A casi un año de haberse hallado sus restos mortales en la zona de Puerto Galván y poco meses después de ser archivada la causa por la justicia, la hija de Alfonso "Tití" Hernández sigue sosteniendo que su padre cayó en manos de sujetos que le robaron dinero y luego lo golpearon, desencadenando su fallecimiento.
Sobre fines de marzo pasado, la fiscal Leila Scavarda, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 12, dispuso cerrar la investigación, luego de recibir los resultados de pericias forenses, según las cuales no se hallaron signos de violencia en el cadáver.
Como se informara en estas columnas, el hombre, de 84 años, había desaparecido el 3 de mayo de 2008, entre las 18.45 y las 19.15, tras concurrir a dos comercios y pasar por el puesto número 1 de la Prefectura, en uno de los accesos al puerto de Ingeniero White y a unos 800 metros de donde se encontraron los restos mortales.
Elida Hernández señaló que su padre presentaba una fractura en la parte izquierda de la mandíbula inferior, circunstancia que relacionó con un acto de violencia.
"Nadie puede averiguar la causa de la muerte y la data de la misma. Mi padre tiene la fractura de la 'bisagra' que hace que la boca se abra. Normalmente, de acuerdo a lo que hablé con su dentista, y por averiguaciones, esa parte se rompe únicamente por un accidente de tránsito o por violencia", afirmó.
"En el acta de defunción --continuó-- dice que el deceso se produjo por paro cardiorrespiratorio, que es de lo que morimos todos. Pero la causa que lo provocó no la pueden determinar".
Señaló que los restos encontrados fueron identificados por una placa dentaria.
"Jamás hicieron un ADN para conmprobarlo, sino que solamente lo resolvieron a través de los dientes. Nadie puede decirme nada y la causa está archivada. Los datos que nosotros pudimos conseguir, quedaron en nada", expresó la mujer.
Seguidamente se refirió al dinero que fuera hallado en las prendas encontradas con el cuerpo sin vida.
"Mi padre tenía 170 pesos que pudieron hidratar y estaban en el bolsillo, pero llevaba entre 800 y 1.000. Realmente, lo 'bolsiquearon'. Alguien le sacó plata del bolsillo apuradísimo y no revisó el otro lado, donde había lo que encontraron, porque el resto se lo llevó", aseguró.
E insistió en que "creo que fue un acto de violencia y fue golpeado. Pienso que las inclemencias del tiempo y la desorientación con la que quedó, hicieron el resto. Realmente acá hay una causal".
Por otra parte, dijo estar segura que su padre fue llevado por un camionero hacia Coronel Dorrego.
"Sigo sosteniendo que el fletero que me dijo que lo llevó junto a un joven que hace changas en casas, efectivamente lo trasladó hacia allí. Un perro sabueso de la policía de Mar del Plata marcó el territorio donde una persona de Dorrego dijo que lo vio. Esto no puede ser todo mentira", indicó Elida Hernández.
Sin embargo, manifestó desconocer la manera en que, si ésto ocurrió, cómo el cuerpo apareció en el lugar donde fue localizado mucho tiempo después.
"No sé cómo llegó a Puerto Galván. Hay muchas cosas que quedan desenganchadas. Si pudiéramos estar en la mente de la gente que hace estas cosas, que se aprovecha de los niños o de los ancianos, podríamos llegar a contestar las preguntas que nos hacemos", dijo.
Confesó después que no esperaba el archivo de la causa y aventuró que en algún momento se sabrá la verdad.
"Mi padre era un tipo honesto y sin enfermedad; entonces, si de pronto se perdió un segundo, hubo una mano extraña que aprovechó la situación y se lo llevó", sostuvo.
Por último, señaló: "Ahora estoy con las manos atadas y creo en la justicia divina. De todas maneras, en algún momento va a salir a la luz lo sucedido, porque esto no puede quedar impune. Mi padre era la mejor persona del mundo y no se merecía morir como un perro, a la intemperie".
FUENTE: La Nueva Provincia
Sobre fines de marzo pasado, la fiscal Leila Scavarda, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 12, dispuso cerrar la investigación, luego de recibir los resultados de pericias forenses, según las cuales no se hallaron signos de violencia en el cadáver.
Como se informara en estas columnas, el hombre, de 84 años, había desaparecido el 3 de mayo de 2008, entre las 18.45 y las 19.15, tras concurrir a dos comercios y pasar por el puesto número 1 de la Prefectura, en uno de los accesos al puerto de Ingeniero White y a unos 800 metros de donde se encontraron los restos mortales.
Elida Hernández señaló que su padre presentaba una fractura en la parte izquierda de la mandíbula inferior, circunstancia que relacionó con un acto de violencia.
"Nadie puede averiguar la causa de la muerte y la data de la misma. Mi padre tiene la fractura de la 'bisagra' que hace que la boca se abra. Normalmente, de acuerdo a lo que hablé con su dentista, y por averiguaciones, esa parte se rompe únicamente por un accidente de tránsito o por violencia", afirmó.
"En el acta de defunción --continuó-- dice que el deceso se produjo por paro cardiorrespiratorio, que es de lo que morimos todos. Pero la causa que lo provocó no la pueden determinar".
Señaló que los restos encontrados fueron identificados por una placa dentaria.
"Jamás hicieron un ADN para conmprobarlo, sino que solamente lo resolvieron a través de los dientes. Nadie puede decirme nada y la causa está archivada. Los datos que nosotros pudimos conseguir, quedaron en nada", expresó la mujer.
Seguidamente se refirió al dinero que fuera hallado en las prendas encontradas con el cuerpo sin vida.
"Mi padre tenía 170 pesos que pudieron hidratar y estaban en el bolsillo, pero llevaba entre 800 y 1.000. Realmente, lo 'bolsiquearon'. Alguien le sacó plata del bolsillo apuradísimo y no revisó el otro lado, donde había lo que encontraron, porque el resto se lo llevó", aseguró.
E insistió en que "creo que fue un acto de violencia y fue golpeado. Pienso que las inclemencias del tiempo y la desorientación con la que quedó, hicieron el resto. Realmente acá hay una causal".
Por otra parte, dijo estar segura que su padre fue llevado por un camionero hacia Coronel Dorrego.
"Sigo sosteniendo que el fletero que me dijo que lo llevó junto a un joven que hace changas en casas, efectivamente lo trasladó hacia allí. Un perro sabueso de la policía de Mar del Plata marcó el territorio donde una persona de Dorrego dijo que lo vio. Esto no puede ser todo mentira", indicó Elida Hernández.
Sin embargo, manifestó desconocer la manera en que, si ésto ocurrió, cómo el cuerpo apareció en el lugar donde fue localizado mucho tiempo después.
"No sé cómo llegó a Puerto Galván. Hay muchas cosas que quedan desenganchadas. Si pudiéramos estar en la mente de la gente que hace estas cosas, que se aprovecha de los niños o de los ancianos, podríamos llegar a contestar las preguntas que nos hacemos", dijo.
Confesó después que no esperaba el archivo de la causa y aventuró que en algún momento se sabrá la verdad.
"Mi padre era un tipo honesto y sin enfermedad; entonces, si de pronto se perdió un segundo, hubo una mano extraña que aprovechó la situación y se lo llevó", sostuvo.
Por último, señaló: "Ahora estoy con las manos atadas y creo en la justicia divina. De todas maneras, en algún momento va a salir a la luz lo sucedido, porque esto no puede quedar impune. Mi padre era la mejor persona del mundo y no se merecía morir como un perro, a la intemperie".
FUENTE: La Nueva Provincia
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