El sol deja caer impiadosos sus potentes rayos sobre la llanura bonaerense, el agua no nos visita desde hace tiempo y el cielo parece dispuesto a no ensuciarse con el negro de la tormenta.
Los girasoles contradicen su existencia y se resignan a mirar hacia lo alto, se muestran endebles y en la pulseada por subsistir deben agachar la cabeza ante el absorbente calor que los debilita.
La famosa soja luce de cuarta, no puede levantar altiva su follaje y aparece “retenida” por decisiones de arriba, esta vez las que dicta implacable la naturaleza.
Lagunas tradicionales son un dibujo pintado en tonos oscuros, de su existencia solo una mancha enorme dominando el escenario y lejos marcharon las aves que en otros días bañaban feliz su condición de habituales visitantes.
No sólo los sembrados sienten el impacto de una arrolladora sequía, los animales carecen de pasturas naturales, mientras que los sustitutos rollos cubren – según las disponibilidades- la carencia de un alimento vital.
Los costados de las rutas y caminos vecinales muestran vacas y sus crías buscando desesperadamente el tesoro de algún pedazo de pasto oculto.
La fauna silvestre parece desaparecida, alguna liebre corre como dejando señales de humo al tocar sus patas los oscuros terrones de un suelo resquebrajado y herido.
Las abejas, fieles productoras y disciplinadas trabajadoras no pueden endulzar sus colmenas y sus viajes en búsqueda de néctar se convierten en fracasadas incursiones.
Las tucuras encontraron ámbito propicio para su expansión, produciendo irreparables daños. Las tareas de fumigación conjunta le asestaron duro golpe a la plaga invasora y solo algunas persisten en sus ataques.
Memoriosos chacareros de ayer recuerdan de otros tiempos, comentan de “famosas secas”, ubicando a ésta como una de las más notorias.
Los productores de hoy, cercanos a la modernización y la tecnología consultan pronósticos, ingresan a través de la red a distintos servicios.
Los Ingenieros Agrónomos repiten conceptos, agotan sugerencias ante clientes que asemejan pacientes en un consultorio, a la espera de respuestas que solamente la naturaleza tiene.
Se agotan instancias y se observan con resignación casilleros en blanco en las tablas de registro. Ante la necesidad de milimetrajes importantes se recurre como última alternativa a la fe, pidiendo en oraciones para que la bendición llegue en salvadoras gotas.
Los caminos sacan a relucir las piedras que agazapadas esperaban su oportunidad de herir neumáticos y obstaculizar la marcha de mucha gente.
Las calles de tierra de la ciudad y las localidades no se contentan con el riego programado, mientras que los vecinos del lugar reclaman por una cobertura que nunca alcanza para atender una demanda sin precedentes.
La tierra molesta y detestable se gana en cada rincón, la escoba busca expulsarla pero siempre vuelve; mientras que muchos ojos se enrojecen por el frotar de dedos buscando quitar tan desagradable visita.
Mientras estas postales se multiplican surgen contundentes datos, como los proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional, calificando a la situación en el distrito de Coronel Dorrego como “extremadamente más seca de lo habitual”.
Desde hace días se llenan planillas en la Municipalidad local para la declaración de emergencia o desastre, por el primer semestre de 2008.
Se esperan ayudas que a otros municipios llegan.
Se escuchan y leen noticias.
Surgen anuncios.
De la lluvia ninguna novedad.
Esta vez la sequía se suma a la agenda del conflicto Ejecutivo Nacional y campo.
En la víspera se conocieron algunos anuncios en la voz de la propia Presidenta y como se esperaba, en la pelea “a dentelladas” cual perros y gatos en la que están ambos sectores, fueron dispares las opiniones:Para el gobierno fueron importantes, claves y alentadoras las decisiones tomadas. Para gran parte de la dirigencia del agro: “parches poco convincentes”.
Sobre los anuncios textualmente señala el diario La Nación: “Ayer, después de tres semanas de evaluación y fuertes discusiones, el Gobierno decretó la emergencia agropecuaria por seis meses, que incluirá, entre otros beneficios, la prórroga por un año en el pago de ganancias, ganancia presunta y bienes personales.
A partir de la medida, que se publicó en el Boletín Oficial de hoy, los productores que acrediten una pérdida de por lo menos el 50 por ciento de su cosecha por la sequía sólo deberán abonar esos tributos correspondientes a este año el 1° de febrero de 2010.
Además de la declaración de emergencia por sequía, la Presidenta decidió, también por decreto, la eliminación del pago por la carta de porte, el formulario que deben llenar los productores para transportar sus granos.
Con el decreto 34, también publicado hoy, el sistema pasa a ser gratuito y representará, según dijo la jefa del Estado, un ahorro para el sector agropecuario de 200 millones de pesos. Lo cierto es que, no obstante, esa medida nunca había sido un reclamo del campo.
Fue Ricardo Echegaray, flamante titular de la AFIP, el que salió a defender la medida anunciada ayer por la Presidenta y a cuestionar al sector, al asegurar que las entidades "deberían estar festejando" la decisión de disponer la gratuidad de las cartas de porte para los productores agropecuarios.
Eduardo Buzzi, por su parte, volvió a cuestionar los anuncios y llamó a evaluarlos "con cuidado". "Tenemos que tener cuidado con los mensajes que llegan a la sociedad, poner en claro que lo que se decidió ayer está contemplado por una ley y que no hay condonación de impuestos, sino que se difiere el pago".
Jorge Srodek planteó sus reparos frente a la declaración de emergencia agropecuaria.
"Que nadie se confunda: el tema de las retenciones queda absolutamente vivito y coleando, y que nadie tampoco se confunda: siguen estando manipulados los valores de la hacienda en pie, del trigo, de la leche, del maíz, entre otros productos", advirtió el dirigente.
En declaraciones a radio Continental, dijo tener la sensación de que el anuncio de Cristina Kirchner es "una medida tomada en la dirección adecuada" y pronosticó que tendrá "efectos inmediatos".
De todas maneras, advirtió: "Vamos a ver bien la letra chica. Como medida no es mala. Sin embargo se siguen generando ironías y contrasentidos cuando el Gobierno toma medidas hacia el campo. Por un lado sale esa medida, pero por el otro seguimos con el mercado intervenido y seguimos tributando enormes retenciones, que no es más que una expropiación".
Mientras el calor del verano sigue derritiendo ilusiones y la lluvia mantiene impertérrita su “piquete”, la “doble sequía” va ganando terreno a pasos agigantados: la de los campos surge lapidaria y casi terminal… la de los bolsillos, preocupante y aterradora.
Los girasoles contradicen su existencia y se resignan a mirar hacia lo alto, se muestran endebles y en la pulseada por subsistir deben agachar la cabeza ante el absorbente calor que los debilita.
La famosa soja luce de cuarta, no puede levantar altiva su follaje y aparece “retenida” por decisiones de arriba, esta vez las que dicta implacable la naturaleza.
Lagunas tradicionales son un dibujo pintado en tonos oscuros, de su existencia solo una mancha enorme dominando el escenario y lejos marcharon las aves que en otros días bañaban feliz su condición de habituales visitantes.
No sólo los sembrados sienten el impacto de una arrolladora sequía, los animales carecen de pasturas naturales, mientras que los sustitutos rollos cubren – según las disponibilidades- la carencia de un alimento vital.
Los costados de las rutas y caminos vecinales muestran vacas y sus crías buscando desesperadamente el tesoro de algún pedazo de pasto oculto.
La fauna silvestre parece desaparecida, alguna liebre corre como dejando señales de humo al tocar sus patas los oscuros terrones de un suelo resquebrajado y herido.
Las abejas, fieles productoras y disciplinadas trabajadoras no pueden endulzar sus colmenas y sus viajes en búsqueda de néctar se convierten en fracasadas incursiones.
Las tucuras encontraron ámbito propicio para su expansión, produciendo irreparables daños. Las tareas de fumigación conjunta le asestaron duro golpe a la plaga invasora y solo algunas persisten en sus ataques.
Memoriosos chacareros de ayer recuerdan de otros tiempos, comentan de “famosas secas”, ubicando a ésta como una de las más notorias.
Los productores de hoy, cercanos a la modernización y la tecnología consultan pronósticos, ingresan a través de la red a distintos servicios.
Los Ingenieros Agrónomos repiten conceptos, agotan sugerencias ante clientes que asemejan pacientes en un consultorio, a la espera de respuestas que solamente la naturaleza tiene.
Se agotan instancias y se observan con resignación casilleros en blanco en las tablas de registro. Ante la necesidad de milimetrajes importantes se recurre como última alternativa a la fe, pidiendo en oraciones para que la bendición llegue en salvadoras gotas.
Los caminos sacan a relucir las piedras que agazapadas esperaban su oportunidad de herir neumáticos y obstaculizar la marcha de mucha gente.
Las calles de tierra de la ciudad y las localidades no se contentan con el riego programado, mientras que los vecinos del lugar reclaman por una cobertura que nunca alcanza para atender una demanda sin precedentes.
La tierra molesta y detestable se gana en cada rincón, la escoba busca expulsarla pero siempre vuelve; mientras que muchos ojos se enrojecen por el frotar de dedos buscando quitar tan desagradable visita.
Mientras estas postales se multiplican surgen contundentes datos, como los proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional, calificando a la situación en el distrito de Coronel Dorrego como “extremadamente más seca de lo habitual”.
Desde hace días se llenan planillas en la Municipalidad local para la declaración de emergencia o desastre, por el primer semestre de 2008.
Se esperan ayudas que a otros municipios llegan.
Se escuchan y leen noticias.
Surgen anuncios.
De la lluvia ninguna novedad.
Esta vez la sequía se suma a la agenda del conflicto Ejecutivo Nacional y campo.
En la víspera se conocieron algunos anuncios en la voz de la propia Presidenta y como se esperaba, en la pelea “a dentelladas” cual perros y gatos en la que están ambos sectores, fueron dispares las opiniones:Para el gobierno fueron importantes, claves y alentadoras las decisiones tomadas. Para gran parte de la dirigencia del agro: “parches poco convincentes”.
Sobre los anuncios textualmente señala el diario La Nación: “Ayer, después de tres semanas de evaluación y fuertes discusiones, el Gobierno decretó la emergencia agropecuaria por seis meses, que incluirá, entre otros beneficios, la prórroga por un año en el pago de ganancias, ganancia presunta y bienes personales.
A partir de la medida, que se publicó en el Boletín Oficial de hoy, los productores que acrediten una pérdida de por lo menos el 50 por ciento de su cosecha por la sequía sólo deberán abonar esos tributos correspondientes a este año el 1° de febrero de 2010.
Además de la declaración de emergencia por sequía, la Presidenta decidió, también por decreto, la eliminación del pago por la carta de porte, el formulario que deben llenar los productores para transportar sus granos.
Con el decreto 34, también publicado hoy, el sistema pasa a ser gratuito y representará, según dijo la jefa del Estado, un ahorro para el sector agropecuario de 200 millones de pesos. Lo cierto es que, no obstante, esa medida nunca había sido un reclamo del campo.
Fue Ricardo Echegaray, flamante titular de la AFIP, el que salió a defender la medida anunciada ayer por la Presidenta y a cuestionar al sector, al asegurar que las entidades "deberían estar festejando" la decisión de disponer la gratuidad de las cartas de porte para los productores agropecuarios.
Eduardo Buzzi, por su parte, volvió a cuestionar los anuncios y llamó a evaluarlos "con cuidado". "Tenemos que tener cuidado con los mensajes que llegan a la sociedad, poner en claro que lo que se decidió ayer está contemplado por una ley y que no hay condonación de impuestos, sino que se difiere el pago".
Jorge Srodek planteó sus reparos frente a la declaración de emergencia agropecuaria.
"Que nadie se confunda: el tema de las retenciones queda absolutamente vivito y coleando, y que nadie tampoco se confunda: siguen estando manipulados los valores de la hacienda en pie, del trigo, de la leche, del maíz, entre otros productos", advirtió el dirigente.
En declaraciones a radio Continental, dijo tener la sensación de que el anuncio de Cristina Kirchner es "una medida tomada en la dirección adecuada" y pronosticó que tendrá "efectos inmediatos".
De todas maneras, advirtió: "Vamos a ver bien la letra chica. Como medida no es mala. Sin embargo se siguen generando ironías y contrasentidos cuando el Gobierno toma medidas hacia el campo. Por un lado sale esa medida, pero por el otro seguimos con el mercado intervenido y seguimos tributando enormes retenciones, que no es más que una expropiación".
Mientras el calor del verano sigue derritiendo ilusiones y la lluvia mantiene impertérrita su “piquete”, la “doble sequía” va ganando terreno a pasos agigantados: la de los campos surge lapidaria y casi terminal… la de los bolsillos, preocupante y aterradora.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario