Entre las fechas emblemáticas de los dorreguenses, sin dudas que tendrá un lugar especial la del 20 de Mayo de 2009.
Cuando de analizar en el futuro grandes momentos de la historia lugareña, surgirá en el recuerdo el día que el “Flaco” Fuertes debutó en la Selección Argentina de fútbol.
Los Seleccionados juveniles han contado con la participación de tres futbolistas nacidos en nuestro ámbito.
En la década del noventa, Mauro Gerk tuvo activa presencia en el once albiceleste, compitiendo en certámenes internacionales de la categoría.
El año pasado tuvo una fugaz como sorpresiva convocatoria, Federico Rasmussen, quién apenas llegado a Lanús fue llamado para el Sub 17.
En tanto Nicolás Palacio, desde 2008 hasta el presente forma parte de las Selecciones Sub 17 y 18, ganándose un gran reconocimiento en los responsables de su preparación, disputando varios cotejos amistosos con la camiseta nacional.
Más allá del carácter amistoso, de las características del llamado (circunscrito únicamente al ámbito local) y de la endebles del rival de turno (Panamá); no se puede apartar de cualquier análisis la trascendencia que tiene la inclusión de nuestro coterráneo en el cotejo de la víspera.
Máxime aún cuando el llamado llega en la etapa final de la positiva trayectoria del longilineo delantero dorreguense.
Calzarse aunque sea un rato la camiseta de la Selección a los 36 años, premia una carrera basada en el esfuerzo, la entrega, la lucha y la tenacidad para doblegar las muchas adversidades que debió afrontar, entre ellas una grave lesión que lo tuvo parado durante seis meses.
Un colmado “Cementerio de los elefantes”, estalló en aplausos cuando el histórico goleador salió al terreno de juego, para disputar los segundos cuarenta y cinco minutos del partido de ayer.
Rojas las manos en fervorosos aplausos, gargantas entregando furiosos gritos de aliento y la expectativa de un gol, que quedó trunca a pesar de las posibilidades existentes.
¿Cómo habrán sido los momentos previos al gran debut?
¿Cuáles las sensaciones en un vestuario conocido, pero esta vez teniendo la charla del gran Diego Maradona como entrenador?
¿Habrán pesado las piernas en el tránsito del vestuario al terreno de juego?
¿Cómo habrán vivido sus hijos ver al papá con la 20 de la Selección?
¿Cuántas lágrimas habrá derramado Raquel? ¿Qué imágenes de antaño recorrieron su mente?
¿En qué lugar “el burro” (su padre) siguió las alternativas del cotejo? ¿Qué significó sentir su apellido multiplicado en miles de voces?
¿Dónde estaban Chiqui y Pepe?
¿Cómo lo vivieron Ariel y“Kiko”?
Seguro que “Capochón” (Sergio) lo siguió más de pie que sentado, eso sí: gritando mucho.
No dudo que fiel a su personalidad, Fabián se acomodó los lentes y como pocas veces disfrutó en poco tiempo de dos grandes alegrías: la recuperación de su esposa y el éxito de su hermano.
Rosita y el resto de las mujeres, al igual que sobrinos, cuñados, ahijados y demás familiares se dividieron en imaginarias tribunas siguiendo cada detalle de la gran noche.
Coronel Dorrego mostraba más quietud que de costumbre, podían observarse los apurados pasos de mucha gente anticipando el retorno a sus hogares, reuniones suspendidas, comercios cerrando más temprano y para sorpresa de muchas señoras, sus maridos más temprano y con el auto en el garage.
Los que no tienen el cable aceptaron la invitación de algún amigo, otros “se invitaron solos” y con alguna botella o las facturas bajo el brazo dejaron de ser ingratas visitas.
En la sede de Independiente y en otras confiterías muchos vecinos compartieron el trascendente hecho.
Para algunos la radio fue la que permitió seguir las alternativas del cotejo e imaginarse desde encendidos relatos lo que sucedía en la lejana Santa Fé.
El informativo del Cable se levantó. ¿Quién podía esperar otras noticias que no fueran las de Argentina-Panamá?
Ante la coincidencia horaria una treintena de personas siguió desde el Auditórium el debate sobre la Ley de Radiodifusión. A no dudar que después, habrán recorrido los noticieros de la noche o visto la repetición, entre ellos el propio “Conejo” Prado, ex Técnico del “flaco” en el fútbol infantil del rojo.
Seguramente los diarios y Olé quedaron rápidamente agotados o quizás José Aldea fue previsor y pidió algunos más.
Para los que no pudieron adquirirlos, me permito rescatar algunos conceptos de la prensa escrita nacional y que publica la página de LA DORRREGO: Olé califica al dorreguense con un "5" y explica: "Tuvo un mano a mano que definió de media vuelta y un tiro libre recto, potente, pero en ambas el arquero le cerró el grito. Una pena. Pero se dio el gusto de ponerse la celeste y blanca ante su gente."
Clarín también "le pone un 5" y asegura: "Fue el más pedido y el más ovacionado cuando entró. No encontró su premio en la red. Las dos que tuvo se las tapó el arquero Penedo: un mano a mano y un tiro libre desde unos 30 metros".
“El negro” Bruzzone comentará en su trabajo en La Plata, que jugó con el “Flaco” y que fueron campeones en el 89; quizás muestre alguna foto de aquellos tiempos para dar veracidad al relato.
El “cate” Balestra en algún Torneo de Tejo, sacará chapa grande entre abuelas y abuelos al decir que fue su Técnico.
Lo propio hará Marcelo Sola, cuando en alguna discusión de fútbol mencione su paso por Comercial de White o recuerde que entre sus dirigidos estuvo Esteban Fuertes.
Los Daher de calle Siria (Don Jorge y Daniel), lo recordarán como repartidor de su despensa.
La abuela Felisa, creerá verlo en la canchita del Monte, hoy Plaza Malvinas.
El “vasco” Elisalde seguro habrá reencarnado su pasión y su visionaria recomendación en algún fervoroso hincha del “sabalero”.
Los dirigentes y allegados de Sarmiento, rescatarán algún recorte que lo muestra al “Bichi” representando al club.
En la pantalla chica seguiremos repitiendo el penal de la final con San Martín que pegó en el palo, la entrega del premio como “Deportista del año 1989” o la nota en cancha de Platense en el 96.
Hace mucho que no lo vemos, hace años que no charlamos.
Ha transcurrido mucho tiempo, entre el “Flaco” de ayer y el “Bichi” de hoy.
Han pasado muchas cosas y momentos, al punto tal que el destino se permitió hacerle una gambeta a la imaginación, transformando en real “el sueño del pibe” aquel, que un día a su madre le prometió: ¡triunfar!
Cuando de analizar en el futuro grandes momentos de la historia lugareña, surgirá en el recuerdo el día que el “Flaco” Fuertes debutó en la Selección Argentina de fútbol.
Los Seleccionados juveniles han contado con la participación de tres futbolistas nacidos en nuestro ámbito.
En la década del noventa, Mauro Gerk tuvo activa presencia en el once albiceleste, compitiendo en certámenes internacionales de la categoría.
El año pasado tuvo una fugaz como sorpresiva convocatoria, Federico Rasmussen, quién apenas llegado a Lanús fue llamado para el Sub 17.
En tanto Nicolás Palacio, desde 2008 hasta el presente forma parte de las Selecciones Sub 17 y 18, ganándose un gran reconocimiento en los responsables de su preparación, disputando varios cotejos amistosos con la camiseta nacional.
Más allá del carácter amistoso, de las características del llamado (circunscrito únicamente al ámbito local) y de la endebles del rival de turno (Panamá); no se puede apartar de cualquier análisis la trascendencia que tiene la inclusión de nuestro coterráneo en el cotejo de la víspera.
Máxime aún cuando el llamado llega en la etapa final de la positiva trayectoria del longilineo delantero dorreguense.
Calzarse aunque sea un rato la camiseta de la Selección a los 36 años, premia una carrera basada en el esfuerzo, la entrega, la lucha y la tenacidad para doblegar las muchas adversidades que debió afrontar, entre ellas una grave lesión que lo tuvo parado durante seis meses.
Un colmado “Cementerio de los elefantes”, estalló en aplausos cuando el histórico goleador salió al terreno de juego, para disputar los segundos cuarenta y cinco minutos del partido de ayer.
Rojas las manos en fervorosos aplausos, gargantas entregando furiosos gritos de aliento y la expectativa de un gol, que quedó trunca a pesar de las posibilidades existentes.
¿Cómo habrán sido los momentos previos al gran debut?
¿Cuáles las sensaciones en un vestuario conocido, pero esta vez teniendo la charla del gran Diego Maradona como entrenador?
¿Habrán pesado las piernas en el tránsito del vestuario al terreno de juego?
¿Cómo habrán vivido sus hijos ver al papá con la 20 de la Selección?
¿Cuántas lágrimas habrá derramado Raquel? ¿Qué imágenes de antaño recorrieron su mente?
¿En qué lugar “el burro” (su padre) siguió las alternativas del cotejo? ¿Qué significó sentir su apellido multiplicado en miles de voces?
¿Dónde estaban Chiqui y Pepe?
¿Cómo lo vivieron Ariel y“Kiko”?
Seguro que “Capochón” (Sergio) lo siguió más de pie que sentado, eso sí: gritando mucho.
No dudo que fiel a su personalidad, Fabián se acomodó los lentes y como pocas veces disfrutó en poco tiempo de dos grandes alegrías: la recuperación de su esposa y el éxito de su hermano.
Rosita y el resto de las mujeres, al igual que sobrinos, cuñados, ahijados y demás familiares se dividieron en imaginarias tribunas siguiendo cada detalle de la gran noche.
Coronel Dorrego mostraba más quietud que de costumbre, podían observarse los apurados pasos de mucha gente anticipando el retorno a sus hogares, reuniones suspendidas, comercios cerrando más temprano y para sorpresa de muchas señoras, sus maridos más temprano y con el auto en el garage.
Los que no tienen el cable aceptaron la invitación de algún amigo, otros “se invitaron solos” y con alguna botella o las facturas bajo el brazo dejaron de ser ingratas visitas.
En la sede de Independiente y en otras confiterías muchos vecinos compartieron el trascendente hecho.
Para algunos la radio fue la que permitió seguir las alternativas del cotejo e imaginarse desde encendidos relatos lo que sucedía en la lejana Santa Fé.
El informativo del Cable se levantó. ¿Quién podía esperar otras noticias que no fueran las de Argentina-Panamá?
Ante la coincidencia horaria una treintena de personas siguió desde el Auditórium el debate sobre la Ley de Radiodifusión. A no dudar que después, habrán recorrido los noticieros de la noche o visto la repetición, entre ellos el propio “Conejo” Prado, ex Técnico del “flaco” en el fútbol infantil del rojo.
Seguramente los diarios y Olé quedaron rápidamente agotados o quizás José Aldea fue previsor y pidió algunos más.
Para los que no pudieron adquirirlos, me permito rescatar algunos conceptos de la prensa escrita nacional y que publica la página de LA DORRREGO: Olé califica al dorreguense con un "5" y explica: "Tuvo un mano a mano que definió de media vuelta y un tiro libre recto, potente, pero en ambas el arquero le cerró el grito. Una pena. Pero se dio el gusto de ponerse la celeste y blanca ante su gente."
Clarín también "le pone un 5" y asegura: "Fue el más pedido y el más ovacionado cuando entró. No encontró su premio en la red. Las dos que tuvo se las tapó el arquero Penedo: un mano a mano y un tiro libre desde unos 30 metros".
“El negro” Bruzzone comentará en su trabajo en La Plata, que jugó con el “Flaco” y que fueron campeones en el 89; quizás muestre alguna foto de aquellos tiempos para dar veracidad al relato.
El “cate” Balestra en algún Torneo de Tejo, sacará chapa grande entre abuelas y abuelos al decir que fue su Técnico.
Lo propio hará Marcelo Sola, cuando en alguna discusión de fútbol mencione su paso por Comercial de White o recuerde que entre sus dirigidos estuvo Esteban Fuertes.
Los Daher de calle Siria (Don Jorge y Daniel), lo recordarán como repartidor de su despensa.
La abuela Felisa, creerá verlo en la canchita del Monte, hoy Plaza Malvinas.
El “vasco” Elisalde seguro habrá reencarnado su pasión y su visionaria recomendación en algún fervoroso hincha del “sabalero”.
Los dirigentes y allegados de Sarmiento, rescatarán algún recorte que lo muestra al “Bichi” representando al club.
En la pantalla chica seguiremos repitiendo el penal de la final con San Martín que pegó en el palo, la entrega del premio como “Deportista del año 1989” o la nota en cancha de Platense en el 96.
Hace mucho que no lo vemos, hace años que no charlamos.
Ha transcurrido mucho tiempo, entre el “Flaco” de ayer y el “Bichi” de hoy.
Han pasado muchas cosas y momentos, al punto tal que el destino se permitió hacerle una gambeta a la imaginación, transformando en real “el sueño del pibe” aquel, que un día a su madre le prometió: ¡triunfar!
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