De acuerdo a fuentes consultadas y de alta confiabilidad, en la semana entrante pueden surgir novedades en la conducción de la Policía lugareña.
Sabido es que la Departamental Tres Arroyos tiene bajo su responsabilidad tres partidos: Tres Arroyos, González Chaves y Coronel Dorrego. Los dos primeros cuentan con Policía Comunal, mientras que la nuestra es de carácter Distrital.
Desde hace algunos meses y por graves problemas de salud debió alejarse su titular, el Comisario Inspector Marcelo Gómez, mencionando algunos por lo bajo que las causas de su estrés, se originaron en los “dolores de cabeza” que le demandaba tratar de ordenar la dependencia lugareña.
Gómez se mostró abierto a recepcionar inquietudes, aceptó críticas y hasta sugerencias e incluso puso en marcha los rondines con efectivos a pie. Fueron buenas intenciones que no alcanzaron para dar respuestas en la principal asignatura pendiente: “esclarecimientos de hechos en la planta urbana”.
Para cubrir este vacío y ante la necesidad de una autoridad superior al titular de la sede policial Pablo Correa, (que además es Sub-Comisario) se menciona una terna de aspirantes, no descartándose que la elección recaiga en un Inspector de apellido Villarreal, de la zona de Azul.
Al margen de este cambio obligado ya existieron movimientos de efectivos y hasta se prevé algún traslado, hechos que suelen traer aparejados malestares y, esta vez tampoco fue la excepción.
Llámese Villarreal u otro funcionario el designado, la cuestión central que tendrá que abordar será la de “ordenar” la Comisaría puertas adentro y para ello resultará necesario contar con firmeza y una postura clara desde el comienzo. También con el mayor tiempo de presencia posible en la ciudad, para monitorear el funcionamiento de una estructura que dista sobremanera de funcionar aceitadamente.
La Policía local no escapa a “las internas” que se viven en otros ámbitos y en tal sentido no son pocos los que coinciden que para empezar a encontrar soluciones en la calle y dar respuesta a los ciudadanos, primero hay que restituir “la autoridad perdida” en Avenida Fuertes 544.
Por un lado y bastante apartados del resto está el sector de Radio estación, que funciona con su propia estructura, por el otro; los responsables de la faz administrativa y atención al público, el “servicio de calle” y a unos kilómetros de éstos y en instalaciones gestionadas y ambientadas por la Municipalidad, la Patrulla Rural. No debe omitirse que hay efectivos que deben encargarse del cuidado de los detenidos, oficiando como una suerte de “Guardicarceles” (sin estar preparados para ello), lo que produce una merma en el personal asignado a tareas preventivas.
El manejo de las famosas horas CORES, los celos profesionales, la puja por hechos esclarecidos entre “policías urbanos y rurales”, las habituales “carpetas médicas”, la mayor actitud de unos que contrasta con las pocas ganas y predisposición operativa de otros y hasta “cuestiones de alcoba” son apenas algunos renglones de una larga lista de situaciones que tienen que ver con una tropa a la que indispensablemente le falta: CONDUCCION Y MANDO; elementos claves en una estructura vertical como “la bonaerense”.
A este tema debe agregarse la convivencia entre policías locales y foráneos, no siendo igual el compromiso de todos, especialmente de aquellos que no están identificados con el lugar, que tampoco residen aquí y que se limitan a cumplir su turno para volver a sus sitios de origen.
Pero son también los vecinos los que ven otras fallas: como el uso de vehículos oficiales para fines personales o estacionados frente a sus domicilios, al igual que la manía constante del uso de sus celulares en plena tarea preventiva, incluso en lugares prohibidos para el resto de las personas, como las entidades bancarias.
Otras personas refieren sobre la poca frecuencia con que los móviles policiales pasan por determinados barrios.
Volviendo a los nombres propios, sonó fuerte el del Comisario Inspector Gallie, quien días atrás estuvo asignado en Coronel Dorrego y al decir de algunas voces, mostró una impronta laboral distinta y efectiva que se reflejó en algunas acciones, que incluyeron controles y allanamientos.
Según manifestaciones que me hizo fuera de micrófono, el Comisario Mayor Héctor Fittipaldi (titular de la Departamental), el propio Intendente Fabián Zorzano se trasladó días atrás a Tres Arroyos preocupado por la sucesión de hechos contra la propiedad.
En la ocasión se habría avanzado en la llegada de tres efectivos (promesa anunciada hace bastante tiempo), para ser asignados a tareas de investigación y dependiendo en forma directa de la Ayudantía Fiscal a cargo de Marcelo Romero Jardín.
Es verdad que no hay que meter a todos “los policías en la misma bolsa”, pero es evidente que algunas y algunos no actúan en la misma sintonía: están los que lo hacen en AM, otros en FM… y hay también quienes tienen “la radio” apagada…
Estoy al tanto (incluso por consultas que he recibido) de vecinos preocupados y algunos de ellos afectados, que de no mediar respuestas canalizarán sus reclamos de otra forma, haciendo uso del “derecho de peticionar” ante sus autoridades: en definitiva ante los hombres y mujeres que en 2007 y 2009 le pidieron su voto “para representarlos” jurando ser fieles a ese mandato en todo momento y circunstancia.
Espero que no termine todo en un “cambio de figuritas”, en parches pasajeros o lo que es peor: en nuevas promesas donde se vuelva a hablar de mapa del delito, de artículos del Código Penal y lo más indignante: de las famosas y poco confiables estadísticas.
Hay quienes sostienen que los cambios no terminarán con la llegada de un nuevo Jefe distrital…
Lo único claro que surge es que más allá de los nombres: para cuidar y proteger cada casa de los dorreguenses… la Policía tendrá que comenzar por ordenar seria y responsablemente la propia. (30|01|11)
Sabido es que la Departamental Tres Arroyos tiene bajo su responsabilidad tres partidos: Tres Arroyos, González Chaves y Coronel Dorrego. Los dos primeros cuentan con Policía Comunal, mientras que la nuestra es de carácter Distrital.
Desde hace algunos meses y por graves problemas de salud debió alejarse su titular, el Comisario Inspector Marcelo Gómez, mencionando algunos por lo bajo que las causas de su estrés, se originaron en los “dolores de cabeza” que le demandaba tratar de ordenar la dependencia lugareña.
Gómez se mostró abierto a recepcionar inquietudes, aceptó críticas y hasta sugerencias e incluso puso en marcha los rondines con efectivos a pie. Fueron buenas intenciones que no alcanzaron para dar respuestas en la principal asignatura pendiente: “esclarecimientos de hechos en la planta urbana”.
Para cubrir este vacío y ante la necesidad de una autoridad superior al titular de la sede policial Pablo Correa, (que además es Sub-Comisario) se menciona una terna de aspirantes, no descartándose que la elección recaiga en un Inspector de apellido Villarreal, de la zona de Azul.
Al margen de este cambio obligado ya existieron movimientos de efectivos y hasta se prevé algún traslado, hechos que suelen traer aparejados malestares y, esta vez tampoco fue la excepción.
Llámese Villarreal u otro funcionario el designado, la cuestión central que tendrá que abordar será la de “ordenar” la Comisaría puertas adentro y para ello resultará necesario contar con firmeza y una postura clara desde el comienzo. También con el mayor tiempo de presencia posible en la ciudad, para monitorear el funcionamiento de una estructura que dista sobremanera de funcionar aceitadamente.
La Policía local no escapa a “las internas” que se viven en otros ámbitos y en tal sentido no son pocos los que coinciden que para empezar a encontrar soluciones en la calle y dar respuesta a los ciudadanos, primero hay que restituir “la autoridad perdida” en Avenida Fuertes 544.
Por un lado y bastante apartados del resto está el sector de Radio estación, que funciona con su propia estructura, por el otro; los responsables de la faz administrativa y atención al público, el “servicio de calle” y a unos kilómetros de éstos y en instalaciones gestionadas y ambientadas por la Municipalidad, la Patrulla Rural. No debe omitirse que hay efectivos que deben encargarse del cuidado de los detenidos, oficiando como una suerte de “Guardicarceles” (sin estar preparados para ello), lo que produce una merma en el personal asignado a tareas preventivas.
El manejo de las famosas horas CORES, los celos profesionales, la puja por hechos esclarecidos entre “policías urbanos y rurales”, las habituales “carpetas médicas”, la mayor actitud de unos que contrasta con las pocas ganas y predisposición operativa de otros y hasta “cuestiones de alcoba” son apenas algunos renglones de una larga lista de situaciones que tienen que ver con una tropa a la que indispensablemente le falta: CONDUCCION Y MANDO; elementos claves en una estructura vertical como “la bonaerense”.
A este tema debe agregarse la convivencia entre policías locales y foráneos, no siendo igual el compromiso de todos, especialmente de aquellos que no están identificados con el lugar, que tampoco residen aquí y que se limitan a cumplir su turno para volver a sus sitios de origen.
Pero son también los vecinos los que ven otras fallas: como el uso de vehículos oficiales para fines personales o estacionados frente a sus domicilios, al igual que la manía constante del uso de sus celulares en plena tarea preventiva, incluso en lugares prohibidos para el resto de las personas, como las entidades bancarias.
Otras personas refieren sobre la poca frecuencia con que los móviles policiales pasan por determinados barrios.
Volviendo a los nombres propios, sonó fuerte el del Comisario Inspector Gallie, quien días atrás estuvo asignado en Coronel Dorrego y al decir de algunas voces, mostró una impronta laboral distinta y efectiva que se reflejó en algunas acciones, que incluyeron controles y allanamientos.
Según manifestaciones que me hizo fuera de micrófono, el Comisario Mayor Héctor Fittipaldi (titular de la Departamental), el propio Intendente Fabián Zorzano se trasladó días atrás a Tres Arroyos preocupado por la sucesión de hechos contra la propiedad.
En la ocasión se habría avanzado en la llegada de tres efectivos (promesa anunciada hace bastante tiempo), para ser asignados a tareas de investigación y dependiendo en forma directa de la Ayudantía Fiscal a cargo de Marcelo Romero Jardín.
Es verdad que no hay que meter a todos “los policías en la misma bolsa”, pero es evidente que algunas y algunos no actúan en la misma sintonía: están los que lo hacen en AM, otros en FM… y hay también quienes tienen “la radio” apagada…
Estoy al tanto (incluso por consultas que he recibido) de vecinos preocupados y algunos de ellos afectados, que de no mediar respuestas canalizarán sus reclamos de otra forma, haciendo uso del “derecho de peticionar” ante sus autoridades: en definitiva ante los hombres y mujeres que en 2007 y 2009 le pidieron su voto “para representarlos” jurando ser fieles a ese mandato en todo momento y circunstancia.
Espero que no termine todo en un “cambio de figuritas”, en parches pasajeros o lo que es peor: en nuevas promesas donde se vuelva a hablar de mapa del delito, de artículos del Código Penal y lo más indignante: de las famosas y poco confiables estadísticas.
Hay quienes sostienen que los cambios no terminarán con la llegada de un nuevo Jefe distrital…
Lo único claro que surge es que más allá de los nombres: para cuidar y proteger cada casa de los dorreguenses… la Policía tendrá que comenzar por ordenar seria y responsablemente la propia. (30|01|11)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario