He sido critico de la creación de cargos en el ámbito municipal; una costumbre impuesta en la gestión radical a partir de 1.999, por dos razones: por considerar que se necesita un estado ágil, expeditivo y menos burocrático y fundamentalmente porque muchas de esas estructuras (varias después se eliminaron o sustituyeron) tenían como principal propósito responder a compromisos partidarios o de campaña.
Sigo sin apartarme de la idea de una estructura administrativa más reducida que la actual, con la aspiración que alguna vez las autoridades produzcan la adecuación de su organigrama, modificando algunas jerarquías y eliminando otras.
A partir de esta visión y sin que suene a contradicción, considero como positiva la decisión del armado de una Oficina de Turismo en el ámbito comunal, la que a mi modesto entender y atento a la trascendencia futura que puede tener el tema, bien merecería elevar sus facultades a la condición de Dirección.
Acertada resultó la designación de la Licenciada, Victoria Agriello, una joven profesional que ha recorrido gran parte del mundo, asimilando conocimientos (que no exhibe pomposamente) y que a puesto al servicio de la comunidad con mucho esfuerzo y dedicación.
Su condición de “contratada” no ha sido impedimento para trazar una línea de acción positiva, no ahorrando energías e iniciativas en la búsqueda de instalar en el contexto de la provincia la marca: “Coronel Dorrego”.
Justo es destacar que resulta importante contar con el apoyo y acompañamiento de Delia Ruiz (Pochi) que desde la práctica y con mucho sentido común cumplió una tarea importante, jugando un rol de “adelantada” cuando años atrás se produjo su desembarco en un Balneario Marisol ávido de ser tenido en consideración.
La “industria sin chimeneas” tiene en el país un abanico de posibilidades, que surgen de sus particularidades climáticas y geográficas; como así también de la amplia variedad de paisajes y la gama atrapante de historias, hechos y personajes que son parte de nuestros usos y costumbres.
No es menos cierto que han faltado los apoyos y políticas claras para impulsar decididamente esta alternativa, que además resulta generadora de importantes recursos y mano de obra.
La estratégica ubicación de Coronel Dorrego, actuando como enlace del denominado “Circuito Mar y Sierras” otorga al distrito el privilegio de ser paso obligado para miles de viajeros.
La conveniente difusión de nuestras bellezas naturales: río, mar y llanura; como así también la identidad de tradición surera que nos identifica, resultan alternativas seductoras para los visitantes, los que cada vez en mayor número llegan a nuestro pago.
La pendiente ruta asfáltica que acorte la distancia con Oriente, desde hace décadas postergada, se constituiría en clave para cerrar múltiples opciones de paisaje; acortando considerablemente distancias y quizás tendiendo “el puente necesario” que unifique criterios, intenciones y afinidades (que a veces parecen distantes) entre dorreguenses y orientales.
La instalación de la Oficina de Turismo (pequeño espacio que da sobre la Avenida Fuertes) sirve no solo como vidriera informativa, sino que desde su interior, en forma silenciosa pero sin pausas, se elaboraron distintas acciones que dieron otro impulso a la tarea desarrollada.
Mantener presencia en Ferias de gran renombre como la FEBAT y otras, posibilitó contactos y una difusión masiva (a bajos costos).
Acceder a los medios de comunicación de alcance nacional obtuvo efectos positivos, mostrando lugares para muchos desconocidos e incluyendo detalles del acontecimiento que nos da un nombre en materia de eventos populares: “La Fiesta Provincial de la Llanuras”.
El apoyo a alternativas complementarias (pero no desdeñables) como el turismo de estancia, la conformación de grupos de trabajo y el asesoramiento técnico forman parte de acciones que marcharon en el camino correcto.
La denominada “ruta del Olivo” es otra posibilidad a considerar dentro de las opciones disponibles; donde la anunciada primera fiesta de esta actividad productiva puede potenciar las bondades de nuestras tierras, de igual modo que brindar una nueva opción en la agenda de visitas.
Los cambios producidos en materia de señalización, con una cartelería nueva y atractiva y la facilidad de accesos a lugares muchas veces inaccesibles son mojones importantes: observados positivamente por mucha gente que “no sabía como llegar” a sitios de enorme belleza natural o contenido histórico.
Aunque escasa (por las erogaciones que demanda) la folletería implementada es otro punto a favor, la cual tendrá que ampliarse, del mismo modo que otros souvenires que permitan un masivo alcance en cuanto a su distribución. Un mayor presupuesto para el área implicará el desarrollo de nuevas estrategias y la consolidación de las actuales.
Pero no es de exclusiva responsabilidad del municipio cargarse la mochila de nuevas inversiones, los sectores privados deben poner lo suyo, tanto desde el esfuerzo, el acompañamiento, como así también desde el mejoramiento de sus servicios y la incorporación de otros.
En tal sentido pudo observarse días atrás en Marisol, un importante crecimiento en materia de edificaciones particulares y comerciales.
En lo concerniente a la faz oficial, la remodelación del parador que linda con la playa se anota dentro de las realizaciones, a la cual debe agregarse la firma del convenio respectivo para la obra de la Oficina de Turismo en la Villa.
Es necesario también que nos pongamos “la camiseta dorreguense”, no desde la imposición, sino desde el interés genuino de poder conocer y querer nuestro lugar.
Varias son las posibilidades para poder compartir, las que en breve referencia me permito citar:
Para los amantes de la pesca enorme variedad de especies, donde lagunas, río, mar y la boca proponen excursiones felices y para poder disfrutar.
Entre los atractivos naturales se destaca la Cascada “Cifuentes”, con sus enormes saltos y un entorno especial de flora y fauna; mientras que la amplitud de playas y la casi nula edificación costera brindan un inmejorable espacio donde el medio ambiente se preserva al máximo.
La historia y la leyenda se reviven en el Puente Viejo, el Molino de las Rosas, la Hidroeléctrica o la cueva del Tigre.
No debe olvidarse que investigadores internacionales calificaron como incalculable el valor arqueológico de los Yacimientos detectados en las márgenes del Quequén.
Asimismo algunos productores han abierto las tranqueras de sus campos, ofreciendo hospedaje y atención en antiguas y bien cuidadas instalaciones. Ideales para aquellos que buscan sosiego y autenticidad.
A partir de poder apreciar en plenitud lo que tenemos, resultará más fácil ser multiplicadores del mensaje y tal como lo dice Carlos Ceretti en su magnifica canción “Ojitos color a chico de campo”, podremos invitar a muchos foráneos y también lugareños a “darse una vueltita por Dorrego”.
Sigo sin apartarme de la idea de una estructura administrativa más reducida que la actual, con la aspiración que alguna vez las autoridades produzcan la adecuación de su organigrama, modificando algunas jerarquías y eliminando otras.
A partir de esta visión y sin que suene a contradicción, considero como positiva la decisión del armado de una Oficina de Turismo en el ámbito comunal, la que a mi modesto entender y atento a la trascendencia futura que puede tener el tema, bien merecería elevar sus facultades a la condición de Dirección.
Acertada resultó la designación de la Licenciada, Victoria Agriello, una joven profesional que ha recorrido gran parte del mundo, asimilando conocimientos (que no exhibe pomposamente) y que a puesto al servicio de la comunidad con mucho esfuerzo y dedicación.
Su condición de “contratada” no ha sido impedimento para trazar una línea de acción positiva, no ahorrando energías e iniciativas en la búsqueda de instalar en el contexto de la provincia la marca: “Coronel Dorrego”.
Justo es destacar que resulta importante contar con el apoyo y acompañamiento de Delia Ruiz (Pochi) que desde la práctica y con mucho sentido común cumplió una tarea importante, jugando un rol de “adelantada” cuando años atrás se produjo su desembarco en un Balneario Marisol ávido de ser tenido en consideración.
La “industria sin chimeneas” tiene en el país un abanico de posibilidades, que surgen de sus particularidades climáticas y geográficas; como así también de la amplia variedad de paisajes y la gama atrapante de historias, hechos y personajes que son parte de nuestros usos y costumbres.
No es menos cierto que han faltado los apoyos y políticas claras para impulsar decididamente esta alternativa, que además resulta generadora de importantes recursos y mano de obra.
La estratégica ubicación de Coronel Dorrego, actuando como enlace del denominado “Circuito Mar y Sierras” otorga al distrito el privilegio de ser paso obligado para miles de viajeros.
La conveniente difusión de nuestras bellezas naturales: río, mar y llanura; como así también la identidad de tradición surera que nos identifica, resultan alternativas seductoras para los visitantes, los que cada vez en mayor número llegan a nuestro pago.
La pendiente ruta asfáltica que acorte la distancia con Oriente, desde hace décadas postergada, se constituiría en clave para cerrar múltiples opciones de paisaje; acortando considerablemente distancias y quizás tendiendo “el puente necesario” que unifique criterios, intenciones y afinidades (que a veces parecen distantes) entre dorreguenses y orientales.
La instalación de la Oficina de Turismo (pequeño espacio que da sobre la Avenida Fuertes) sirve no solo como vidriera informativa, sino que desde su interior, en forma silenciosa pero sin pausas, se elaboraron distintas acciones que dieron otro impulso a la tarea desarrollada.
Mantener presencia en Ferias de gran renombre como la FEBAT y otras, posibilitó contactos y una difusión masiva (a bajos costos).
Acceder a los medios de comunicación de alcance nacional obtuvo efectos positivos, mostrando lugares para muchos desconocidos e incluyendo detalles del acontecimiento que nos da un nombre en materia de eventos populares: “La Fiesta Provincial de la Llanuras”.
El apoyo a alternativas complementarias (pero no desdeñables) como el turismo de estancia, la conformación de grupos de trabajo y el asesoramiento técnico forman parte de acciones que marcharon en el camino correcto.
La denominada “ruta del Olivo” es otra posibilidad a considerar dentro de las opciones disponibles; donde la anunciada primera fiesta de esta actividad productiva puede potenciar las bondades de nuestras tierras, de igual modo que brindar una nueva opción en la agenda de visitas.
Los cambios producidos en materia de señalización, con una cartelería nueva y atractiva y la facilidad de accesos a lugares muchas veces inaccesibles son mojones importantes: observados positivamente por mucha gente que “no sabía como llegar” a sitios de enorme belleza natural o contenido histórico.
Aunque escasa (por las erogaciones que demanda) la folletería implementada es otro punto a favor, la cual tendrá que ampliarse, del mismo modo que otros souvenires que permitan un masivo alcance en cuanto a su distribución. Un mayor presupuesto para el área implicará el desarrollo de nuevas estrategias y la consolidación de las actuales.
Pero no es de exclusiva responsabilidad del municipio cargarse la mochila de nuevas inversiones, los sectores privados deben poner lo suyo, tanto desde el esfuerzo, el acompañamiento, como así también desde el mejoramiento de sus servicios y la incorporación de otros.
En tal sentido pudo observarse días atrás en Marisol, un importante crecimiento en materia de edificaciones particulares y comerciales.
En lo concerniente a la faz oficial, la remodelación del parador que linda con la playa se anota dentro de las realizaciones, a la cual debe agregarse la firma del convenio respectivo para la obra de la Oficina de Turismo en la Villa.
Es necesario también que nos pongamos “la camiseta dorreguense”, no desde la imposición, sino desde el interés genuino de poder conocer y querer nuestro lugar.
Varias son las posibilidades para poder compartir, las que en breve referencia me permito citar:
Para los amantes de la pesca enorme variedad de especies, donde lagunas, río, mar y la boca proponen excursiones felices y para poder disfrutar.
Entre los atractivos naturales se destaca la Cascada “Cifuentes”, con sus enormes saltos y un entorno especial de flora y fauna; mientras que la amplitud de playas y la casi nula edificación costera brindan un inmejorable espacio donde el medio ambiente se preserva al máximo.
La historia y la leyenda se reviven en el Puente Viejo, el Molino de las Rosas, la Hidroeléctrica o la cueva del Tigre.
No debe olvidarse que investigadores internacionales calificaron como incalculable el valor arqueológico de los Yacimientos detectados en las márgenes del Quequén.
Asimismo algunos productores han abierto las tranqueras de sus campos, ofreciendo hospedaje y atención en antiguas y bien cuidadas instalaciones. Ideales para aquellos que buscan sosiego y autenticidad.
A partir de poder apreciar en plenitud lo que tenemos, resultará más fácil ser multiplicadores del mensaje y tal como lo dice Carlos Ceretti en su magnifica canción “Ojitos color a chico de campo”, podremos invitar a muchos foráneos y también lugareños a “darse una vueltita por Dorrego”.