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El panorama actual: opina Hugo César Segurola

Aquella mención alguna vez utilizada para definir las particulares relaciones de convivencia entre los peronistas sigue guardando plena vigencia en el presente. A pesar del paso del tiempo y de las transformaciones producidas el mote de “incorregibles” sigue teniendo asidero para describir la realidad partidaria.

Demasiado tiempo llevaría analizar el particular entramado que este movimiento vive en el contexto provincial y nacional, diferencias que se potenciaron a partir de la polémica 125 produciendo una múltiple ruptura que arrojó como resultado la instalación de nuevos sectores y el mantenimiento de otros.

No ajeno a esta circunstancia el justicialismo local fue protagonista de una serie de hechos, que han tenido como desencadenante el alejamiento de cinco integrantes del bloque del Frente para la Victoria, los que conformaron un nuevo espacio.

Los primeros tironeos comenzaron a gestarse con el llamado a elecciones, motivando algunas reuniones que no arrojaron resultados positivos y que terminaron con el armado de una sola lista encabezada por el hoy titular partidario: Oscar Alfredo Larrosa.

En la medida que las conversaciones se diluían fueron perdiendo peso las chances de unidad o al menos de una lista única, sucumbiendo también los deseos de Juan Carlos Menéndez de convertirse en el nombre del consenso.

La decisión de Larrosa de asumir un rol protagónico dejando de lado su habitual posición de titiritero (manejando los hilos desde afuera) y fundamentalmente la presencia del líder del Movimiento Evita, Claudio Molina, provocaron que desde los otros sectores, principalmente desde el Frente para la Victoria se pusiera sobre la mesa un enorme lápiz rojo donde se tachaba de plano a ambos dirigentes y a los que se sugería un paso al costado en pos del acuerdo.

La respuesta no se hizo esperar: no solo en el mantenimiento de la idea y de sus abanderados sino también en el desafío de dirimir estas diferencias a través de las urnas.

Mientras unos se envalentonaban con la seguridad del triunfo, los otros manifestaban en voz baja que el padrón de afiliados se había reducido notablemente y además contaban con otro dato: la dupla cuestionada había acumulado un importante paquete de nuevas afiliaciones lo que se convertía en un dato no menor.

Cerrado el capítulo electoral con una sorprendente participación de afiliados (un 30 por ciento del padrón actual) se concretó la separación que desde hace bastante tiempo se venía gestando.

Es oportuno recordar que la candidatura de Vivian Boggón en 2005 fue propiciada por el Movimiento Evita como parte del acuerdo cuando la relación con el FPV no era antagónica. No obstante cabe señalar que desde la estructura que acompañaba a Speranza no veían con agrado esa suerte de “imposición” y hasta deslizaron otros nombres dentro de sus preferencias para el cupo femenino.

La relación no fue todo lo armónica que parecía y off the record más de un concejal criticaba no solo el posicionamiento interno de la edil sino la escasa participación que la misma tenía dentro del bloque.

Concretada la decisión de separación y ventilado públicamente el conflicto surgieron nuevos ingredientes en pujas que no solo responden a cuestiones políticas sino también personales.

Días atrás, en Canal 2, Madariaga y Speranza volvieron a insistir en que el dueto Larrosa-Molina fueron los causantes de la ruptura y que -según el criterio de ambos- los mismos no contaban con una imagen positiva comunitariamente para conducir los destinos del partido.

Dispuesto (según dio a entender) a “no tragarse más sapos” el pediatra también mostró su malestar porque en la Provincia y la Nación les soltaron la mano. Nosotros pusimos la cara y ahora ni nos atienden y cuando lo hacen no dan respuestas.

Lejos de amilanarse y tal su característica el nuevo titular del PJ, respondió hoy a los dichos en su contra y a la decisión de dividir el bloque con algunas frases contundentes: “El que no tiene cabeza para pensar, tiene que tener espalda para aguantar”, tras lo cual y utilizando una definición de Arturo Jauretche calificó a los integrantes del nuevo espacio como poseedores de un “vuelo gallináceo” (por lo bajo) y sin nombrarlo o al menos dijo no acordarse de su nombre, destacó que un concejal (Speranza) parece más el Secretario de Turismo de Monte Hermoso que un representante local, sugiriéndole que haga honor junto a sus pares del compromiso de trabajar por Dorrego.

Mientras estos chisporroteos generan nuevas polémicas la semana pasada fue pródiga en novedades internas y viajes: el Jueves hubo una reunión de dirigentes seccionales con Felipe Solá, participando el concejal Mauricio Onorato y el Diputado Provincial Marcelo di Pascuale, confirmando por estos micrófonos el actual Legislador Nacional y ex Ministro de Economía bonaerense Jorge Sarghini que el ex Intendente montehermoseño se sumó al espacio de los “Felipistas”.

En tanto en Mar del Plata, el viernes, se realizó un acto encabezado por Francisco De Narváez, estando presentes allí dos dirigentes locales: Alejandra Aristegui y Domingo Fortunato. Si bien ambos coincidieron en el encuentro lo hicieron por separado, confirmando el distanciamiento existente en la actualidad entre estos dos referentes.

Atento a la renovación deliberativa los radicales deben estar regocijados con el turbulento panorama que presenta el principal partido de la oposición; más de uno debe frotarse las manos e ir sacando cuentas a futuro en lo que parece un camino allanado para una contienda electoral sin mayores sobresaltos.

No pocos se preguntan si este no es el momento propicio para la conformación de una nueva alternativa que oficie de cuña entre un radicalismo fuerte, confiado y tranquilo y un peronismo dividido, enemistado e irreconciliable.

¿Será capaz Dorrego de dar lugar a una tercera opción como alguna vez lo fue el Partido Intransigente, el M.I.D., la UCeDé o el Frepaso?

Mientras los muchachos se pelean y nuevas estrategias se van armando de cara a 2009, olvidada parece quedar la frase de su líder: Juan Domingo Perón cuando dijo “Primero la patria, luego el movimiento y por último los hombres”.

Desactualizada suena en los oídos de muchos la popular marcha pregonando con euforia: “los muchachos peronistas todos unidos triunfaremos…”