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"El terror llegó a todos lados y no sólo donde había grandes organizaciones"

El pasado viernes se presentó en Bahía Blanca el libro "Un objeto pequeño" de Laura Forchetti y Graciela San Román, sobre la historia de María Salomón de Aiub.

La humedad que cubría la ciudad esa noche contrastó con la aridez del relato que propusieron las autoras del libro.

"Pensamos en contar desde la pequeña escala, desde la casa, desde el lugar de espera", dijo Laura Forchetti en la presentación del libro, al tiempo que Graciela San Román la observaba, sentada a su lado y frente a un importante grupo de personas que conocieron los detalles de la vida y la tragedia que involucró a María Salomón de Aiub.


La cálida voz de la escritora trasladó a los presentes por datos biográficos de la protagonista: desde su llegada del Paraguay hasta que se radicó en Dorrego, de sus hijos Carlos, Ricardo y Marita, de su casamiento y su personalidad. Todo fue ofrecido con simplicidad, hasta una frase que conmovió: "esperó y buscó a sus hijos y no supo nada de ellos".


Las palabras de Laura fueron precedidas por una presentación que arrojó apreciaciones como: "se trata de una historia atroz y silenciada", "los artistas y los artesanos crean elementos culturales que nos identifican" y "el libro hace visible aquello que no lo fue".

Graciela también habló: "María tuvo una presencia poderosa, vital, muy fuerte, activa, que no pasaba desapercibida. Siempre hacía algo por su pueblo".

"Ella también fue secuestrada y torturada, pero volvió. Crió a sus nietos y la esperanza la mantuvo viva", contó San Román, que explicó que el libro muestra que "el terrorismo llegó a todos lados y no sólo donde había grandes organizaciones".

Según las autoras, en la presentación de "Un objeto pequeño" que se hizo en Coronel Dorrego, Susana Zibecchi, amiga de María, narró que la mamá de Carlos, Ricardo y Marita "esperaba que la democracia" la ayudaría a encontrarlos.

En medio de las palabras, una foto que coronaba el lugar de la presentación y mostraba a la dueña de la historia en la playa y con hijos muy pequeños. "Es una imagen idílica", calificó San Román y no dejó más espacio para agregar.

En el ingreso a la muestra, una niña repartía servilletas con flores azules, con leyendas.

"Ni siquiera tenemos un reino.
Y lo poco que tenemos
no es de este mundo,
pero tampoco es del otro.

Huérfanos de ambos mundos,
con lo poco que tenemos
tán solo nos queda
hacer otro mundo."

Roberto Juarroz

"Los de acá me han dicho que aún volverán al corazón las grandes olas, un poco de frescura, maremotos, tormentas, transformaciones".
Alberto Szpunberg

INFORME: Sergio Segui / FOTOS: Leticia Yezzi

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