¿Qué pensarán los viajeros al observar sobre la Ruta 3, el cartel identificatorio de El Perdido?
¿Supondrán de un pequeño caserío, sin servicios, sin adelantos?
¿Imaginarán cómo es su gente y la pasión que despierta el lugar para cada uno de sus habitantes.
A ustedes presurosos y a veces alocados pasajeros del camino, los invito a desviarse unos pocos kilómetros y conocer las particulares vivencias de El Perdido, población que este 18 de abril festeja sus 108 años de existencia.
Tras dejar atrás la pequeña referencia de fe y las enormes letras con su nombre, el asfaltado camino de acceso lo recibe con el verde de sus hileras de árboles, que como custodios se levantan a un lado y otro del trayecto.
La bienvenida lo brinda un bien cuidado espacio verde, surgiendo dos alternativas de recorrido, que tienen a la vía como una suerte de “limite fronterizo”.
Como en los relatos que hacen referencia a tantos pueblitos del interior: “unos cuantos viven de este lado y el resto del otro…”
Cada sector defiende su “territorio” y suelen exhibir como trofeos la cantidad de habitantes, las instituciones o los servicios con los que cuentan.
No se trata de pujas barriales, simplemente de expresar el orgullo de pertenencia a un sitio, donde las divisiones se convierten en férrea unidad, cuando de defender los intereses de la localidad se trata.
De este lado de la vía…
Imposible no hacerse un lugarcito para detenerse en el boliche de “Tin” García, compartiendo la charla de media-mañana entre repetidos habitúes, impregnándose el alma con los olores de antaño que aún conserva el lugar.
Conocerán de un bar llamado “El Resorte”, de una Panadería que se distingue por “el felipe corto”.
Si quieren probar buenos chorizos caseros, no duden en visitar a Dardo Dell´Arciprete en su carnicería; mientras que unas cuadras más adelante se encontrarán con un negocio pensado para una ciudad: el Autoservicio de “Tucho” García.
Si se elige el boulevard que desemboca en la plaza, hallarán la presencia de la Iglesia Evangélica, del Pastor Juan Carlos Gómez y a unos pocos metros surgirá una estructura que alberga la pasión de todos: el club Progreso.
Aparecerá la Farmacia y enfrente de ella la casa de “Armandito” Corral, al que seguro se podrá ver con pinzas, cables o alguna escalera, dispuesto a cumplir su tarea o en alguna misión solidaria.
La Delegación Municipal, ofrecerá el trato deferente de su siempre cortes Delegado, Walter Lagos; mientras que la Escuela 4 lucirá el esplendor de sus vivencias centenarias, albergando en el presente a cientos de niños y jóvenes, mostrando su enorme gimnasio, sus amplias dependencias.
También pasaremos por el Correo y sin necesidad de entrar en su interior, hallaremos el Destacamento Policial, donde los agentes Roberto Lombardelli, Claudia Rimaites y Rubén Farret, se encargan de custodiar la tranquilidad de la comunidad.
Para cuidad la salud la Unidad Sanitaria “Pedro Juan Testani”, hace esquina con un buen servicio, complementado por el Hogar Geriátrico, donde varias abuelas y abuelos transcurren felices sus días.
Podemos hacernos una escapadita para el lado del Cementerio, para encontrarnos con Horno “El Parque”, de “Mito Ricciutti”, donde varios obreros fabrican los mejores ladrillos artesanales de la zona.
Si nos detenemos en la Cooperativa Eléctrica, encontraremos la amabilidad de Ana Marsico y seguramente infaltable en sus diarias recorridas: nos daremos la mano con el amigo Adolfo Iriarte.
Si queremos compartir unos mates amigos, nos cruzamos a lo de “Pancho Riciutti” y eso sí paso obligado por lo de la querida Mabel Fernández, una mujer comprometida con las causas más justas.
Vecino de ella, el chaqueño Hugo González, que fue camionero, que es “Peronista” (como Coca) y que hoy preside a los integrantes de la clase pasiva.
Si proseguimos en el barrio nos encontraremos con la casa de los “Arranz”, donde siempre parece escucharse el sonido de guitarras y las voces de Verónica, Azucena y la consagrada Karen. Donde puedo imaginar a “Pochín” charlando animado, contándome detalles de aquella elección de 1973 y recibir la dulzura de “Susy”, con un mate en una mano y el corazón en la otra. Solamente recibiremos el respetuoso saludo de Roberto Roth, que decidió quedarse en el pago, cuidando los recuerdos que le dejaron a cargo, los familiares de su esposa..
La cancha de Progreso traerá imágenes de duelos imperdibles con Rivadavia, vueltas olímpicas y duros cruces con “el rojo”. A un costado de la línea de cal notaremos a Rolando Larsen, dando instrucciones y hasta quizás pueda verse en mágica postal: los cruces impecables de “Carlitos García”, los toques distinguidos de “Pepito Raciatti”, los cambios de frente del “Chino Iriarte”, la entrega de “Puchero” o los goles de su hermano: Roberto Heim.
No puedo dejar de pasar por la casa de Eduardo Blas y preguntar por su familia y aunque tengamos que volver varias cuadras de tierra, no he de olvidarme de la siempre atenta y predispuesta Clelia Gutiérrez y de la familia de Omar Menna (“camperita”).
Del otro lado de la vía…
Imposible no visitar a Mirta y Hugo Moyano, personas de manos y puertas abiertas, siempre.
De allí partiremos hasta la coqueta “Capilla”, donde un grupo de voluntarias la mantiene en forma espléndida.
Luego transitaremos la Avenida Raúl Loydi (que testimonia a un prestigioso vecino, que fue Intendente Municipal dorreguense), donde veremos conocidas y valiosas postales del lugar:
Casa Balda, un comercio de antigua data, constituido en la principal mano de obra privada que ostenta la localidad; dedicado al comercio cerealero, entre otras actividades.
El Centro de Jubilados y Pensionados, entidad que representa los intereses del sector, que ofrece sus instalaciones a importantes acontecimientos sociales.
El comercio de Don “Teofilo García” (quien fuera durante mucho tiempo Delegado Municipal), donde su hijo Carlitos, habrá de mostrarnos una máquina de café, que es toda una reliquia.
El Jardín de Infantes 902, creado en el año 1970, con excelentes instalaciones, recepcionando en sus aulas y patios las ilusiones de muchos pequeños. Debemos detenernos por obligación afectiva, para estrecharme en un abrazo con Lía Molina y su esposo Carlos; pidiéndole a Severo que se olvide de los temas compartidos con “Enzo” y se permita entregarnos “La Primavera”, de Víctor Velásquez.
La Biblioteca Popular, con sus cuidadas dependencias y sus óptimos servicios, acercando el placer de la lectura, colaborando con la educación, propiciando nuevos conocimientos; teniendo en Gustavo Sala y su esposa a dos entusiastas y preocupados referentes culturales.
¿Qué más podemos encontrar?
Algunas noches pasadas (hace mucho) con mis compañeros de la Radio, bailando en “Kamalito”.
A nuestro paso comunicaciones al instante e Internet, en el local que atiende Roxana García.
Y ya ubicados en la vieja Estación, podremos vestirnos con el traje de la memoria en “La Casona” o de tradición visitando la sede de la Agrupación Gaucha “Los de Fierro”, un grupo que representa cabalmente el sentir de nuestros paisanos, que pasea el nombre del pago en distintos desfiles de la región, que suma premios en el emprendado de soga de Luis Cabrera, realizado por las talentosas manos del famoso “zurdo” Pérez, también residente en este sitio.
Para una emergencia médica, recurriremos a la Doctora Verónica Erazun; mientras que si la que necesita respuestas es una mascota, convocaremos a la Médica Veterinaria, Marcela Larsen.
Para una charla larga y sin apuro nos encontraremos con Daniel Agriello; en caso de un asesoramiento legal, recurriremos a Omar Dumrauf y para matizar el recorrido endulzaremos el trayecto en el Kiosco de Roberto Viñuela.
En el Museo “Pichi Ruca”, iniciativa personal del vecino Carlos Rago, se pueden hallar elementos, documentos y testimonios de la historia; también de los usos y costumbres de los habitantes originales.
De todas partes…
Antes de la partida podemos mezclarnos entre los rieles y llenar nuestra curiosidad de imágenes, sonidos y nombres que hicieron y hacen a la realidad de este pueblo:
- La claridad de los bellos ojos de la Señora Sonia Biarkow.
- Mujeres y hombres ataviados con los colores que como legado les entregaron sus antecesores. Un grupo numeroso de alemanes del Volga, desfilando altivos y emocionados ante el aplauso de sus vecinos.
- La música de un acordeón durante mucho tiempo guardado, en una interpretación de Miguel Flores.
- La simpleza campera del paisano Godoy, los sueños grandes del poeta Zwedyk.
- Los temas románticos de Tito Arranz, en una noche de mucha nostalgia.
- Los repetidos premios y consideraciones conseguidas en poco tiempo, por parte de la Cabaña de Hugo Álvarez.
- Las enseñanzas de la Profesora Doris Etzel.
- El esfuerzo, dedicación y entrega de Esteban Larsen.
- El Harás de tranqueras abiertas, con la respetable presencia de la Señora Patricia.
- El espacio de verde que invita a los pibes a seguir siendo chicos, manchando sus manos con los colores puros de la inocencia.
- La Plazoleta que brinda homenaje a los Inmigrantes.
- El Concejal que los representa, Alejandro D`Annunzio.
- La otra mirada que suele aportar el ex Delegado, Roberto Maclen; el compromiso de participación institucional del joven Carlos Peciña; las gambetas en velocidad de “Moncho” Moyano.
- La humildad de “Don Rey” (el padre de Carlos Dante), que al quedarse solo se marchó para Dorrego.
- Las pinturas de “Lala” Chaves, los cortes para estar a la moda de “Maruchi” Alvarez.
- La responsabilidad de Ariel Lopetegui; la postura de Carlos Martirena, con la bandera en alto, encabezando un desfile gaucho.
- La capacidad de Ariel Heim; la sana picardía de “Chimino” Roth.
- La memoria y recopilación histórica de Osvaldo Cuervo.
- El fundador que no se olvida, que da nombre a la estación: José A. Guisasola.
- La primera maestra: Josefina Cirone de González.
- El agradecimiento eterno para “Juanita” Gonard, enfermera que sanó el cuerpo y el alma de mucha gente
- Los conocimientos que tenía sobre el Reglamento de Fútbol, Félix Osvaldo Martínez.
- Las respuestas y buenas acciones de “Tito” Corral.
- La predisposición y presencia del Doctor Rodolfo Archenti.
- Los “intransigentes de lujo” que fueron: Juan Eloy Amestoy, Horacio Rago y Jorge Lopetegui.
- El aporte de Jorge Furlong.
- El trato respetuoso que siempre dispensaba Don Guillermo García.
- Las obras de Teatro gestadas por el entusiasmo y empuje del “colorado” Chaluf.
Al buscar el camino de regreso, nos cruzaremos con la combi o el colectivo de “Transportes Iriarte” y antes de la despedida y que los viajeros sigan su rumbo, será imprescindible escuchar a la gran cantora (Karen Arranz) en la “Huella de El Perdido”… un lugar en el que muchos encontraron su razón de vida.
¿Supondrán de un pequeño caserío, sin servicios, sin adelantos?
¿Imaginarán cómo es su gente y la pasión que despierta el lugar para cada uno de sus habitantes.
A ustedes presurosos y a veces alocados pasajeros del camino, los invito a desviarse unos pocos kilómetros y conocer las particulares vivencias de El Perdido, población que este 18 de abril festeja sus 108 años de existencia.
Tras dejar atrás la pequeña referencia de fe y las enormes letras con su nombre, el asfaltado camino de acceso lo recibe con el verde de sus hileras de árboles, que como custodios se levantan a un lado y otro del trayecto.
La bienvenida lo brinda un bien cuidado espacio verde, surgiendo dos alternativas de recorrido, que tienen a la vía como una suerte de “limite fronterizo”.
Como en los relatos que hacen referencia a tantos pueblitos del interior: “unos cuantos viven de este lado y el resto del otro…”
Cada sector defiende su “territorio” y suelen exhibir como trofeos la cantidad de habitantes, las instituciones o los servicios con los que cuentan.
No se trata de pujas barriales, simplemente de expresar el orgullo de pertenencia a un sitio, donde las divisiones se convierten en férrea unidad, cuando de defender los intereses de la localidad se trata.
De este lado de la vía…
Imposible no hacerse un lugarcito para detenerse en el boliche de “Tin” García, compartiendo la charla de media-mañana entre repetidos habitúes, impregnándose el alma con los olores de antaño que aún conserva el lugar.
Conocerán de un bar llamado “El Resorte”, de una Panadería que se distingue por “el felipe corto”.
Si quieren probar buenos chorizos caseros, no duden en visitar a Dardo Dell´Arciprete en su carnicería; mientras que unas cuadras más adelante se encontrarán con un negocio pensado para una ciudad: el Autoservicio de “Tucho” García.
Si se elige el boulevard que desemboca en la plaza, hallarán la presencia de la Iglesia Evangélica, del Pastor Juan Carlos Gómez y a unos pocos metros surgirá una estructura que alberga la pasión de todos: el club Progreso.
Aparecerá la Farmacia y enfrente de ella la casa de “Armandito” Corral, al que seguro se podrá ver con pinzas, cables o alguna escalera, dispuesto a cumplir su tarea o en alguna misión solidaria.
La Delegación Municipal, ofrecerá el trato deferente de su siempre cortes Delegado, Walter Lagos; mientras que la Escuela 4 lucirá el esplendor de sus vivencias centenarias, albergando en el presente a cientos de niños y jóvenes, mostrando su enorme gimnasio, sus amplias dependencias.
También pasaremos por el Correo y sin necesidad de entrar en su interior, hallaremos el Destacamento Policial, donde los agentes Roberto Lombardelli, Claudia Rimaites y Rubén Farret, se encargan de custodiar la tranquilidad de la comunidad.
Para cuidad la salud la Unidad Sanitaria “Pedro Juan Testani”, hace esquina con un buen servicio, complementado por el Hogar Geriátrico, donde varias abuelas y abuelos transcurren felices sus días.
Podemos hacernos una escapadita para el lado del Cementerio, para encontrarnos con Horno “El Parque”, de “Mito Ricciutti”, donde varios obreros fabrican los mejores ladrillos artesanales de la zona.
Si nos detenemos en la Cooperativa Eléctrica, encontraremos la amabilidad de Ana Marsico y seguramente infaltable en sus diarias recorridas: nos daremos la mano con el amigo Adolfo Iriarte.
Si queremos compartir unos mates amigos, nos cruzamos a lo de “Pancho Riciutti” y eso sí paso obligado por lo de la querida Mabel Fernández, una mujer comprometida con las causas más justas.
Vecino de ella, el chaqueño Hugo González, que fue camionero, que es “Peronista” (como Coca) y que hoy preside a los integrantes de la clase pasiva.
Si proseguimos en el barrio nos encontraremos con la casa de los “Arranz”, donde siempre parece escucharse el sonido de guitarras y las voces de Verónica, Azucena y la consagrada Karen. Donde puedo imaginar a “Pochín” charlando animado, contándome detalles de aquella elección de 1973 y recibir la dulzura de “Susy”, con un mate en una mano y el corazón en la otra. Solamente recibiremos el respetuoso saludo de Roberto Roth, que decidió quedarse en el pago, cuidando los recuerdos que le dejaron a cargo, los familiares de su esposa..
La cancha de Progreso traerá imágenes de duelos imperdibles con Rivadavia, vueltas olímpicas y duros cruces con “el rojo”. A un costado de la línea de cal notaremos a Rolando Larsen, dando instrucciones y hasta quizás pueda verse en mágica postal: los cruces impecables de “Carlitos García”, los toques distinguidos de “Pepito Raciatti”, los cambios de frente del “Chino Iriarte”, la entrega de “Puchero” o los goles de su hermano: Roberto Heim.
No puedo dejar de pasar por la casa de Eduardo Blas y preguntar por su familia y aunque tengamos que volver varias cuadras de tierra, no he de olvidarme de la siempre atenta y predispuesta Clelia Gutiérrez y de la familia de Omar Menna (“camperita”).
Del otro lado de la vía…
Imposible no visitar a Mirta y Hugo Moyano, personas de manos y puertas abiertas, siempre.
De allí partiremos hasta la coqueta “Capilla”, donde un grupo de voluntarias la mantiene en forma espléndida.
Luego transitaremos la Avenida Raúl Loydi (que testimonia a un prestigioso vecino, que fue Intendente Municipal dorreguense), donde veremos conocidas y valiosas postales del lugar:
Casa Balda, un comercio de antigua data, constituido en la principal mano de obra privada que ostenta la localidad; dedicado al comercio cerealero, entre otras actividades.
El Centro de Jubilados y Pensionados, entidad que representa los intereses del sector, que ofrece sus instalaciones a importantes acontecimientos sociales.
El comercio de Don “Teofilo García” (quien fuera durante mucho tiempo Delegado Municipal), donde su hijo Carlitos, habrá de mostrarnos una máquina de café, que es toda una reliquia.
El Jardín de Infantes 902, creado en el año 1970, con excelentes instalaciones, recepcionando en sus aulas y patios las ilusiones de muchos pequeños. Debemos detenernos por obligación afectiva, para estrecharme en un abrazo con Lía Molina y su esposo Carlos; pidiéndole a Severo que se olvide de los temas compartidos con “Enzo” y se permita entregarnos “La Primavera”, de Víctor Velásquez.
La Biblioteca Popular, con sus cuidadas dependencias y sus óptimos servicios, acercando el placer de la lectura, colaborando con la educación, propiciando nuevos conocimientos; teniendo en Gustavo Sala y su esposa a dos entusiastas y preocupados referentes culturales.
¿Qué más podemos encontrar?
Algunas noches pasadas (hace mucho) con mis compañeros de la Radio, bailando en “Kamalito”.
A nuestro paso comunicaciones al instante e Internet, en el local que atiende Roxana García.
Y ya ubicados en la vieja Estación, podremos vestirnos con el traje de la memoria en “La Casona” o de tradición visitando la sede de la Agrupación Gaucha “Los de Fierro”, un grupo que representa cabalmente el sentir de nuestros paisanos, que pasea el nombre del pago en distintos desfiles de la región, que suma premios en el emprendado de soga de Luis Cabrera, realizado por las talentosas manos del famoso “zurdo” Pérez, también residente en este sitio.
Para una emergencia médica, recurriremos a la Doctora Verónica Erazun; mientras que si la que necesita respuestas es una mascota, convocaremos a la Médica Veterinaria, Marcela Larsen.
Para una charla larga y sin apuro nos encontraremos con Daniel Agriello; en caso de un asesoramiento legal, recurriremos a Omar Dumrauf y para matizar el recorrido endulzaremos el trayecto en el Kiosco de Roberto Viñuela.
En el Museo “Pichi Ruca”, iniciativa personal del vecino Carlos Rago, se pueden hallar elementos, documentos y testimonios de la historia; también de los usos y costumbres de los habitantes originales.
De todas partes…
Antes de la partida podemos mezclarnos entre los rieles y llenar nuestra curiosidad de imágenes, sonidos y nombres que hicieron y hacen a la realidad de este pueblo:
- La claridad de los bellos ojos de la Señora Sonia Biarkow.
- Mujeres y hombres ataviados con los colores que como legado les entregaron sus antecesores. Un grupo numeroso de alemanes del Volga, desfilando altivos y emocionados ante el aplauso de sus vecinos.
- La música de un acordeón durante mucho tiempo guardado, en una interpretación de Miguel Flores.
- La simpleza campera del paisano Godoy, los sueños grandes del poeta Zwedyk.
- Los temas románticos de Tito Arranz, en una noche de mucha nostalgia.
- Los repetidos premios y consideraciones conseguidas en poco tiempo, por parte de la Cabaña de Hugo Álvarez.
- Las enseñanzas de la Profesora Doris Etzel.
- El esfuerzo, dedicación y entrega de Esteban Larsen.
- El Harás de tranqueras abiertas, con la respetable presencia de la Señora Patricia.
- El espacio de verde que invita a los pibes a seguir siendo chicos, manchando sus manos con los colores puros de la inocencia.
- La Plazoleta que brinda homenaje a los Inmigrantes.
- El Concejal que los representa, Alejandro D`Annunzio.
- La otra mirada que suele aportar el ex Delegado, Roberto Maclen; el compromiso de participación institucional del joven Carlos Peciña; las gambetas en velocidad de “Moncho” Moyano.
- La humildad de “Don Rey” (el padre de Carlos Dante), que al quedarse solo se marchó para Dorrego.
- Las pinturas de “Lala” Chaves, los cortes para estar a la moda de “Maruchi” Alvarez.
- La responsabilidad de Ariel Lopetegui; la postura de Carlos Martirena, con la bandera en alto, encabezando un desfile gaucho.
- La capacidad de Ariel Heim; la sana picardía de “Chimino” Roth.
- La memoria y recopilación histórica de Osvaldo Cuervo.
- El fundador que no se olvida, que da nombre a la estación: José A. Guisasola.
- La primera maestra: Josefina Cirone de González.
- El agradecimiento eterno para “Juanita” Gonard, enfermera que sanó el cuerpo y el alma de mucha gente
- Los conocimientos que tenía sobre el Reglamento de Fútbol, Félix Osvaldo Martínez.
- Las respuestas y buenas acciones de “Tito” Corral.
- La predisposición y presencia del Doctor Rodolfo Archenti.
- Los “intransigentes de lujo” que fueron: Juan Eloy Amestoy, Horacio Rago y Jorge Lopetegui.
- El aporte de Jorge Furlong.
- El trato respetuoso que siempre dispensaba Don Guillermo García.
- Las obras de Teatro gestadas por el entusiasmo y empuje del “colorado” Chaluf.
Al buscar el camino de regreso, nos cruzaremos con la combi o el colectivo de “Transportes Iriarte” y antes de la despedida y que los viajeros sigan su rumbo, será imprescindible escuchar a la gran cantora (Karen Arranz) en la “Huella de El Perdido”… un lugar en el que muchos encontraron su razón de vida.