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"La vigencia de Cambalache", por Hugo C. Segurola

Ya nada parece sorprender en el terreno de la política.

Lo que se escribe con la mano se borra (sin inmutarse) con el codo.

Aquello que es norma se suplanta por conveniencia circunstancial, sin importar la existencia de leyes y disposiciones.

La palabra, que en otros tiempos reunía características de documento, se acomoda a la realidad del momento y poco o nada interesa su cumplimiento.

Aunque en lo personal no me disguste la decisión de adelantar las elecciones, no es menos cierto que tal acción trastocó fechas debidamente previstas, encorsetando a algunos sectores de la oposición y adecuando el calendario electoral a las urgencias de las actuales autoridades.

En la constante aparición de frases y definiciones que hacen a la actividad proselitista, el Frente para la Victoria pretende instaurar nuevas-viejas postulaciones, a través de las denominadas: “candidaturas testimoniales”.

Con el fin de no desperdigar votos y de contener un electorado: molesto, malhumorado y en muchos casos dispuesto a expresar “su castigo en las urnas”, se pretende que Gobernadores e Intendentes se pongan al frente de las boletas, no solo para respaldar el actual proceso sino también para ejercer presión directa sobre los votantes; esgrimiendo razones de estado al plebiscitar una gestión para la cual la propia ciudadanía le otorgó mandato por dos años más.

Si logran buenos resultados electorales no habrán de asumir sus bancas, dando lugar para que “otros”, que vienen colgados de la lista sabana vean facilitado su ingreso a las Cámaras Legislativas o Concejos Deliberantes.

Si hacen una mala elección, ninguno se irá a la casa; recordando en ese momento: “la responsabilidad conferida por la gente en 2007…”

La posibilidad que Daniel Scioli se ponga al frente de la lista del oficialismo crece, de igual modo algunos jefes comunales han mencionado su alistamiento para esta misión.

Basado en su buen perfil, en resultar “políticamente correcto” y ser bien mirado por sectores “paquetes y poderosos”, el ex moto nauta ha resultado una especie de escudo protector de los popes del P.J.

Tanto Menem, Duhalde, Kirchner, como Cristina Fernández le han otorgado lugares preponderantes, considerando clave su buena imagen, importando poco las cuestiones ideológicas.

Scioli que tiene demasiados problemas en la administración de la estratégica Provincia de Buenos Aires: crisis del campo, desempleo, inseguridad, Dengue y una menguada Coparticipación; pasaría a verse envuelto en una trama que lo tiene como protagonista central, desentendiéndose de sus responsabilidades ejecutivas e inmerso en una puja electoral, que no va de la mano de sus deseos, sino de la estrategia del titular del Justicialismo, Néstor Kirchner.

La oposición tampoco se queda atrás en pergeñar maniobras y acciones que le permitan “llevar agua a su molino”.

Felipe Solá ex compañero de ruta del Kirchnerismo, vuelve a ser candidato para un cargo que actualmente ejerce y que recién finaliza en 2011.

Bajo el pretexto de buscar la aprobación de su labor, ahora desde las filas del PJ disidente, no quiere dejar pasar una oportunidad que puede abrir o cerrar puertas de cara a las próximas presidenciales.

Jorge Srodek (un dirigente que valoro y respeto), señala que su intención es “no meterse en las definiciones locales”, cuando en reiteradas ocasiones habló de la importancia de mirar hacia Buenos Aires desde los municipios.

En sus deseos (no disimulados) de ser Diputado, parece importarle poco si ésta es una banca nacional o provincial.

Sus fluidos contactos y su condición de gremialista (por la patronal rural) lo ponen cerca de lograr su propósito de representación pública.

Las experiencias anteriores resultaron negativas: tanto cuando jugó en la interna del PJ, acompañando a Alejandra Aristegui, como cuando a pesar de los 7.000 votos quedó muy lejos de un escaño en el Senado provincial.

Aldo Mensi, constantemente respaldado por el electorado de Coronel Pringles y con dos años para terminar su nuevo mandato, se metió de lleno en la interna radical, dispuesto a encabezar la lista seccional.

No pocos radicales sienten como propio (equivocadamente) las grandes muestras de afecto y reconocimiento a la figura del ex Presidente, Raúl Alfonsín.

Algunos intentan sacar provecho de esa circunstancia, citando las virtudes del respetado líder, olvidando lo mucho que lo combatieron en vida.

Un párrafo aparte para la actitud ambivalente del Vicepresidente, Julio César Cleto Cobos, que sigue prendado de su “voto no positivo”; con in disimuladas pretensiones electoralistas, como único (y escaso) argumento de liderazgo.

Se fue del radicalismo tentado por el llamado “K”; cumpliendo hoy un poco constructivo papel de opositor, sin apartarse de su cargo, fiel a su rol de “bueno” entre los “malos” de un gobierno que él también representa, al que sigue perteneciendo y acompañando.

Nada parece inmutar al cuyano en sus propósitos personales, tampoco: la desconsideración, humillación y ostracismo al que lo someten.

Un capitulo más de este grotesco, lo da el fallo de las autoridades partidarias, “devolviéndole a futuro su identidad radical”: cuando rompa su relación con el Kirchnerismo, algo que el ex Gobernador mendocino no está dispuesto a concretar…

Los partidos políticos desde hace tiempo, dejaron de ser Escuela de Dirigentes.

Lejos quedaron las jornadas de adoctrinamiento, las charlas, los debates y los foros de discusión.

La militancia pasó a ser una mala palabra.

Los afiliados son convocados para “cuestiones habitualmente resueltas de antemano” y hoy las candidaturas resultan virtuales.

Lo que en otros tiempos se resolvía en movilizadoras internas o ruidosas asambleas, se define con Encuestas.

La selección de los nombres obedece a determinadas pautas, donde disponer de una profesión o ser exitosos en sus actividades, otorga un plus de ventaja sobre el resto.

Lo que gusta, quiere y acepta “la gente” va marcando el rumbo de los dirigentes.

Importa también el impacto mediático, testeándose en forma constante “lo que mide” cada candidato o dirigente.

Los políticos no escapan a las generalidades de una sociedad: cambiante, contradictoria y muchas veces camaleónica.

Quizás por éstas y otras razones, la gran creación de Enrique Santos Discepolo (“Cambalache”), siga teniendo plena y lastimosa vigencia…