En coincidencia con un nuevo aniversario del nacimiento de Manuel Dorrego, se presentará esta noche en el Teatro Municipal la laureada obra ”La Tentación”.
La creación de Pacho O´Donnell, viene exhibiéndose con éxito desde hace algunas temporadas, contando con la participación de dos actores de primera línea, como lo son Raúl Rizzo y Juan Palomino y, donde la actualidad de su mensaje ha logrado concitar el interés del público de todo el país.
A modo de adelanto y consultando distintas referencias a esta realización, me permito rescatar la siguiente síntesis: “La tentación, trata sobre la lucha entre las convicciones y las conveniencias, entre los principios y la corrupción, tema crucial en el mundo de hoy, especialmente en la Argentina, debido a que los valores se han ido evaporando al calor de una codicia que se impone a la ética, un materialismo que prevalece sobre el humanismo.
El argumento imagina un diálogo entre una figura clave de nuestra historia, Manuel Dorrego, amado por los sectores populares y de claros objetivos federales, y el poderoso embajador inglés Lord Ponsomby, representante en nuestras tierras de los intereses del mayor imperio de la época que abogaba por la incorporación de la Banda Oriental al Brasil.
Los principios de Dorrego, entonces gobernador en Buenos Aires, vacilan pero insisten ante los sutiles argumentos y los tentadores sobornos del Lord quien tiene ya una invicta experiencia en corromper la voluntad de otros dirigentes de nuestra entonces joven patria.
El tiempo apremia porque el ejército argentino, que ha vencido en los campos de batalla brasileros, está a punto de entrar en Buenos Aires y su jefe, Juan Lavalle, ha sido convencido de que Dorrego es el culpable de la ominosa derrota diplomática. El representante diplomático, quien respeta a su digno rival, no ignora que si los ideales de don Manuel no ceden su suerte está echada…”
Además de las elogiosas criticas y los premios recibidos, la obra y sus actores han debido soportar ataques y escraches, tal el conocido suceso acaecido en una población santafecina.
Los pensamientos y exposiciones públicas de Rizzo y Palomino, han merecido reprobaciones e intolerantes ataques por parte de algunos sectores que -erróneamente- pretenden adjudicarse la representación del conjunto de la sociedad.
Se puede estar de acuerdo o discrepar con los puntos de vista esgrimidos por los artistas, con su enfoque de la realidad o con la postura ideológica que tengan.
En el marco del estado de derecho y en su condición de ciudadanos les asiste el ejercicio de la libertad de expresión, sin que sus posturas deban someterse a “Tribunales de Censura” o al mal humor de los que piensan distinto.
Agitados momentos se vivieron pasado el mediodía de la fecha, cuando actores y un reducido grupo de “Autoconvocados” se cruzaron en áspero dialogo en céntrica confitería.
De un lado se pidieron explicaciones por determinadas posturas, del otro se respondió con vehemencia.
Gritos e imputaciones rodearon las mesas del local, para luego en la vereda (y sin la presencia de alguno de los protagonistas) la charla lograra encausarse por caminos “más normales” y menos violentos.
¿Cómo comenzó esta historia?
A pesar del cansancio (producto de un largo viaje en colectivo de línea), los actores se manifestaron predispuestos a atender en forma personal o telefónica a toda la prensa local.
A partir de algunos dichos pronunciados por Palomino, en dialogo con Pablo Marcó, comenzaron a suscitarse algunos inconvenientes, derivando en una solicitud de algunos productores agropecuarios y personas relacionadas a la actividad, para que el Presidente del Concejo Deliberante “tramitara un encuentro con los artistas”.
Predispuestos a escuchar y ser escuchados, tanto Palomino como Rizzo aceptaron la invitación a dialogar.
Mientras estas circunstancias se daban y algunos despachos oficiales eran “un hervidero”, el Director de Gobierno, Fabián Barda se hizo presente en el Hotel América, para señalar a los visitantes que desde el Departamento Ejecutivo “no había ninguna objeción a la visita y que se iba a garantizar la normal presentación de la obra, gestionada por la Dirección de Cultura Municipal.
¿Es correcto que el Contador Juan Carlos Chalde, en su condición de titular del Concejo Deliberante, gestione una charla para pedir explicaciones, por las expresiones públicas de dos ciudadanos?
¿Su presencia en las instalaciones de Jet obedeció a su condición de vecino, dirigente político o funcionario público?
¿Actuó como mediador y a los efectos de evitar conflictos o reclamó respuestas a los artistas?
¿Qué sucederá un día si los cientos de desocupados, las miles de personas que se encuentran bajo la línea de pobreza, los muchos que no tienen servicios acordes, los jóvenes que reclaman trabajo y los tantos que no tiene asistencia; deciden peticionar, pedir explicaciones o mostrar su fastidio por temas que los afectan o palabras que los hieren?
¿Se actuará con tanta premura? ¿Se los habrá de acompañar en su reclamo? ¿Se pedirá por ellos una audiencia cuando lleguen funcionarios provinciales o nacionales?
Nadie desconoce la influencia que el campo tiene en la economía del distrito.
No se puede ignorar el impacto que provoca la sequía, las malas cosechas y la crisis.
Resulta fácil percibir como se corta la cadena de pagos, como se reciente la generación de mano de obra y la operatividad comercial.
No es menos cierto que no es el único sector al que le va mal.
¿Quién pidió, manifestó o gestionó por la difícil situación de GNC Salustri?
¿Quién levantó la voz por las decenas de trabajadores que perdieron sus ingresos?
¿Qué se hizo por las tantas familias que se están comiendo sus indemnizaciones?
Es necesario el debate, la discusión y la exposición de las ideas.
Es saludable la actitud de los que decidieron aceptar el compromiso de la participación cívica, en las próximas elecciones.
El sistema democrático y sus instituciones se mejoran con mayor presencia ciudadana. También con el respeto a los que piensan distinto, esencialmente: con mayor tolerancia.
Apartándome del episodio anteriormente comentado, es oportuno pedir a los dorreguenses que asistan a esta obra, dejando de lado preconceptos o circunstanciales discrepancias.
Tres razones entre tantas, ameritan la convocatoria:
- La calidad y repercusión nacional de la obra.
- El rescate de las virtudes y acciones de Manuel Dorrego.
- Lo accesible y popular de la entrada: con apenas 10 pesos se estará presenciando un espectáculo, otras veces, reservado para pocos.
Que los coletazos de las discusiones no sean impedimento para el desarrollo del arte.
Que sea el público en libertad y sin condicionamientos, el que saque sus propias conclusiones.
Que nada ni nadie impida poder disfrutar de la sana “tentación” de una excelente propuesta teatral…
Posdata: Hace exactamente un año llegó a Coronel Dorrego, el dirigente gremial Alfredo de Angeli.
Las céntricas calles de la ciudad se cortaron.
Se levantó un palco en plena Avenida Fuertes.
Los oradores se expresaron libremente.
No todos adhirieron a la visita (de hecho la gran mayoría no estuvo presente), sin embargo no hubo cuestionamientos, contramarchas o pedido de explicaciones.
Como hace un año De Angeli, como hoy Rizzo y Palomino: la libre expresión no admite discusión alguna.
La creación de Pacho O´Donnell, viene exhibiéndose con éxito desde hace algunas temporadas, contando con la participación de dos actores de primera línea, como lo son Raúl Rizzo y Juan Palomino y, donde la actualidad de su mensaje ha logrado concitar el interés del público de todo el país.
A modo de adelanto y consultando distintas referencias a esta realización, me permito rescatar la siguiente síntesis: “La tentación, trata sobre la lucha entre las convicciones y las conveniencias, entre los principios y la corrupción, tema crucial en el mundo de hoy, especialmente en la Argentina, debido a que los valores se han ido evaporando al calor de una codicia que se impone a la ética, un materialismo que prevalece sobre el humanismo.
El argumento imagina un diálogo entre una figura clave de nuestra historia, Manuel Dorrego, amado por los sectores populares y de claros objetivos federales, y el poderoso embajador inglés Lord Ponsomby, representante en nuestras tierras de los intereses del mayor imperio de la época que abogaba por la incorporación de la Banda Oriental al Brasil.
Los principios de Dorrego, entonces gobernador en Buenos Aires, vacilan pero insisten ante los sutiles argumentos y los tentadores sobornos del Lord quien tiene ya una invicta experiencia en corromper la voluntad de otros dirigentes de nuestra entonces joven patria.
El tiempo apremia porque el ejército argentino, que ha vencido en los campos de batalla brasileros, está a punto de entrar en Buenos Aires y su jefe, Juan Lavalle, ha sido convencido de que Dorrego es el culpable de la ominosa derrota diplomática. El representante diplomático, quien respeta a su digno rival, no ignora que si los ideales de don Manuel no ceden su suerte está echada…”
Además de las elogiosas criticas y los premios recibidos, la obra y sus actores han debido soportar ataques y escraches, tal el conocido suceso acaecido en una población santafecina.
Los pensamientos y exposiciones públicas de Rizzo y Palomino, han merecido reprobaciones e intolerantes ataques por parte de algunos sectores que -erróneamente- pretenden adjudicarse la representación del conjunto de la sociedad.
Se puede estar de acuerdo o discrepar con los puntos de vista esgrimidos por los artistas, con su enfoque de la realidad o con la postura ideológica que tengan.
En el marco del estado de derecho y en su condición de ciudadanos les asiste el ejercicio de la libertad de expresión, sin que sus posturas deban someterse a “Tribunales de Censura” o al mal humor de los que piensan distinto.
Agitados momentos se vivieron pasado el mediodía de la fecha, cuando actores y un reducido grupo de “Autoconvocados” se cruzaron en áspero dialogo en céntrica confitería.
De un lado se pidieron explicaciones por determinadas posturas, del otro se respondió con vehemencia.
Gritos e imputaciones rodearon las mesas del local, para luego en la vereda (y sin la presencia de alguno de los protagonistas) la charla lograra encausarse por caminos “más normales” y menos violentos.
¿Cómo comenzó esta historia?
A pesar del cansancio (producto de un largo viaje en colectivo de línea), los actores se manifestaron predispuestos a atender en forma personal o telefónica a toda la prensa local.
A partir de algunos dichos pronunciados por Palomino, en dialogo con Pablo Marcó, comenzaron a suscitarse algunos inconvenientes, derivando en una solicitud de algunos productores agropecuarios y personas relacionadas a la actividad, para que el Presidente del Concejo Deliberante “tramitara un encuentro con los artistas”.
Predispuestos a escuchar y ser escuchados, tanto Palomino como Rizzo aceptaron la invitación a dialogar.
Mientras estas circunstancias se daban y algunos despachos oficiales eran “un hervidero”, el Director de Gobierno, Fabián Barda se hizo presente en el Hotel América, para señalar a los visitantes que desde el Departamento Ejecutivo “no había ninguna objeción a la visita y que se iba a garantizar la normal presentación de la obra, gestionada por la Dirección de Cultura Municipal.
¿Es correcto que el Contador Juan Carlos Chalde, en su condición de titular del Concejo Deliberante, gestione una charla para pedir explicaciones, por las expresiones públicas de dos ciudadanos?
¿Su presencia en las instalaciones de Jet obedeció a su condición de vecino, dirigente político o funcionario público?
¿Actuó como mediador y a los efectos de evitar conflictos o reclamó respuestas a los artistas?
¿Qué sucederá un día si los cientos de desocupados, las miles de personas que se encuentran bajo la línea de pobreza, los muchos que no tienen servicios acordes, los jóvenes que reclaman trabajo y los tantos que no tiene asistencia; deciden peticionar, pedir explicaciones o mostrar su fastidio por temas que los afectan o palabras que los hieren?
¿Se actuará con tanta premura? ¿Se los habrá de acompañar en su reclamo? ¿Se pedirá por ellos una audiencia cuando lleguen funcionarios provinciales o nacionales?
Nadie desconoce la influencia que el campo tiene en la economía del distrito.
No se puede ignorar el impacto que provoca la sequía, las malas cosechas y la crisis.
Resulta fácil percibir como se corta la cadena de pagos, como se reciente la generación de mano de obra y la operatividad comercial.
No es menos cierto que no es el único sector al que le va mal.
¿Quién pidió, manifestó o gestionó por la difícil situación de GNC Salustri?
¿Quién levantó la voz por las decenas de trabajadores que perdieron sus ingresos?
¿Qué se hizo por las tantas familias que se están comiendo sus indemnizaciones?
Es necesario el debate, la discusión y la exposición de las ideas.
Es saludable la actitud de los que decidieron aceptar el compromiso de la participación cívica, en las próximas elecciones.
El sistema democrático y sus instituciones se mejoran con mayor presencia ciudadana. También con el respeto a los que piensan distinto, esencialmente: con mayor tolerancia.
Apartándome del episodio anteriormente comentado, es oportuno pedir a los dorreguenses que asistan a esta obra, dejando de lado preconceptos o circunstanciales discrepancias.
Tres razones entre tantas, ameritan la convocatoria:
- La calidad y repercusión nacional de la obra.
- El rescate de las virtudes y acciones de Manuel Dorrego.
- Lo accesible y popular de la entrada: con apenas 10 pesos se estará presenciando un espectáculo, otras veces, reservado para pocos.
Que los coletazos de las discusiones no sean impedimento para el desarrollo del arte.
Que sea el público en libertad y sin condicionamientos, el que saque sus propias conclusiones.
Que nada ni nadie impida poder disfrutar de la sana “tentación” de una excelente propuesta teatral…
Posdata: Hace exactamente un año llegó a Coronel Dorrego, el dirigente gremial Alfredo de Angeli.
Las céntricas calles de la ciudad se cortaron.
Se levantó un palco en plena Avenida Fuertes.
Los oradores se expresaron libremente.
No todos adhirieron a la visita (de hecho la gran mayoría no estuvo presente), sin embargo no hubo cuestionamientos, contramarchas o pedido de explicaciones.
Como hace un año De Angeli, como hoy Rizzo y Palomino: la libre expresión no admite discusión alguna.