miércoles

Más vale prevenir que lamentar. Por A. Gaitán especial para LA DORREGO

Muchos de los vecinos de Oriente esperamos la llegada del fin de semana para dormir alguna que otra hora más, y así guarecernos bajo las frazadas de las bajas temperaturas del invierno, gozando del merecido descanso dominical.

En algunos sectores de la ciudad, especialmente en la zona céntrica, donde se ubica el único boliche bailable resulta imposible no despertar a la hora del cierre del mismo.

Varios han sido los reclamos que personalmente o por este medio los vecinos han hecho llegar a las autoridades para un mayor control ante los gritos, peleas, portazos, bocinazos, piedras en los techos, roturas de plantas, el estado deplorable de algunas veredas donde alguno dejo restos de una pesada noche de alcohol.

Como si fuera el mediodía, la situación es parte ya de una costumbre que se va agudizando con el paso del tiempo e, incluso, se va extendiendo a otros sectores.

Por ejemplo, el paseo de las parejas de enamorados o grupos de adolescentes a un casa abandonada ubicada en San Martín 570 aproximadamente, (por la que se ha pedido intervención al municipio por medio del delegado, ya que es refugio de alimañas, insectos, roedores) y también de quienes buscan un espacio de “tranquilidad”.

Aunque bien podría ser el escondite ideal para quien no tiene buenas intenciones con la comunidad.

Este fin de semana en el término de una hora, entre las 4 y 5:30, varios grupos de parejas ocuparon esta vivienda que no tiene puertas y ventanas, sin respetar las reglas de convivencia en este caso los vecinos, que más de una vez despertamos vigilantes y con el temor lógico por los pasos que corren, conversaciones en voz alta, risas, ruidos molestos.

En tiempos donde la seguridad es prioridad para nuestra comunidad que en los últimos meses ha sufrido robos a mano armada y distintos tipos de ilícitos, temerosos por lo que pueda pasar, y siguiendo las indicaciones de los efectivos, recurrimos a una llamada para buscar un de control de la situación.

La respuesta ha sido inmediata, y entre protestas y algún exabrupto los turistas de la casa abandonada, han salido raudamente para no terminar en un calabozo por estar en un espacio que pese al estado deplorable en que se encuentra es privado.

Sería bueno que exista más compromiso por parte del municipio para intimar a los dueños de esta vivienda, a procurar mayor limpieza, y cercarla con el fin de evitar este tipo de situaciones.

Es de público conocimiento que no hay móviles ni personal disponible para cubrir la seguridad de la ciudad y la zona rural, por lo que sería oportuno que se tomen medidas urgentes para evitar males mayores.

No sólo por el descanso de quienes habitamos esta zona de la ciudad, sino también como medida preventiva para que en poco tiempo no se convierta de aguantadero de delincuentes o centro de otro tipo de situaciones que pongan en riesgo a cualquier persona de la localidad.

Es bueno que la gente disfrute de una noche de esparcimiento, pero también que se tome conciencia que los derechos de cada uno terminan donde comienzan los del otro.

Más vale prevenir, que lamentar.

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