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EL JUICIO A 2 POLICÍAS POR SUPUESTAS TORTURAS: EL PRIMER DÍA

Al menos uno de los cazadores que habrían sido víctimas de torturas por parte de policías, hace casi cuatro años, en la zona rural de Coronel Dorrego, comprometió ayer a los dos imputados, al iniciarse el segundo juicio oral y público por el caso.

El Tribunal en lo Criminal Nº 1 está juzgando la conducta del subteniente Santiago Miguel Ceferino Walter (43) y del oficial Walter Miguel Carabajal (36), sospechados de someter a apremios ilegales a cuatro cazadores y de falsear el acta de procedimiento labrada posteriormente.

Por la misma causa, en septiembre pasado, el Tribunal en lo Criminal Nº 2 había absuelto a los policías Damián Alejandro Sandobal y Raúl Osvaldo Orellano, por falta de pruebas.

En ese fallo quedó complicada la posición de los ahora procesados, que en aquella oportunidad no participaron del debate por surgir inconvenientes con sus defensas.

Esa situación fue ratificada, en la víspera, por las víctimas, que son los hermanos Claudio Adolfo, Maximiliano y Juan José Rodríguez y Luciano Soto.

El hecho se habría registrado a la 1.15 del 18 de mayo 2007, en un camino vecinal del cuartel decimosexto de Coronel Dorrego, cuando dos policías hicieron descender de su camioneta, mediante gritos y apuntándoles con arma de fuego, a los denunciantes.

Se habría establecido que, luego de haberlos hecho tirar al piso, boca abajo, con las manos en la nuca y, mientras les gritaban, les apoyaron las armas en las cabezas y les dispararon al lado de sus oídos en repetidas ocasiones, para intimidarlos, produciéndole a Soto una herida en una mano.

También se determinó que, más tarde, en la comisaría dorreguense se falsificó el acta del procedimiento, indicando que habían existido una persecución y disparos de los cazadores hacia los patrulleros, cuando, en realidad, era todo una historia inventada.

Ayer, Claudio Rodríguez señaló a Walter y Carabajal como quienes los sometieron a torturas y reconoció que, como consecuencia de los disparos a corta distancia, sufrió una importante pérdida auditiva.

Su hermano Juan José, previamente, declaró que tras escuchar "tres o cuatro" tiros de "alto calibre" en su dirección, escapó corriendo a campo traviesa y recién a la mañana siguiente tomó conocimiento del suceso.

Sí admitió que en esa oportunidad no tenían licencia para cazar (además estaban en el partido de Coronel Dorrego y ellos son de Tres Arroyos) y que, antes de escuchar los tiros, observó las luces de dos vehículos que llegaban, siendo uno de ellos un patrullero.

Exposiciones

Antes de iniciarse la ronda testimonial, el fiscal Sebastián Foglia y el representante de los particulares damnificados, Eduardo Ducca, consideraron acreditadas la comisión de los hechos y la autoría de los dos acusados.

En primer lugar, por las torturas y, luego, por fraguar el acta de procedimiento, al dejar asentada una persecución que, según afirmaron, no existió. "Lo que en realidad pasó, se ocultó", dijo Foglia.

Los defensores, por su lado, plantearon la nulidad de lo actuado, al entender que se violó el derecho de defensa de los imputados, por ser "impreciso" el delito endilgado.

"No sabemos en qué consistió la intimidación", sostuvo Sebastián Martínez (asesor de Carabajal), en referencia a lo incorporado por Foglia durante la instrucción de la causa, advirtiendo que en ninguna audiencia se le hizo conocer a su asistido.

Dijo que tampoco se individualizaron las armas utilizadas, los roles en cuanto a la coautoría y quiénes y en qué circunstancias dispararon. Su postura fue apoyada por Nicolás Vitalini, asesor legal de Walter.

"Me pusieron una escopeta en la boca"

La declaración de Claudio Adolfo Rodríguez logró conjugar nuevos detalles y algunas precisiones en referencia a los sucesos que involucran a Walter Miguel Carabajal y Santiago Miguel Ceferino Walter.

"No teníamos licencia en Coronel Dorrego, sí en Tres Arroyos. Sin embargo, en esa ocasión, no teníamos la autorización correspondiente", declaró Rodríguez, víctima de los hechos y uno de los diez testigos que testimoniaron en la víspera.

"Recuerdo que me pusieron una escopeta en la boca y después me colocaron un arma en la cabeza", agregó.

Expuso también que, luego de haberlos hecho tirar al piso, boca abajo, con las manos en la nuca, y mientras les gritaban, les apoyaron las armas en las cabezas y dispararon al lado de sus oídos en repetidas ocasiones.

"Quedamos detenidos en Dorrego. A Soto (herido en una mano) no le dieron atención médica. A mí, por ejemplo, nunca me preguntaron nada. Los policías que estuvieron implicados en el hecho decían que estábamos hasta las manos". Y amplió: "Según ellos, nosotros nos queríamos fugar, con una persecución en el medio y un enfrentamiento armado".

Rodríguez aseguró que perdió capacidad auditiva a raíz de las detonaciones de los balazos.
"Los disparos que rozaron mi cabeza me provocaron una discapacidad de magnitud en mis oídos. En uno perdí el 40 por ciento de mi capacidad y en el otro apenas llego a completar el 80 por ciento", afirmó.

Explicó también que Carabajal y Walter compartían el vehículo policial cuando se trasladaban hacia Coronel Dorrego para llevarlos detenidos.

Durante el testimonio de Claudio Rodríguez, se produjo un fuerte cruce de palabras entre el fiscal Sebastián Foglia y el abogado Sebastián Martínez, quien defiende a Carabajal.

"Doctor, usted quiere confundir al testigo", dijo Foglia, mientras que Martínez replicó: "Yo estoy para esto fiscal, soy abogado, para eso me pagan". (05|04|11) FUENTE: La Nueva Provincia

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