miércoles

Un joven: "Me duele pensar que el año que sigue no voy a estar en mi casa"

Muchas veces en el transcurso del día me pasan cosas que me hacen ver que estoy creciendo.

Esto no me mantiene tranquilo en lo más mínimo; me duele pensar que el año que sigue no voy a estar en mi casa… De a ratos me pasa y luego lo olvido.

Es difícil crecer en un lugar así, en un pueblo chico, esos lugares están “programados” para no crecer y perder a sus jóvenes, obliga a los jóvenes a exiliarse a otras ciudades o a convertirse en adultos de hoy para mañana; sólo existen dos opciones para permanecer en la sociedad: irse a otra ciudad a estudiar una carrera, o conseguir un trabajo.

Es una decisión difícil. En el primer caso, el joven en cuestión debe abandonar su familia, su pueblo, su cuidad, por ende la mayoría de las cosas que él conoce, y los lugares en que se siente seguro, para cambiarlos por una realidad distinta a la que, según me cuentan mis amigos mayores, es difícil adaptarse.

En el segundo caso, el joven opta por ir a trabajar, y cruza un umbral que rara vez tiene vuelta atrás, tengo un amigo que eligió ese camino, a sus trece años él trabajaba para ganar su dinero, se fue de su casa, y viajó por las ciudades aledañas a la mía en busca de trabajo. Hoy tiene 21 años y está disfrutando su adolescencia tardía. Vive en casa con sus padres y hermanas. Su grupo de amigos está compuesto por adolescentes de 17 años, entre ellos yo.

De él aprendí muchas cosas, pero a la vez pude comparar las dos realidades posibles para alguien que crece en un pueblo: mi hermano, con la misma edad que mi amigo es profesor de historia, trabaja durante la semana y los fines de semana “descansa”. En cambio él, cada vez que trabaja, no lo vemos por tres meses.

Cabe tener en cuenta el sacrificio que nuestros padres hacen por nosotros; pero antes tengo que aclarar que cada familia es un mundo y esto podría no manifestarse en todos los hogares, no lo sé. Sólo escribo sobre lo que creo que veo en la realidad que me rodea y siempre desde mi punto de vista.

Un adolescente de una gran ciudad podría encontrar desconocido lo que yo digo; retomando el tema, yo he escuchado a mi padre decir que la única herencia que él puede dejarme es el estudio, que tengo que estudiar para no tener que trabajar en el campo; él dice que no es ninguna deshonra hacerlo, pero que existen mejores trabajos, mi hermano trabajando ni siquiera la mitad de las horas que mi papá trabaja está ganando más del doble.

Los trabajadores de campo trabajan de sol a sol, sin importar los 3º bajo cero de una mañana de invierno o los 36º centígrados de una tarde de verano. Yo lo he visto y vivido.

Por eso entiendo el sacrificio de mis padres, mi madre a veces está bien, a veces mal, éste es el último año que me tiene, mientras ella está en el campo con mi papá y mi hermana menor yo crezco en el pueblo, y el siguiente año no voy a estar todos los días. Como mamá viajaba mucho mi padre le dijo que él se quedaba en el campo y ella acá, conmigo.

Igual es difícil para ella, siempre la familia estuvo unida, ahora estamos todos separados, y eso es parte del sacrificio que ellos hacen para que, en el futuro, yo sea mejor persona, no puedo dejar de tenerlo en cuenta.

Hace un par de meses, nuestro equipo nacional de fútbol disputaba el mundial de fútbol, era un partido clave, y yo tenía una cábala que me “obligaba” a no ver el partido dos veces en el mismo lugar, mi mamá no me dejó.

Era uno de los domingos en los que podíamos almorzar en familia. Ese día yo rompí la cábala, perdimos y me fui a dormir, enojado con mi mamá, llorando y sintiéndome culpable por haberla roto. Ahora la entiendo, pero en ese momento me enojé mucho. Ahora puedo pensar y
reflexionar, no era su culpa, y tampoco la mía.

¡Qué loco! la próxima vez que vea un mundial voy a tener 21 años, tal vez recuerde ese momento, tal vez no, no lo sé.

Podría cerrar este ensayo con un consejo sobre cómo afrontar estos éxodos, pero no tengo ninguno. Es una etapa de la vida que todavía no viví, y los consejos tienen que estar hechos de experiencia, experiencia que todavía no tengo; dudo mucho que dentro de algunos años vuelva a
retomar lo inconcluso, así que sólo digo, a adolescentes que lean esto: no desprecien lo que los demás hacen por ustedes, siempre fíjense a quien pueden ayudar o dar una guía con sus experiencias…

No creo tener nada más que decir, en caso de equivocarme, el resto de la hoja siempre
seguirá en blanco. (13.10.10)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Iván, es muy cierto lo que decís, te cuento que me tocó como a vos, despegarme de mi familia para poder hacer una carrera...en La Plata, sufrí mucho, tarde en encontrar mi camino, lloré,extrañé, me enojé porque no quería estar lejos, pero todo eso duró un año, despúes aprendí a disfrutar de mi vida de estudiante, hacer amigos, conocer lugares, siempre pensando en volver a mi pueblo, para estar cerca de mi gente.-
Hace un año y medio que volví a mi Dorrego querido, como me lo propuse a los 18 años, con mi título y con la satisfacción de darle a mis padres un poco de todo lo que me regalaron...

Hoy tengo trabajo, los mismos amigos de siempre, y muchos más que dejé en La Plata, viví una epoca hermosa e inolvidable..

No te tortures pensando en lo que va a pasar...vivi el momento, disfruta del estudio y de la vida que se viene, que el tiempo pasa volando, y cuando quieras acordar, vas a estar de vuelta...

Con cariño y respeto...

PM

Anónimo dijo...

HOLA IVAN QUIZAS HOY 14/10/10 NO LEAS ESTE COMENTARIO PORQUE TE EN CUENTRAS EN BARILOCHE DISFRUTANDO DE LO QUE A TU EDAD DEBES DISFRUTAR QUE ES ESE VIAJE QUE ADEMAS ES INOLVIDABLE , PERO CUANDO PUEDAS HECHAR UNA OJEADA A LOS COMENTARIOS DE LO QUE HAS ESCRITO , HACELO Y VERAS QUE EL ENSAYO QUE HAS HECHO POR LO MENOS A MI , ME LLENA DE ORGULLO SABER QUE NUESTROS HIJOS TIENEN DENTRO ESAS COSAS QUE NOS DEJAN CON LA BOCA ABIERTA Y QUE NO TODO ESTA PERDIDO , QUE TIENEN SENTIMIENTOS TAN PROFUNDOS COMO ESTOS Y TAMBIEN DECIRTE QUE POR ESTAS COSAS HAY QUE PASAR , TODO LO QUE CUESTA DUELE PERO DA SUS FRUTOS , Y NO TE OLVIDES DE ALGO QUE QUIZAS SEA LO MAS IMPORTANTE , QUE CUANDO VAYAS CRECIENDO LE VAS A IR DANDO LA RAZON AL VIEJO ,LA UNICA HERENCIA QUE LES PUEDO DEJAR ES EL ESTUDIO , SUENA A FRASE HECHA Y DE LUEGO QUE LO ES , PERO CUAN CIERTA ES , UN ABRAZO Y SEGUI DISFRUTANDO DE LA MEJOR ETAPA DE LA VIDA " LA ADOLESENCIA "
GDT

Anónimo dijo...

Hola.
Egresé hace ya unos cuantos años, y tomé esa misma decisión: mudarme a La Plata a estudiar. El cambio no me encontró con miedos, muy por el contrario, lleno de entusiasmos y ansiedades por recorrer caminos nuevos.
Las situaciones personales de cada uno son diferentes; a veces incluso cambiamos tres o cuatro veces de carrera, o se complica la supervivencia en un ámbito ajeno... el pago "tira", sin dudas. La economía también.
Sólo quiero GARANTIZARTE que un camino destinado al estudio, la erudición, la conciencia de que hay mucho por aprender, los libros, el intercambio con personas de otros rumbos, etcétera y mil etcéteras.... todo esto sí o sí te hace mejor. Te prepara más para cualquier cosa.
Claro que extrañarás (tiene que ser así). Claro que temerás (es inevitable ante cualquier cambio). Claro que dudarás (¡somos humanos!) Pero tené por seguro que jamás te arrepentirás.
Y además La Plata es una ciudad muy bella.
Saludos y buena suerte.


XLM