En nuestro país y en gran parte de Latinoamérica, el 13 de septiembre se festeja el día del bibliotecario. Las razones por las cuales esa fecha ha sido elegida, varían según cada país, pero aquí en la Argentina, el motivo es recordar el nacimiento de Mariano Moreno, fundador de la primera Biblioteca Pública de nuestra Nación.
En Dorrego, nuestra biblioteca popular, adhiere a esta fecha, homenajeando a sus dos trabajadoras, las Sras. Mary Fuertes y Cristina Marileo, quienes han sido desde hace muchos años, el único pilar permanente de la institución. Su imagen, inescindible de la imagen de nuestra biblioteca, nos acompaña y acompañará durante muchos años contribuyendo con su silenciosa labor cotidiana a conquistar y consolidar cada uno de los objetivos institucionales.
Cuando me acerqué a la biblioteca por primera vez, fueron ellas las que me recibieron y me comunicaron, con precisa claridad, la problemática por la que atravesaban.
Con genuina vocación de servicio y un alto grado de compromiso institucional, que excedió con creces sus obligaciones laborales, Mary y Cristina se sumaron decididamente a colaborar en el proyecto de recuperación institucional que en conjunto con un grupo de amigos, pusimos en marcha durante el año pasado.
Las metas propuestas eran ambiciosas y a los ojos de muchos: utópicas. Un rápido y superficial análisis de la situación económica y financiera de la biblioteca, parecían dar la razón a los más pesimistas, que veían en el achique de “gastos”, la única manera de capear el temporal.
De más esta decir que ese “achique” invariablemente se pretendía cargar, como suele suceder, sobre los hombros y los bolsillos de nuestras trabajadoras, ya que sus salarios y cargas sociales, representaban una parte significativa de nuestro presupuesto.
Con un ímpetu que muchas veces fue considerado “poco decoroso” y hasta “agresivo” para algunos estilos más conservadores, emprendimos la difícil tarea de sumar imaginación, voluntad y “prepotencia de trabajo”, estrechando las filas entre dirigentes y trabajadores, conciliando diferencias e intereses en aras de la mejor ecuación institucional.
No siempre fuimos bien interpretados… que dirigentes y trabajadores luchen codo a codo y sin egoísmos en la consecución de un mismo objetivo, es algo a lo que nuestra sociedad, lamentablemente, todavía no esta del todo acostumbrada.
Pero los resultados de esta amalgama virtuosa, entre conductores y trabajadores, están a la vista. Se pudo… se pudo crecer, se pudo hacer, se pudo soñar y se pudo cumplir. Y nada de todo esto se hubiera podido hacer, sin la confianza y buena voluntad de nuestras bibliotecarias, sin su generosidad y esfuerzo, sin sus conocimientos y experiencia.
Quizá el único mérito que como comisión directiva nos quepa, haya sido el de haber sabido escuchar a las que saben, por formación y experiencia, poniendo nuestro granito de arena, materializado en nuestro aporte intelectual y laboral, para facilitar la concreción de cada proyecto que elaboramos en conjunto.
Por eso, hoy más que nunca, quiero decirles gracias a ambas, gracias por estar a nuestro lado cada día, por apoyarnos con su cariño y amistad, por comprender nuestras limitaciones. Gracias por ser leales y fieles compañeras de trabajo y de lucha, gracias por querer a la biblioteca como sólo Uds. pueden y saben hacerlo. En este su día: sólo eso…Gracias. (13.09.10)
En Dorrego, nuestra biblioteca popular, adhiere a esta fecha, homenajeando a sus dos trabajadoras, las Sras. Mary Fuertes y Cristina Marileo, quienes han sido desde hace muchos años, el único pilar permanente de la institución. Su imagen, inescindible de la imagen de nuestra biblioteca, nos acompaña y acompañará durante muchos años contribuyendo con su silenciosa labor cotidiana a conquistar y consolidar cada uno de los objetivos institucionales.
Cuando me acerqué a la biblioteca por primera vez, fueron ellas las que me recibieron y me comunicaron, con precisa claridad, la problemática por la que atravesaban.
Con genuina vocación de servicio y un alto grado de compromiso institucional, que excedió con creces sus obligaciones laborales, Mary y Cristina se sumaron decididamente a colaborar en el proyecto de recuperación institucional que en conjunto con un grupo de amigos, pusimos en marcha durante el año pasado.
Las metas propuestas eran ambiciosas y a los ojos de muchos: utópicas. Un rápido y superficial análisis de la situación económica y financiera de la biblioteca, parecían dar la razón a los más pesimistas, que veían en el achique de “gastos”, la única manera de capear el temporal.
De más esta decir que ese “achique” invariablemente se pretendía cargar, como suele suceder, sobre los hombros y los bolsillos de nuestras trabajadoras, ya que sus salarios y cargas sociales, representaban una parte significativa de nuestro presupuesto.
Con un ímpetu que muchas veces fue considerado “poco decoroso” y hasta “agresivo” para algunos estilos más conservadores, emprendimos la difícil tarea de sumar imaginación, voluntad y “prepotencia de trabajo”, estrechando las filas entre dirigentes y trabajadores, conciliando diferencias e intereses en aras de la mejor ecuación institucional.
No siempre fuimos bien interpretados… que dirigentes y trabajadores luchen codo a codo y sin egoísmos en la consecución de un mismo objetivo, es algo a lo que nuestra sociedad, lamentablemente, todavía no esta del todo acostumbrada.
Pero los resultados de esta amalgama virtuosa, entre conductores y trabajadores, están a la vista. Se pudo… se pudo crecer, se pudo hacer, se pudo soñar y se pudo cumplir. Y nada de todo esto se hubiera podido hacer, sin la confianza y buena voluntad de nuestras bibliotecarias, sin su generosidad y esfuerzo, sin sus conocimientos y experiencia.
Quizá el único mérito que como comisión directiva nos quepa, haya sido el de haber sabido escuchar a las que saben, por formación y experiencia, poniendo nuestro granito de arena, materializado en nuestro aporte intelectual y laboral, para facilitar la concreción de cada proyecto que elaboramos en conjunto.
Por eso, hoy más que nunca, quiero decirles gracias a ambas, gracias por estar a nuestro lado cada día, por apoyarnos con su cariño y amistad, por comprender nuestras limitaciones. Gracias por ser leales y fieles compañeras de trabajo y de lucha, gracias por querer a la biblioteca como sólo Uds. pueden y saben hacerlo. En este su día: sólo eso…Gracias. (13.09.10)
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