Lo que vamos a comentar en estas líneas, es el resultado del último trabajo realizado tendiente a evaluar algunos aspectos de nuestra comunicación institucional.
A los efectos que más adelante detallamos, se pusieron en ejecución los conceptos adquiridos y recomendados, en el último curso de “Estrategias de Comunicación para Bibliotecas Populares” dictado por la CONABIP, en la ciudad de Bahía Blanca, al que asistimos algunos integrantes de nuestra Biblioteca.
Así fue, que atentos a la necesidad de evaluar y mejorar los niveles de comunicación institucional, planificamos la ejecución de un ejercicio, tendiente a determinar el grado de eficiencia (impacto comunicacional), que sobre nuestros socios, público, personal y miembros de nuestra comisión directiva (no advertidos del “ejercicio”), tendría la implementación de un sistema de comunicación interna, basado en sencillas carteleras, pero diseñadas con el criterio sugerido por nuestros maestros.
El primer objetivo, fue detectar los lugares más adecuados para ubicar las carteleras y donde situar los anuncios gráficos, destinados a comunicar mensajes o ideas, dirigidos a cada grupo de interesados en particular.
Para ubicar correctamente estos “puntos”, se colocaron carteles en los espacios de permanencia, sectores de tránsito y pasillos de acceso.
El segundo objetivo, fue determinar y analizar, las diferentes INTERPRETACIONES y posteriores REACCIONES, que una misma palabra ó frase, podría generar, sobre las diferentes personas que los llegarían a ver y comentar.
La primera frase elegida, impresa sobre papel blanco, tamaño A4, con tipografía Arial tamaño 120, color negro, fue “Prohibido NO pasar”.
Al contraste del color (negro sobre fondo blanco), sumamos el contraste lógico gramatical, creado por la interposición de los términos “NO” y “PROHIBIDO”.
PROHIBIDO NO PASAR… constituye, desde la lógica más elemental, UNA INVITACIÓN… es decir, que lo que se prohíbe, en todo caso, es “EL NO ACCESO”, o lo que es igual, SE INVITA, algo “imperativamente”, A PASAR.
Bien… el resultado fue INCREIBLE, mucha gente, entendió el mensaje, ingreso sin dudas y festejo la ocurrencia. Adultos jóvenes, adolescentes y chicos en su inmensa mayoría (93,6%) se ubicaron en este segmento.
Por el contrario, los adultos de mediana edad, mayores de 45 años, dudaron, ingresaron tímidamente y preguntaron “si se podía pasar”… y advertidos de la intención del texto del cartel, por la persona que los recibía, festejaron la ocurrencia…
Algunos adultos y personas mayores, no vieron el NO, y sólo “leyeron”: “Prohibido pasar”. Este grupo de personas, se dividió a su vez, entre los que ingresaron a preguntar ¿Por qué? (algunos evidenciando cierta contrariedad), los que buscaron ingresar por la otra puerta y los que se dieron media vuelta para irse y hubo que invitarlos a regresar explicándoles la razón del ejercicio.
En cuanto a las reacciones posteriores, esta franja se comportó de diversas maneras, dividiéndose entre una mayoría que festejó la “ocurrencia” y una minoría que se manifestó “molesta”, a pesar de reconocer, en el 100% de los casos, que habían leído MAL el cartel.
Ninguna de las personas de las incluidas en este grupo de comportamiento RECONOCIÓ no haber INTERPRETADO o ENTENDIDO la “suspicacia”.
La primera conclusión a la que llegamos, es que los sectores más jóvenes de nuestro público, prestaron más atención a los carteles que los de mayor edad, interpretando correctamente la lógica del mensaje.
Nuestro público de mayor edad, actuó en forma mucho más automatizada, es decir, que “vieron” pero no “leyeron” los mensajes.
Entendieron “únicamente” el “prohibido”, algo bastante esperable, si tomamos en consideración que se trata de generaciones muy acostumbradas a responder a los estímulos autoritarios. Por lo tanto: actuaron en consecuencia.
Hasta aquí, los resultados no nos parecieron sorprendentes, sino todo lo contrario.
La cosa se puso buena con la incorporación de algunos términos que indudablemente proyectan una carga emocional diferente según la edad, condición social, nivel de instrucción y prejuicios ideológicos incorporados.
Las características intrínsecas de una organización popular, pluralista y abierta como la nuestra, muchas veces nos obliga a prescindir de cierta terminología, que puede incluir connotaciones que “ofendan” la susceptibilidad de alguno de nuestros asociados.
La adopción, entonces, de un “lenguaje” neutro, muchas veces disminuye el impacto comunicacional de nuestra gráfica, elevando los niveles de “formalidad” que debemos utilizar.
Estos niveles de formalidad, actúan como un dique generacional en la comunicación que necesariamente debemos dirigir a los más jóvenes. Donde el “Ud.”, o el “Sr. Socio” o el “será penado”, francamente constituyen un anacronismo, cuando no, lisa y llanamente un resabio de autoritarismo retrógrado.
Para llevar adelante esta parte del estudio, decidimos reemplazar los carteles que hacían alusión a nuestro Dpto. de Informática, por la nueva designación adoptada, que comprende, en una misma área, tanto la capacitación de nuestros socios en el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación, como los servicios de apoyo estudiantil y estudios dirigidos, que implementamos con el fin de poner nuestra infraestructura al servicio de una nueva demanda social, surgida de las encuestas que realizamos entre el numeroso público que concurre diariamente a nuestra institución.
La nueva designación adoptada para el área descripta es: “Dpto. de Tecnología Social y Educativa”.
Otra vez, los jóvenes nos sorprendieron gratamente, interpretando con exactitud, el sentido de la nueva designación.
Si embargo, nuestra alegría se vio rápidamente eclipsada por comentarios del tipo: ¿Qué significa SOCIAL? … ó ¿Por qué pusieron esos carteles? ¿¡Qué!… ¿no estarán pensando hacer política?¿no?... y otros comentarios por el estilo.
Y si…, resulta obvio, que quienes forman parte de una institución “hacen” política. Porque hacen “política institucional”, que en todo caso, no es lo mismo que política partidaria. ¿Qué otro nombre le podemos dar a la línea de ideas que identifica y orienta una gestión o a la lucha que los hombres, en cualquier ámbito, deben librar para conducir sus instituciones por el camino que consideran correcto?
Y así, llegamos a los otros carteles, los que promovieron la peor “reacción”. Estos fueron los que decían: “CAPACITACIÓN INFORMÁTICA POPULAR Y GRATUITA PARA LOS ARGENTINOS DEL SIGLO XXI”, y que directamente “molestaron” tanto, que en aras de la convivencia, tuve que retirarlos inmediatamente.
La subliminal conjunción de las palabras POPULAR + GRATUITA + SIGLO XXI, trascendió los umbrales de la conservadora tolerancia de algunos personajes.
La reflexión a la que convoca el resultado de este sencillo “ejercicio”, es socialmente demasiado profunda, como para que la analice en soledad un simple “escriba”.
Pienso esto, en el mismo momento en que no dejo de cuestionarme, el hecho de no haber difundido y convocado con más “eficiencia”, a la realización de las postergadas reuniones de Información Ciudadana, que habíamos dado en llamar: “Debate con Re-mate”: Ciclo abierto de mateadas populares”. Justamente por ceder ante esa suerte de compromiso con la inercia, que nos invade cuando nos vemos obligados a caminar diariamente, por la delgada línea que separa la diplomacia de la hipocresía.
Pretender despertar en todos nuestros socios y amigos, el interés por participar activamente de los destinos de una organización informativa, cultural y social, como la nuestra, en tiempos donde todo o casi todo lo que reviste interés, parece transcurrir por los disociantes canales del individualismo, excede incluso la calificación de utopía.
Pero amigos míos, sin utopías, tampoco se llega nunca a ningún sitio.
Ellas están llamadas a ser el motor y no el destino.
Porque el ideal que perseguimos, al tiempo que avanzamos, se nos aleja. Es cierto. Pero dejando el camino que hemos recorrido, tapizado de felices y positivas realizaciones.
Amigos de la Biblioteca, jóvenes de edad y jóvenes de espíritu, hombres y mujeres con ganas de participar de la construcción de un espacio cultural, social e informativo para TODOS, los esperamos todos los días de 10 a 19 hs. y a partir del 30 de noviembre, hasta las 22.
Siempre habrá un mate para compartir y muchas ganas de conocerlos y contarles de nuestros sueños y anhelos. Siempre estarán abiertas las puertas para todos aquellos que quieran sumar su trabajo y sus ideas al crecimiento de nuestra querida institución.
Puede ser que así, viéndonos reunidos, trabajando, aprendiendo, divirtiéndonos, informándonos y charlando, los “dinosaurios” a quienes tanto molestan nuestros logros y carteles, entiendan de una buena vez que “Popular” quiere decir del pueblo y que con el pueblo: NO SE JODE.
A los efectos que más adelante detallamos, se pusieron en ejecución los conceptos adquiridos y recomendados, en el último curso de “Estrategias de Comunicación para Bibliotecas Populares” dictado por la CONABIP, en la ciudad de Bahía Blanca, al que asistimos algunos integrantes de nuestra Biblioteca.
Así fue, que atentos a la necesidad de evaluar y mejorar los niveles de comunicación institucional, planificamos la ejecución de un ejercicio, tendiente a determinar el grado de eficiencia (impacto comunicacional), que sobre nuestros socios, público, personal y miembros de nuestra comisión directiva (no advertidos del “ejercicio”), tendría la implementación de un sistema de comunicación interna, basado en sencillas carteleras, pero diseñadas con el criterio sugerido por nuestros maestros.
El primer objetivo, fue detectar los lugares más adecuados para ubicar las carteleras y donde situar los anuncios gráficos, destinados a comunicar mensajes o ideas, dirigidos a cada grupo de interesados en particular.
Para ubicar correctamente estos “puntos”, se colocaron carteles en los espacios de permanencia, sectores de tránsito y pasillos de acceso.
El segundo objetivo, fue determinar y analizar, las diferentes INTERPRETACIONES y posteriores REACCIONES, que una misma palabra ó frase, podría generar, sobre las diferentes personas que los llegarían a ver y comentar.
La primera frase elegida, impresa sobre papel blanco, tamaño A4, con tipografía Arial tamaño 120, color negro, fue “Prohibido NO pasar”.
Al contraste del color (negro sobre fondo blanco), sumamos el contraste lógico gramatical, creado por la interposición de los términos “NO” y “PROHIBIDO”.
PROHIBIDO NO PASAR… constituye, desde la lógica más elemental, UNA INVITACIÓN… es decir, que lo que se prohíbe, en todo caso, es “EL NO ACCESO”, o lo que es igual, SE INVITA, algo “imperativamente”, A PASAR.
Bien… el resultado fue INCREIBLE, mucha gente, entendió el mensaje, ingreso sin dudas y festejo la ocurrencia. Adultos jóvenes, adolescentes y chicos en su inmensa mayoría (93,6%) se ubicaron en este segmento.
Por el contrario, los adultos de mediana edad, mayores de 45 años, dudaron, ingresaron tímidamente y preguntaron “si se podía pasar”… y advertidos de la intención del texto del cartel, por la persona que los recibía, festejaron la ocurrencia…
Algunos adultos y personas mayores, no vieron el NO, y sólo “leyeron”: “Prohibido pasar”. Este grupo de personas, se dividió a su vez, entre los que ingresaron a preguntar ¿Por qué? (algunos evidenciando cierta contrariedad), los que buscaron ingresar por la otra puerta y los que se dieron media vuelta para irse y hubo que invitarlos a regresar explicándoles la razón del ejercicio.
En cuanto a las reacciones posteriores, esta franja se comportó de diversas maneras, dividiéndose entre una mayoría que festejó la “ocurrencia” y una minoría que se manifestó “molesta”, a pesar de reconocer, en el 100% de los casos, que habían leído MAL el cartel.
Ninguna de las personas de las incluidas en este grupo de comportamiento RECONOCIÓ no haber INTERPRETADO o ENTENDIDO la “suspicacia”.
La primera conclusión a la que llegamos, es que los sectores más jóvenes de nuestro público, prestaron más atención a los carteles que los de mayor edad, interpretando correctamente la lógica del mensaje.
Nuestro público de mayor edad, actuó en forma mucho más automatizada, es decir, que “vieron” pero no “leyeron” los mensajes.
Entendieron “únicamente” el “prohibido”, algo bastante esperable, si tomamos en consideración que se trata de generaciones muy acostumbradas a responder a los estímulos autoritarios. Por lo tanto: actuaron en consecuencia.
Hasta aquí, los resultados no nos parecieron sorprendentes, sino todo lo contrario.
La cosa se puso buena con la incorporación de algunos términos que indudablemente proyectan una carga emocional diferente según la edad, condición social, nivel de instrucción y prejuicios ideológicos incorporados.
Las características intrínsecas de una organización popular, pluralista y abierta como la nuestra, muchas veces nos obliga a prescindir de cierta terminología, que puede incluir connotaciones que “ofendan” la susceptibilidad de alguno de nuestros asociados.
La adopción, entonces, de un “lenguaje” neutro, muchas veces disminuye el impacto comunicacional de nuestra gráfica, elevando los niveles de “formalidad” que debemos utilizar.
Estos niveles de formalidad, actúan como un dique generacional en la comunicación que necesariamente debemos dirigir a los más jóvenes. Donde el “Ud.”, o el “Sr. Socio” o el “será penado”, francamente constituyen un anacronismo, cuando no, lisa y llanamente un resabio de autoritarismo retrógrado.
Para llevar adelante esta parte del estudio, decidimos reemplazar los carteles que hacían alusión a nuestro Dpto. de Informática, por la nueva designación adoptada, que comprende, en una misma área, tanto la capacitación de nuestros socios en el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación, como los servicios de apoyo estudiantil y estudios dirigidos, que implementamos con el fin de poner nuestra infraestructura al servicio de una nueva demanda social, surgida de las encuestas que realizamos entre el numeroso público que concurre diariamente a nuestra institución.
La nueva designación adoptada para el área descripta es: “Dpto. de Tecnología Social y Educativa”.
Otra vez, los jóvenes nos sorprendieron gratamente, interpretando con exactitud, el sentido de la nueva designación.
Si embargo, nuestra alegría se vio rápidamente eclipsada por comentarios del tipo: ¿Qué significa SOCIAL? … ó ¿Por qué pusieron esos carteles? ¿¡Qué!… ¿no estarán pensando hacer política?¿no?... y otros comentarios por el estilo.
Y si…, resulta obvio, que quienes forman parte de una institución “hacen” política. Porque hacen “política institucional”, que en todo caso, no es lo mismo que política partidaria. ¿Qué otro nombre le podemos dar a la línea de ideas que identifica y orienta una gestión o a la lucha que los hombres, en cualquier ámbito, deben librar para conducir sus instituciones por el camino que consideran correcto?
Y así, llegamos a los otros carteles, los que promovieron la peor “reacción”. Estos fueron los que decían: “CAPACITACIÓN INFORMÁTICA POPULAR Y GRATUITA PARA LOS ARGENTINOS DEL SIGLO XXI”, y que directamente “molestaron” tanto, que en aras de la convivencia, tuve que retirarlos inmediatamente.
La subliminal conjunción de las palabras POPULAR + GRATUITA + SIGLO XXI, trascendió los umbrales de la conservadora tolerancia de algunos personajes.
La reflexión a la que convoca el resultado de este sencillo “ejercicio”, es socialmente demasiado profunda, como para que la analice en soledad un simple “escriba”.
Pienso esto, en el mismo momento en que no dejo de cuestionarme, el hecho de no haber difundido y convocado con más “eficiencia”, a la realización de las postergadas reuniones de Información Ciudadana, que habíamos dado en llamar: “Debate con Re-mate”: Ciclo abierto de mateadas populares”. Justamente por ceder ante esa suerte de compromiso con la inercia, que nos invade cuando nos vemos obligados a caminar diariamente, por la delgada línea que separa la diplomacia de la hipocresía.
Pretender despertar en todos nuestros socios y amigos, el interés por participar activamente de los destinos de una organización informativa, cultural y social, como la nuestra, en tiempos donde todo o casi todo lo que reviste interés, parece transcurrir por los disociantes canales del individualismo, excede incluso la calificación de utopía.
Pero amigos míos, sin utopías, tampoco se llega nunca a ningún sitio.
Ellas están llamadas a ser el motor y no el destino.
Porque el ideal que perseguimos, al tiempo que avanzamos, se nos aleja. Es cierto. Pero dejando el camino que hemos recorrido, tapizado de felices y positivas realizaciones.
Amigos de la Biblioteca, jóvenes de edad y jóvenes de espíritu, hombres y mujeres con ganas de participar de la construcción de un espacio cultural, social e informativo para TODOS, los esperamos todos los días de 10 a 19 hs. y a partir del 30 de noviembre, hasta las 22.
Siempre habrá un mate para compartir y muchas ganas de conocerlos y contarles de nuestros sueños y anhelos. Siempre estarán abiertas las puertas para todos aquellos que quieran sumar su trabajo y sus ideas al crecimiento de nuestra querida institución.
Puede ser que así, viéndonos reunidos, trabajando, aprendiendo, divirtiéndonos, informándonos y charlando, los “dinosaurios” a quienes tanto molestan nuestros logros y carteles, entiendan de una buena vez que “Popular” quiere decir del pueblo y que con el pueblo: NO SE JODE.