miércoles

"Es el día de hoy que observo un móvil policial y salgo corriendo", dijo Soto

En la segunda jornada del juicio oral y público al subteniente Santiago Miguel Ceferino Walter (43) y al oficial Walter Miguel Carabajal (36), sospechados de apremiar de manera ilegal a cuatro cazadores y de falsear el acta de procedimiento labrada posteriormente a tal fin, otro cazador que habría sido víctima de los delitos comprometió a los acusados.

Ante el Tribunal en lo Criminal Nº 1, Luciano Agustín Soto aseguró ayer que en la madrugada del grave incidente "fue la única vez que salí a cazar en toda mi vida" y también reconoció que actualmente vive con temor.

"Tengo un miedo permanente. Es el día de hoy que observo un móvil policial y salgo corriendo", se sinceró el testigo.

Soto sostuvo que Claudio Adolfo Rodríguez, uno de sus compañeros de cacería en la madrugada del 18 de mayo 2007 --y quien el lunes también complicó a Carabajal y Walter--, fue amenazado por uno de los dos procesados con una escopeta, en referencia al hecho que aconteció en un camino vecinal del cuartel XVI dorreguense, cuando dos policías hicieron descender de su camioneta a los denunciantes, mediante gritos y apuntándoles con arma de fuego.

"Los móviles circulaban sin sirena y sin balizas, sólo con sus luces. Estacionaron uno de costado y, por la ventanilla, le colocaron una escopeta en la boca al conductor (de la camioneta de los cazadores)", dijo Soto.

No obstante, el testigo habría incurrido en una contradicción, al afirmar en la víspera que los vehículos "llegaron al lugar con una diferencia de cinco o diez minutos", cuando en el primer debate, que terminó con la absolución de los policías Raúl Orellano y Damián Sandobal, había asegurado que los rodados arribaron al mismo tiempo.

"A los demás los bajaron del vehículo, los tiraron al suelo y les apuntaron con armas. Luego empezaron a dispararle a uno de los cazadores que estaba buscando una liebre", amplió.
"Estábamos (por él y los hermanos Claudio y Maximiliano Rodríguez) tirados boca abajo en el piso. Nos pegaron patadas y recibíamos golpes e insultos", dijo.

"Lo curioso --agregó-- es que no me había dado cuenta del tiro que recibí porque tenía un guante colocado en la mano", aseveró la supuesta víctima.

En el mismo sentido, manifestó que el disparo, en su mano derecha, fue ejecutado por Santiago Miguel Walter. FUENTE: La Nueva Provincia

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