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“Estoy dispuesto a cumplir la condena…” esas fueron las últimas palabras esbozadas por el imputado Luciano Rodrigo Martín (22 años) por la muerte del remisero bahiense Alfredo Pianesi, ocurrido en nuestra localidad. Así se cerraba una nueva etapa en el juicio correspondiente a dicha causa, pasadas las 11 de la mañana. La cuestión se suscitó unas horas antes.
Esta nueva jornada, correspondiente a los alegatos, esto es la valuación que hacen las partes de los elementos probatorios, y que luego da lugar a la sentencia final, estaba programada para las 9:30. Con algo de retraso hicimos ingreso a la Sala de audiencias Nº 2, con mi compañero de estudio Leandro Pérez, luego de dar paso a los familiares de las partes.
Pasadas las 10 apareció en el recinto el imputado custodiado por al menos ocho policías, que permanecieron en lugar y otros tantos afuera.
Al fin con casi una hora de diferencia a lo estipulado franquearon el paso para hacerse presente el “excelentísimo” Tribunal en lo Criminal Nº 2, a cargo de los jueces Alejandro Salvador Cantaro, María Eloísa Errea de Watkins y Claudia Cecilia Fortunatti. Así se dio inicio al debate.
Comenzó dando su posición el fiscal Christian Long, hizo alusión a los declarado por los testigos en las jornadas de ayer y del miércoles, dándole especial ímpetu a las respuestas que precisó el cuñado de Martín, Pablo Maldonado, las cuales fueron determinante para su postura y consideración a la hora de solicitar la escala penal para el imputado, pidiendo en primer instancia la pena mayor, ergo Prisión Perpetua, por creer que Luciano a la hora de llevar a cabo el homicidio actuó con alevosía (art.80, inc.2 Código Penal.; para que se entienda, se cree que Luciano actuó aprovechándose del estado de indefensión de la víctima y así ejecutar el hecho y que ello no irrogue ningún perjuicio para sí) y en ocasión de robo (art.80, inc.7; al apoderarse del auto perteneciente a la víctima y todo el dinero con el que contaba, quiso hacer alarde de su impunidad deshaciéndose de la víctima).
Añadió, a la perpetuidad de la condena que exigía, en caso de detrimento por parte de los jueces, se aplique subsidiariamente y en conformidad con los art.40 y 41(siempre hablando de lo que establece el Código Penal) y desconociéndose en sus casos los agravantes, la pena de 23 años por tratarse de homicidio simple (art.79). Los familiares de la víctima permanecieron sollozantes ante cada descripción que hacia el fiscal de la manera en que se perpetró el hecho.
Luego llegó el turno de la abogada querellante (para que sea más cristalina la descripción, se refiere al particular damnificado por un delito, en este caso la familia Pianesi) Pedersen, que valiéndose, de la mencionada declaración de Maldonado, esgrimió como argumentos, las respuestas orales que presentaron al hecho el oficial Germán Streitenberger y la subteniente Carmen Sandra Urruti, la pericia realizada conforme a la autopsia y la declaración de especialista en toxicologías, para exigir también la pena máxima.
Llegó el turno de la defensa, dirigida por el doctor Eduardo Zalba quien arguye, máxime haciendo aquiescencia del delito cometido por Martín, el propio se dio en grado simple (art.79 C.P. escala penal de 8 a 25 años), desvirtuando los agravantes aludidos por las partes contrarias, por creer que carecían de mérito las pruebas presentadas, pidiendo como pena el mínimo de la misma para este delito, que oscilaría entre los 8 y 10 años, aludiendo como atenuantes: la escasa edad de Luciano, el carecer de antecedentes penales y no haber entorpecido la investigación, fue tajante con su confesión del hecho, en contraposición a la no declaración que le pedía su defensor ocurrida el año pasado, lo cual cree que debe ser tenida en cuenta por los magistrados a la hora de dar sus veredictos.
Pasadas las 11, el presidente del tribunal Cantaro, abrió cuarto intermedio hasta el día jueves 23 a las 9:15 (¿?), momento en que se dictará sentencia a este caso, momento en que, ahora sí, y definitivamente, el joven Luciano Rodrigo Martín tendrá la última palabra.
Esta nueva jornada, correspondiente a los alegatos, esto es la valuación que hacen las partes de los elementos probatorios, y que luego da lugar a la sentencia final, estaba programada para las 9:30. Con algo de retraso hicimos ingreso a la Sala de audiencias Nº 2, con mi compañero de estudio Leandro Pérez, luego de dar paso a los familiares de las partes.
Pasadas las 10 apareció en el recinto el imputado custodiado por al menos ocho policías, que permanecieron en lugar y otros tantos afuera.
Al fin con casi una hora de diferencia a lo estipulado franquearon el paso para hacerse presente el “excelentísimo” Tribunal en lo Criminal Nº 2, a cargo de los jueces Alejandro Salvador Cantaro, María Eloísa Errea de Watkins y Claudia Cecilia Fortunatti. Así se dio inicio al debate.
Comenzó dando su posición el fiscal Christian Long, hizo alusión a los declarado por los testigos en las jornadas de ayer y del miércoles, dándole especial ímpetu a las respuestas que precisó el cuñado de Martín, Pablo Maldonado, las cuales fueron determinante para su postura y consideración a la hora de solicitar la escala penal para el imputado, pidiendo en primer instancia la pena mayor, ergo Prisión Perpetua, por creer que Luciano a la hora de llevar a cabo el homicidio actuó con alevosía (art.80, inc.2 Código Penal.; para que se entienda, se cree que Luciano actuó aprovechándose del estado de indefensión de la víctima y así ejecutar el hecho y que ello no irrogue ningún perjuicio para sí) y en ocasión de robo (art.80, inc.7; al apoderarse del auto perteneciente a la víctima y todo el dinero con el que contaba, quiso hacer alarde de su impunidad deshaciéndose de la víctima).
Añadió, a la perpetuidad de la condena que exigía, en caso de detrimento por parte de los jueces, se aplique subsidiariamente y en conformidad con los art.40 y 41(siempre hablando de lo que establece el Código Penal) y desconociéndose en sus casos los agravantes, la pena de 23 años por tratarse de homicidio simple (art.79). Los familiares de la víctima permanecieron sollozantes ante cada descripción que hacia el fiscal de la manera en que se perpetró el hecho.
Luego llegó el turno de la abogada querellante (para que sea más cristalina la descripción, se refiere al particular damnificado por un delito, en este caso la familia Pianesi) Pedersen, que valiéndose, de la mencionada declaración de Maldonado, esgrimió como argumentos, las respuestas orales que presentaron al hecho el oficial Germán Streitenberger y la subteniente Carmen Sandra Urruti, la pericia realizada conforme a la autopsia y la declaración de especialista en toxicologías, para exigir también la pena máxima.
Llegó el turno de la defensa, dirigida por el doctor Eduardo Zalba quien arguye, máxime haciendo aquiescencia del delito cometido por Martín, el propio se dio en grado simple (art.79 C.P. escala penal de 8 a 25 años), desvirtuando los agravantes aludidos por las partes contrarias, por creer que carecían de mérito las pruebas presentadas, pidiendo como pena el mínimo de la misma para este delito, que oscilaría entre los 8 y 10 años, aludiendo como atenuantes: la escasa edad de Luciano, el carecer de antecedentes penales y no haber entorpecido la investigación, fue tajante con su confesión del hecho, en contraposición a la no declaración que le pedía su defensor ocurrida el año pasado, lo cual cree que debe ser tenida en cuenta por los magistrados a la hora de dar sus veredictos.
Pasadas las 11, el presidente del tribunal Cantaro, abrió cuarto intermedio hasta el día jueves 23 a las 9:15 (¿?), momento en que se dictará sentencia a este caso, momento en que, ahora sí, y definitivamente, el joven Luciano Rodrigo Martín tendrá la última palabra.
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