Semanalmente y con estricta puntualidad el pequeño grupo se reúne con la intención de compartir las experiencias que dejaron los siete días entre una reunión y otra.
Cada uno de ellos sabe que necesita de los otros, que es necesario seguir manteniéndose unidos y comprometidos en el camino elegido, son conscientes que las tentaciones surgen a toda hora y que resulta clave mantener una conducta que les permita sortear “las cautivantes propuestas” que en dulces y salados a diario llegan.
Fue el 8 de Agosto de 1.984 en que un grupo de vecinos (mujeres y hombres), angustiados por los males que la obesidad les deparaba, decidieron reunirse primero y “unirse” después, con un mismo objetivo: vencer a una enfermedad silenciosa que además de modificar formas y hábitos, transformaba también el estado de ánimo.
Hubo personas que buscaron un auxilio que era difícil encontrar en otro lado; un lugar donde los pudieran aceptar sin preconceptos y en un marco igualitario, que interpretaran desde su propia experiencia traumáticos padecimientos que iban más allá de una cuestión estética.
Fue así que se constituyó el grupo local de ALCO (Anónimos luchadores contra la obesidad), al que se denominó bajo un mensaje abierto e integrador: “Bienvenidos todos”.
La idea surgió en 1.967 a instancias de un especialista en el tema, como lo es el doctor Alberto Cormillot, quién acompañó la iniciativa, surgida entre varios de sus pacientes, los que se habían propuesto como meta la creación de un grupo de autoayuda. El propósito era charlar sobre: dieta, recuperación, obesidad y realizar actividades juntos.
Siguiendo el camino trazado por aquellos pioneros, en nuestra ciudad ALCO, logró consolidarse y fundamentalmente se encargó de brindar ayuda y acompañamiento a personas que padecen esta enfermedad, como así también ofrecer asesoramiento al entorno familiar.
En este cuarto de siglo de existencia gran cantidad de vecinos han formado parte de su vida institucional, agregándose una nueva franja de integrantes: “Alquitos”, que comprende a los niños que están afectados por el exceso de peso.
Los integrantes son respetuosos de las disposiciones que rigen en el grupo, manteniendo cada uno de ellos su condición de anónimo y acatando las características de reuniones cerradas y circunscriptas a la “comunidad alquista”.
Muchas y lamentables son las formas de discriminación que a diario afectan a distintos sectores de la comunidad y, a no dudar que la obesidad es una de ellas.
A veces son las miradas, otras las risas, también lugares que no siempre resultan aptos para personas con excesivo peso y a pesar de las disposiciones vigentes, la ley de talles en la práctica deja enormes vacíos.
Los frecuentes términos “gorda”, “gordo” o “gordito” suelen llevar la marca de la marginación y muy lejos están de constituirse en una mención afectiva. Más que acercamiento genera distancias.
No debe olvidarse la titánica lucha encarada por distintas entidades, las que impulsadas por el programa televisivo “Cuestión de peso” se hicieron oír fuerte en el Congreso de la Nación, hasta que el año pasado fuera aprobada la Ley contra la obesidad, la cual contempla la obligatoriedad en cobertura de tratamientos por parte de obras sociales y empresas de medicina prepaga.
Es importante señalar que la medida incluye a otras enfermedades que tienen que ver con las conductas alimentarías, como la bulimia y la anorexia.
Asimismo el proyecto contempla la aplicación de programas tendientes a combatir la discriminación contra quienes padecen obesidad. En ese sentido, la ley considera un hecho discriminatorio la negativa a aceptar el tratamiento de cualquier trastorno relacionado con ella.
El sábado 5 de setiembre en el Centro Educativo Complementario, habitual sitio de reuniones, los integrantes de ALCO compartirán en la intimidad un sencillo festejo de cumpleaños.
Estarán celebrando el cuarto de siglo de un camino de vida compartido, sabedores de la necesidad de mantenerse alertas y unidos para seguir enfrentando las contingencias que a diario plantea el consumismo, entre ellas la cultura a la delgadez, la que además de herir…suele matar.
Días atrás una de sus integrantes y vocera, María del Carmen, hacía mención a los pilares del grupo: “sabiduría, talento y virtud”.
Sabiduría para saber que hacer…
Talento para saber como hacerlo…
Virtud para poder hacerlo…
De igual modo recordó una cita del inspirador de Alco, cuando señaló que en esta lucha es necesario: 10% de aptitud (inspiración) y 90% de actitud (transpiración).
En definitiva como muchos desafíos que en forma constante presenta la vida, sin esfuerzo no hay éxito posible.
Cada integrante de ALCO sabe a la perfección que una vida más saludable es posible. Que la decisión de estar y sentir mejor no pasa solamente por el estomago… sino también por la mente.
Aunque no estemos invitados, muchos de los que apreciamos tan valiente lucha no sentimos consustanciados con el festejo de ALCO.
¡Que sea un cumpleaños feliz!... y sin “excesos”.
Cada uno de ellos sabe que necesita de los otros, que es necesario seguir manteniéndose unidos y comprometidos en el camino elegido, son conscientes que las tentaciones surgen a toda hora y que resulta clave mantener una conducta que les permita sortear “las cautivantes propuestas” que en dulces y salados a diario llegan.
Fue el 8 de Agosto de 1.984 en que un grupo de vecinos (mujeres y hombres), angustiados por los males que la obesidad les deparaba, decidieron reunirse primero y “unirse” después, con un mismo objetivo: vencer a una enfermedad silenciosa que además de modificar formas y hábitos, transformaba también el estado de ánimo.
Hubo personas que buscaron un auxilio que era difícil encontrar en otro lado; un lugar donde los pudieran aceptar sin preconceptos y en un marco igualitario, que interpretaran desde su propia experiencia traumáticos padecimientos que iban más allá de una cuestión estética.
Fue así que se constituyó el grupo local de ALCO (Anónimos luchadores contra la obesidad), al que se denominó bajo un mensaje abierto e integrador: “Bienvenidos todos”.
La idea surgió en 1.967 a instancias de un especialista en el tema, como lo es el doctor Alberto Cormillot, quién acompañó la iniciativa, surgida entre varios de sus pacientes, los que se habían propuesto como meta la creación de un grupo de autoayuda. El propósito era charlar sobre: dieta, recuperación, obesidad y realizar actividades juntos.
Siguiendo el camino trazado por aquellos pioneros, en nuestra ciudad ALCO, logró consolidarse y fundamentalmente se encargó de brindar ayuda y acompañamiento a personas que padecen esta enfermedad, como así también ofrecer asesoramiento al entorno familiar.
En este cuarto de siglo de existencia gran cantidad de vecinos han formado parte de su vida institucional, agregándose una nueva franja de integrantes: “Alquitos”, que comprende a los niños que están afectados por el exceso de peso.
Los integrantes son respetuosos de las disposiciones que rigen en el grupo, manteniendo cada uno de ellos su condición de anónimo y acatando las características de reuniones cerradas y circunscriptas a la “comunidad alquista”.
Muchas y lamentables son las formas de discriminación que a diario afectan a distintos sectores de la comunidad y, a no dudar que la obesidad es una de ellas.
A veces son las miradas, otras las risas, también lugares que no siempre resultan aptos para personas con excesivo peso y a pesar de las disposiciones vigentes, la ley de talles en la práctica deja enormes vacíos.
Los frecuentes términos “gorda”, “gordo” o “gordito” suelen llevar la marca de la marginación y muy lejos están de constituirse en una mención afectiva. Más que acercamiento genera distancias.
No debe olvidarse la titánica lucha encarada por distintas entidades, las que impulsadas por el programa televisivo “Cuestión de peso” se hicieron oír fuerte en el Congreso de la Nación, hasta que el año pasado fuera aprobada la Ley contra la obesidad, la cual contempla la obligatoriedad en cobertura de tratamientos por parte de obras sociales y empresas de medicina prepaga.
Es importante señalar que la medida incluye a otras enfermedades que tienen que ver con las conductas alimentarías, como la bulimia y la anorexia.
Asimismo el proyecto contempla la aplicación de programas tendientes a combatir la discriminación contra quienes padecen obesidad. En ese sentido, la ley considera un hecho discriminatorio la negativa a aceptar el tratamiento de cualquier trastorno relacionado con ella.
El sábado 5 de setiembre en el Centro Educativo Complementario, habitual sitio de reuniones, los integrantes de ALCO compartirán en la intimidad un sencillo festejo de cumpleaños.
Estarán celebrando el cuarto de siglo de un camino de vida compartido, sabedores de la necesidad de mantenerse alertas y unidos para seguir enfrentando las contingencias que a diario plantea el consumismo, entre ellas la cultura a la delgadez, la que además de herir…suele matar.
Días atrás una de sus integrantes y vocera, María del Carmen, hacía mención a los pilares del grupo: “sabiduría, talento y virtud”.
Sabiduría para saber que hacer…
Talento para saber como hacerlo…
Virtud para poder hacerlo…
De igual modo recordó una cita del inspirador de Alco, cuando señaló que en esta lucha es necesario: 10% de aptitud (inspiración) y 90% de actitud (transpiración).
En definitiva como muchos desafíos que en forma constante presenta la vida, sin esfuerzo no hay éxito posible.
Cada integrante de ALCO sabe a la perfección que una vida más saludable es posible. Que la decisión de estar y sentir mejor no pasa solamente por el estomago… sino también por la mente.
Aunque no estemos invitados, muchos de los que apreciamos tan valiente lucha no sentimos consustanciados con el festejo de ALCO.
¡Que sea un cumpleaños feliz!... y sin “excesos”.