Luciano Rodrigo Martín, de 21 años de edad, relató pormenorizadamente como se sucedieron los trágicos hechos del martes. Con la calificación penal de “homicidio doblemente agravado por alevosía” que sostiene la Fiscalía, el acusado podría pasar el resto de su vida en prisión.
En horas de la mañana, por cuestiones de seguridad, Martín esperó ser llamado por el fiscal Long a prestar declaración indagatoria en la Distrital de Policía ya que, en las inmediaciones de tribunales había decenas de taxistas que esperaban para repudiarlo.
Es más, pasado el mediodía, el acusado pudo observar absolutamente inmutable desde un móvil policial el interminable cortejo fúnebre que acompañaba los restos mortales del malogrado taxista por la calle Alsina.
Una vez en la Fiscalía de Delitos Complejos de calle Moreno, Luciano Martín se reunió con su abogado defensor, quien le recomendó en tres oportunidades no declarar, y luego se sentó en el despacho oficial del Dr. Long para contar su versión de los hechos.
El imputado escuchó impertérrito la acusación en su contra y posteriormente comenzó a contar como se sucedieron los terribles hechos del martes pasado.
“El martes me acosté a dormir, me levanté a la tarde y empecé a discutir con mi mamá, también hacía varias semanas que me venía peleando con mi viejo porque me había quedado sin trabajo y con mi novia porque ella había quedado embarazada y yo no tenía trabajo” dijo el imputado.
“Después –agregó el joven-salí y había unos pibes tomando y drogándose a la salida de mi casa de calle Tucumán, estos pibes me preguntaron qué me pasaba, les dije que estaba mal, me dicen ´tomá, tomá, fumá que te va a calmar, tomate un trago´ y en un momento me pasaron una pastilla y empecé a tomar vino, después se me nubló la vista, temblaba y transpiraba”.
Más adelante, Luciano Martín describió que ocurrió cuando tomó el taxi que manejaba Pianesi. “Me fui para la terminal y pregunté cuanto costaba el boleto a Pringles, me fui al baño y me tomé una pastilla, cuando salí le pregunté al taxista, a la víctima, cuanto me salía el viaje a Dorrego y el me dijo que el pasaje me iba a costar 180 más o menos o doscientos, le pregunté si me llevaba y dijo que si”.
“Cuando me subí, fuimos a cargar gas a la estación de servicio donde está el supermercado VEA, yo me sentía mareado, se me nublaba la vista, parecía que me caía, se me daba vuelta todo, quería levantar la cabeza y no podía, no sentía nada, sólo un zumbido” relató el acusado.
Y agregó “cuando llegamos a Dorrego fuimos a la casa de mi hermana a pedirle plata para pagar el taxi, me metí al baño porque sentía que quería vomitar y veía todo nublado, salí del baño, fui a la cocina y estaba el cuchillo ahí arriba de la mesada lo agarré sin saber para qué y salí”.
“Y cuando volví al taxi me senté adelante, del lado del conductor, y le digo, ´vamos a lo de mi tía en Dorrego, que me va a pagar´, cuando llegamos a un lugar donde había una tranquera blanca le dije que frenara, yo tenía los ojos cerrados y se me aparecía mi hijo, cuando abrí los ojos sentí que las manos se me fueron para el lado del hombre y salí para afuera” confesó el delincuente.
En el momento en que el fiscal le preguntó cuando decidió matar al taxista, Luciano Martín dijo “no sé, nunca creí que iba a matarlo, se me cruzó por la cabeza cuando cerré los ojos, no sé que pasó en ese momento, sólo recuerdo que el taxista estaba fumando cuando le di las puñaladas”.
Luego, el imputado recordó como fue detenido por la policía y aunque dijo no recordar si le había robado a su víctima, reconoció que se encontró con plata en su bolsillo que anteriormente no tenía.
También, Martín mencionó que probablemente “pensé en matar cuando mi hermana no tenía plata, yo no le quería robar pero no tenia plata para pagar el pasaje”. Además, el acusado admitió que intentó suicidarse después del hecho.
Por último, preguntado sobre sus adicciones, Luciano Rodrigo Martín admitió consumir alcohol, cocaína –que dijo comprar en Monte Hermoso- y pastillas y también, reconoció haber agredido físicamente a una de sus novias.
Fuentes de la Fiscalía de Delitos Complejos consideraron que la calificación de “homicidio doblemente agravado por alevosía” tiene relación con las circunstancias de que “el autor del hecho actuó sobre seguro al momento de matar, tomando desprevenido a su víctima, cuando se obra a traición o sin peligro hacia el agresor”.
FUENTE: LA BRÚJULANET
En horas de la mañana, por cuestiones de seguridad, Martín esperó ser llamado por el fiscal Long a prestar declaración indagatoria en la Distrital de Policía ya que, en las inmediaciones de tribunales había decenas de taxistas que esperaban para repudiarlo.
Es más, pasado el mediodía, el acusado pudo observar absolutamente inmutable desde un móvil policial el interminable cortejo fúnebre que acompañaba los restos mortales del malogrado taxista por la calle Alsina.
Una vez en la Fiscalía de Delitos Complejos de calle Moreno, Luciano Martín se reunió con su abogado defensor, quien le recomendó en tres oportunidades no declarar, y luego se sentó en el despacho oficial del Dr. Long para contar su versión de los hechos.
El imputado escuchó impertérrito la acusación en su contra y posteriormente comenzó a contar como se sucedieron los terribles hechos del martes pasado.
“El martes me acosté a dormir, me levanté a la tarde y empecé a discutir con mi mamá, también hacía varias semanas que me venía peleando con mi viejo porque me había quedado sin trabajo y con mi novia porque ella había quedado embarazada y yo no tenía trabajo” dijo el imputado.
“Después –agregó el joven-salí y había unos pibes tomando y drogándose a la salida de mi casa de calle Tucumán, estos pibes me preguntaron qué me pasaba, les dije que estaba mal, me dicen ´tomá, tomá, fumá que te va a calmar, tomate un trago´ y en un momento me pasaron una pastilla y empecé a tomar vino, después se me nubló la vista, temblaba y transpiraba”.
Más adelante, Luciano Martín describió que ocurrió cuando tomó el taxi que manejaba Pianesi. “Me fui para la terminal y pregunté cuanto costaba el boleto a Pringles, me fui al baño y me tomé una pastilla, cuando salí le pregunté al taxista, a la víctima, cuanto me salía el viaje a Dorrego y el me dijo que el pasaje me iba a costar 180 más o menos o doscientos, le pregunté si me llevaba y dijo que si”.
“Cuando me subí, fuimos a cargar gas a la estación de servicio donde está el supermercado VEA, yo me sentía mareado, se me nublaba la vista, parecía que me caía, se me daba vuelta todo, quería levantar la cabeza y no podía, no sentía nada, sólo un zumbido” relató el acusado.
Y agregó “cuando llegamos a Dorrego fuimos a la casa de mi hermana a pedirle plata para pagar el taxi, me metí al baño porque sentía que quería vomitar y veía todo nublado, salí del baño, fui a la cocina y estaba el cuchillo ahí arriba de la mesada lo agarré sin saber para qué y salí”.
“Y cuando volví al taxi me senté adelante, del lado del conductor, y le digo, ´vamos a lo de mi tía en Dorrego, que me va a pagar´, cuando llegamos a un lugar donde había una tranquera blanca le dije que frenara, yo tenía los ojos cerrados y se me aparecía mi hijo, cuando abrí los ojos sentí que las manos se me fueron para el lado del hombre y salí para afuera” confesó el delincuente.
En el momento en que el fiscal le preguntó cuando decidió matar al taxista, Luciano Martín dijo “no sé, nunca creí que iba a matarlo, se me cruzó por la cabeza cuando cerré los ojos, no sé que pasó en ese momento, sólo recuerdo que el taxista estaba fumando cuando le di las puñaladas”.
Luego, el imputado recordó como fue detenido por la policía y aunque dijo no recordar si le había robado a su víctima, reconoció que se encontró con plata en su bolsillo que anteriormente no tenía.
También, Martín mencionó que probablemente “pensé en matar cuando mi hermana no tenía plata, yo no le quería robar pero no tenia plata para pagar el pasaje”. Además, el acusado admitió que intentó suicidarse después del hecho.
Por último, preguntado sobre sus adicciones, Luciano Rodrigo Martín admitió consumir alcohol, cocaína –que dijo comprar en Monte Hermoso- y pastillas y también, reconoció haber agredido físicamente a una de sus novias.
Fuentes de la Fiscalía de Delitos Complejos consideraron que la calificación de “homicidio doblemente agravado por alevosía” tiene relación con las circunstancias de que “el autor del hecho actuó sobre seguro al momento de matar, tomando desprevenido a su víctima, cuando se obra a traición o sin peligro hacia el agresor”.
FUENTE: LA BRÚJULANET