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Al concretarse el pasado viernes la asunción de los nuevos ediles, se asistió a la consolidación de una tendencia que ha crecido en los últimos años: “la profesionalización de la política”.
“La igualdad ante la ley” contemplada sabiamente en nuestra Constitución Nacional, es incorporada en la Ley Orgánica de las Municipalidades en lo referente a los requisitos de los candidatos, los cuales resultan “mínimos” y fáciles de cumplir para la mayoría; no obstante en el espíritu de la dirigencia local está el otorgar preeminencia a los profesionales en el momento de armar su estrategia electoral.
La oportunamente comentada supresión de las elecciones internas, la escasa actividad de los partidos políticos en años sin pujas electorales, el valor asignado a las encuestas y en otros casos la influencia del dedo, han resultado elementos claves en el momento del armado de listas donde la “buena imagen” es un factor determinante y difícil de igualar por el resto de los vecinos.
El acortamiento de los caminos de selección mediante atajos que evitan pujas y movilización resulta una práctica constante, lo cual lejos de discutirse se acepta como una norma de “sana convivencia”…en pos “del cumplimiento de los idearios partidarios”.
El siguiente cuadro ilustra sobre la conformación de la flamante estructura deliberativa local, incluyendo las profesiones de cada uno de sus integrantes:
Abogados (3) Brenda Termassen, Fernando Dimatz y Guillermo Lozano.
Contadores Públicos: (4) Gladys Di Domenico, Juan Carlos Chalde, Raúl Reyes, Mauricio Onorato.
Docentes (2) Analía Laserna, Carlos Prado.
Médicos (1) Remo Speranza (reelecto).
Veterinarios (1) Silvio Canavesi.
A la luz de la realidad y el resultado de las urnas, la presente puede convertirse en una simple digresión en voz alta, apenas en una de las tantas opiniones escuchadas en la calle.
No está aquí en discusión la legitimidad de los ciudadanos electos.
No es un juicio de valor respecto de sus condiciones, idoneidad y compromiso.
Al fin de cuentas se trata de una lectura parcial, de un enfoque sobre los hechos tangibles que dejó con su veredicto la elección del pasado 28 de junio.
Temo (y esto debo decirlo con sinceridad), que si estas posturas selectivas se mantienen la política lugareña quedará reducida solo a “los notables”, imposibilitando un grado de representación más amplia y equilibrada.
La no incompatibilidad para seguir ejerciendo sus profesiones, les otorga la ventaja a estos vecinos de poder desarrollar actividades personales y funciones públicas en forma paralela, contribuyendo para ello que no existan horarios a cumplir obligatoriamente en la tarea legislativa, a excepción de las reuniones formales del Cuerpo cada quince días.
Debe decirse también que por el cumplimiento de tan trascendente tarea los concejales perciben sus dietas en forma puntual, ingresos que no son escasos y que lejos están de ser igualados por la mayoría de sus representados.
En función de lo expuesto es de esperar que este nuevo Concejo (pleno de pergaminos), genere debates serios sobre los grandes temas pendientes, procure soluciones en beneficio comunitario y ejerza su rol de generador de ideas y control administrativo, en correspondencia con el apoyo electoral recibido.
Lo que se puede decir sin temor a equívocos es que Coronel Dorrego, respondiendo a los lineamientos de sus dirigentes y al respaldo de la mayoría de la gente, exhibe con orgullo un Concejo Deliberante “ciento por ciento” profesional.
“La igualdad ante la ley” contemplada sabiamente en nuestra Constitución Nacional, es incorporada en la Ley Orgánica de las Municipalidades en lo referente a los requisitos de los candidatos, los cuales resultan “mínimos” y fáciles de cumplir para la mayoría; no obstante en el espíritu de la dirigencia local está el otorgar preeminencia a los profesionales en el momento de armar su estrategia electoral.
La oportunamente comentada supresión de las elecciones internas, la escasa actividad de los partidos políticos en años sin pujas electorales, el valor asignado a las encuestas y en otros casos la influencia del dedo, han resultado elementos claves en el momento del armado de listas donde la “buena imagen” es un factor determinante y difícil de igualar por el resto de los vecinos.
El acortamiento de los caminos de selección mediante atajos que evitan pujas y movilización resulta una práctica constante, lo cual lejos de discutirse se acepta como una norma de “sana convivencia”…en pos “del cumplimiento de los idearios partidarios”.
El siguiente cuadro ilustra sobre la conformación de la flamante estructura deliberativa local, incluyendo las profesiones de cada uno de sus integrantes:
Abogados (3) Brenda Termassen, Fernando Dimatz y Guillermo Lozano.
Contadores Públicos: (4) Gladys Di Domenico, Juan Carlos Chalde, Raúl Reyes, Mauricio Onorato.
Docentes (2) Analía Laserna, Carlos Prado.
Médicos (1) Remo Speranza (reelecto).
Veterinarios (1) Silvio Canavesi.
A la luz de la realidad y el resultado de las urnas, la presente puede convertirse en una simple digresión en voz alta, apenas en una de las tantas opiniones escuchadas en la calle.
No está aquí en discusión la legitimidad de los ciudadanos electos.
No es un juicio de valor respecto de sus condiciones, idoneidad y compromiso.
Al fin de cuentas se trata de una lectura parcial, de un enfoque sobre los hechos tangibles que dejó con su veredicto la elección del pasado 28 de junio.
Temo (y esto debo decirlo con sinceridad), que si estas posturas selectivas se mantienen la política lugareña quedará reducida solo a “los notables”, imposibilitando un grado de representación más amplia y equilibrada.
La no incompatibilidad para seguir ejerciendo sus profesiones, les otorga la ventaja a estos vecinos de poder desarrollar actividades personales y funciones públicas en forma paralela, contribuyendo para ello que no existan horarios a cumplir obligatoriamente en la tarea legislativa, a excepción de las reuniones formales del Cuerpo cada quince días.
Debe decirse también que por el cumplimiento de tan trascendente tarea los concejales perciben sus dietas en forma puntual, ingresos que no son escasos y que lejos están de ser igualados por la mayoría de sus representados.
En función de lo expuesto es de esperar que este nuevo Concejo (pleno de pergaminos), genere debates serios sobre los grandes temas pendientes, procure soluciones en beneficio comunitario y ejerza su rol de generador de ideas y control administrativo, en correspondencia con el apoyo electoral recibido.
Lo que se puede decir sin temor a equívocos es que Coronel Dorrego, respondiendo a los lineamientos de sus dirigentes y al respaldo de la mayoría de la gente, exhibe con orgullo un Concejo Deliberante “ciento por ciento” profesional.
