las puertas del infierno, con un control abusivo sobre las exportaciones, exigiendo que los argentinos debemos comer lo que no exportamos, se me ocurre pensar que nos toman por desinformados o distraídos para ser sutil, o que no nos acordamos que la orgía del menemato logró lo que buscaba, en la profesía cumplida de Domingo Cavallo expulsando a los que estaban de más, pero también avivar un montón para saber lo que le conviene.

A esta no me la contaron y todo esta guardado en la memoria, dice León. (27.07.10)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Madera, cuanta razón tenes en lo que se dice en esta nota, ahora estan todos quejandose por las retenciones, será que tienen tan mala memoria???pq bien, no creo que le fue muy bien a muchos, o es que todos son Biolcati???