miércoles

El 53 % de nuestros lectores no apoyaría una protesta del campo

No se trata de la mala situación de un solo sector; la contundencia de la crisis es tal que ha “metido a todos en la bolsa”, sin distingos. Salvo excepciones: sin privilegios.
El lugar o el protagonista que sea, tienen un tema obligado en la charla cotidiana, en el encuentro casual o en la conversación familiar.

Lejos quedaron las palabras de nuestros mayores, repitiendo hasta el hartazgo: “crisis eran las de antes”.
Esta situación global golpea en mayor o menor medida a todos los sectores, explicando en parte datos surgidos en una encuesta de la página radial, respecto al apoyo de la gente a medidas de fuerza de la dirigencia del agro.

Según los datos recabados por LA DORREGO entre el viernes pasado y esta mañana, el 53% de los lectores de esta página no apoyará la protesta que Carbap ha anunciado para los días 19 y 20 febrero venideros.

En cambio, el 45% de los lectores se inclinó hacia la opción de acompañamiento a la medida de fuerza, mientras que el 1% aún no lo ha decidido.

Consultado al respecto, el vicepresidente de Carbap, Jorge Srodek, se mostró "extrañado" con los resultados y contó que "en consultas realizadas en Santa Fe o Córdoba, el apoyo llega al 70 o el 80%".

"Hay muchas comunidades que están empujando a la dirigencia rural para que protesten, pero aparentemente no ocurre lo mismo en Dorrego".

Sin desconocer la importancia que el campo tiene para nuestro distrito, surgen algunos elementos que hacen que las adhesiones se dividan y lejos estén de surgir apoyos mayoritarios en futuras protestas:
- No pocos ciudadanos reprochan a la dirigencia ruralista local la falta de compromiso y acompañamiento, en reclamos o peticiones de otros sectores comunitarios.
- Muchos observan que los reclamos se han “politizado” y que algunos dirigentes del agro ya forman parte de la carrera electoral, reforzando sus aspiraciones para obtener bancas deliberativas o legislativas. Lo cual no está mal, pero deberían blanquear tal situación para diferenciar “legítimos reclamos gremiales” con apetencias personales o consolidación de eventuales candidaturas.
- Los cortes de ruta (cualquiera sea su origen) producen rechazo y resultan un mecanismo de protesta que no contribuye a la convivencia.
- La actualidad señala a través de guarismos y perspectivas el crecimiento en el número de afectados y marginados, como así también el impacto que han sufrido actividades que parecían estar al margen de este tsunami económico.

Hoy son muchos en la lista de los postergados. Ya no se trata de algunos, sino de una gran mayoría que ha quedado en el andén de la incertidumbre.
Cada cual va organizando su vida en función de una realidad absorbente, no pocos de los muchos excluidos se preguntan: ¿Quién levantará la voz por nosotros?
¿Quién acompañara nuestros reclamos?
¿Cuáles serán las respuestas para los muchos que padecen desde hace tiempo la “emergencia social”?
¿De qué forma se contemplará “la sequía de tantos marginados?

Algunos datos resultan reveladores del cuadro de situación que hoy vive Coronel Dorrego, no pueden obviarse, tampoco desconocerse:
- La principal empresa privada local (GNC Salustri) comenzó a reducir su planta de personal.
- Según expresiones del dirigente de U.A.T.R.E., Aníbal Banegas, en los últimos 40 días se registraron más fondos de desempleo que en los últimos ocho años, incluyendo los años 2001 y 2002.
- Caritás Parroquial terminó atendiendo en Diciembre unas 100 familias, suponiendo sus responsables que en 2009 se ampliará el número de indigentes.
- Las Escuelas de Verano tuvieron record de inscriptos, muchos de los niños anotados lo hicieron para asegurarse un almuerzo digno.
- Algunos comerciantes analizan reducir sus horarios de atención, tratando de achicar costos de empleados y servicios.
- Las pequeñas industrias no pueden armar su propio stock, deben conformarse con reparaciones menores y están obligados entre pocos a “hacer de todo” para bajar costos. Días atrás Francisco Quaglia, graficaba la situación: “somos tres y a veces terminamos mirándonos entre nosotros a la espera de algún cliente. Sobre la posibilidad de alguna línea crediticia que aliente este tipo de emprendimientos, dijo que eran solo palabras y trámites que nunca prosperaban.
- El aumento de la canasta escolar es otra luz de preocupación cercana, mientras que muchas mamás se alistan para reciclar indumentaria, calzado y también útiles escolares.
- La renovación de alquileres se constituye en problema para muchas personas, que no pueden afrontar las variantes que se han introducido.
- Los aumentos en las tarifas de los servicios públicos, surge como una carga difícil de sobrellevar.
- Muchos desocupados golpean puertas, dejan sus datos, están atentos a cualquier aviso que convoque a un trabajo.
- La Municipalidad dependerá mucho de poder mantener índices elevados de recaudación, resultando imprescindibles que los fondos de la Coparticipación lleguen en tiempo y forma, como así también obras o aportes que parecen estar negados para las administraciones radicales.
-Los contribuyentes harán el esfuerzo de tener sus tasas al día, pedirán seguramente el responsable manejo de los fondos públicos.
- Reclamará de nuestros funcionarios: entrega, dedicación y mucha actitud.
- Obligará a nuestros concejales a actuar con responsabilidad, propiciando coincidencias que hagan a las necesidades del conjunto y archivando repetidas y estériles disputas “al estilo de los Pimpinela”.
- De los futuros candidatos locales y seccionales, se pedirá mesura, aporte de ideas positivas y fundamentalmente “que la guitarra, el verso y las promesas las dejen para otra ocasión.”

A pesar de las manifestaciones de tribuna del ex Presidente Néstor Kirchner, pidiendo a los empresarios: “no toquen un solo empleo”, las circunstancias del presente indican que el achicamiento de personal y la baja de costos operativos resultarán la receta (no deseada) que va a aplicarse.

Es de esperar que la desocupación, asociada a la recesión, no siga “sembrando de pobres al país”.
La crisis que atravesaba alambrados y tranqueras se mudó a la ciudad, se ganó en el empedrado, se acuñó en las calles de tierra, se pasea altiva por el centro, también en los barrios y las localidades.

“No hay otra verdad que la realidad”… Una realidad dura y cruel, que como una plaga se metió en la raíz de nuestra propia existencia, carcomiendo hasta la esperanza.