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Reunamos cada uno recuerdos y gratitud para nuestra patria en este Bicentenario.
Es una fecha significativa e ideal para iniciar un viaje en el tiempo con nuestra historia personal evocando alguna celebración especial de auqellos años en la escuela primaria.
Personalmente me apura la memoria, quisiera hacer realidad por un momento aquellos preparativos previos en la Escuela Nº 8 de Indio Rico, donde todos queríamos formar parte de la representación alusiva cada 25 de mayo.
Degustar la tradicional mazamorra, buscando con nuestras madres todos los ingredientes para que la señorita Lola Bayugar pusiera manos a la obra con ayudita de sus alumnos y alguna de ellas.
Viajar en el tiempo 200 años atrás en el túnel de la memoria es repetir simbólicamente lo que hicieron aquellos hombres y mujeres en la Semana de Mayo.
Compartir el aula llena de láminas y maquetas del Cabildo, las casas coloniales o la vieja Recova, elaboradas con mucho empeño entre las compañeras del grupo con ayuda del algún padre con cualidades artísticas escondidas.
Modelar el soñado traje de dama antigua preparado por las manos laboriosas de una abuela o tía experta en costura, para sentir en la propia piel a Mariquita Sánchez cantando nuestro himno, y estar lista para bailar un minué o el tradicional pericón.
Revivir el personaje de lavandera mulatona, al ritmo de algún candombe para la ocación.
El guardapolvo de punta en blanco, la infaltable escarapela para el momento de recitar alguna poesía alusiva en la Escuela Nº 21 de Tres Arroyos.
Cuantos lindos momentos para evocar en este Bicentenario que nos invita a reflexionar y preguntarnos: ¿qué es para cada uno de nosotros la Patria?
Los campos que vemos, las casas, los árboles, el pan que ganamos trabajando, la alegría y la tristeza que nos ocasionan los seres entre los que vivimos: ¡eso es la Patria!.
Estamos viendo y respirando la Patria por todas partes, Dios la fundó para que hubiera menos hambre y menos frío; porque da frutos como el árbol tiene sombre y tiene nidos.
Nuestra Patria argentina, tierra de bendición donde manos de amor y trabajo la hacen grande cada día como aquellos hombres y mujeres de 1810.
A 200 años de la gesta de Mayo con orgullo hagamos oir con voz segura y firme, lo que ellos expresaron desde el fondo de su corazón: "Viva la Patria".
Es una fecha significativa e ideal para iniciar un viaje en el tiempo con nuestra historia personal evocando alguna celebración especial de auqellos años en la escuela primaria.
Personalmente me apura la memoria, quisiera hacer realidad por un momento aquellos preparativos previos en la Escuela Nº 8 de Indio Rico, donde todos queríamos formar parte de la representación alusiva cada 25 de mayo.
Degustar la tradicional mazamorra, buscando con nuestras madres todos los ingredientes para que la señorita Lola Bayugar pusiera manos a la obra con ayudita de sus alumnos y alguna de ellas.
Viajar en el tiempo 200 años atrás en el túnel de la memoria es repetir simbólicamente lo que hicieron aquellos hombres y mujeres en la Semana de Mayo.
Compartir el aula llena de láminas y maquetas del Cabildo, las casas coloniales o la vieja Recova, elaboradas con mucho empeño entre las compañeras del grupo con ayuda del algún padre con cualidades artísticas escondidas.
Modelar el soñado traje de dama antigua preparado por las manos laboriosas de una abuela o tía experta en costura, para sentir en la propia piel a Mariquita Sánchez cantando nuestro himno, y estar lista para bailar un minué o el tradicional pericón.
Revivir el personaje de lavandera mulatona, al ritmo de algún candombe para la ocación.
El guardapolvo de punta en blanco, la infaltable escarapela para el momento de recitar alguna poesía alusiva en la Escuela Nº 21 de Tres Arroyos.
Cuantos lindos momentos para evocar en este Bicentenario que nos invita a reflexionar y preguntarnos: ¿qué es para cada uno de nosotros la Patria?
Los campos que vemos, las casas, los árboles, el pan que ganamos trabajando, la alegría y la tristeza que nos ocasionan los seres entre los que vivimos: ¡eso es la Patria!.
Estamos viendo y respirando la Patria por todas partes, Dios la fundó para que hubiera menos hambre y menos frío; porque da frutos como el árbol tiene sombre y tiene nidos.
Nuestra Patria argentina, tierra de bendición donde manos de amor y trabajo la hacen grande cada día como aquellos hombres y mujeres de 1810.
A 200 años de la gesta de Mayo con orgullo hagamos oir con voz segura y firme, lo que ellos expresaron desde el fondo de su corazón: "Viva la Patria".
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